En unas horas, Netflix estrenará oficialmente El cuerpo en llamas, la miniserie basada en el caso del Crimen de la Guardia Urbana que protagonizan Úrsula Corberó (La casa de papel) y Quim Gutiérrez (Amor de madre).
Se sitúa en mayo de 2017, cuando se encuentran los restos carbonizados del agente de policía Pedro (José Manuel Poga) en un coche quemado en el pantano de Foix (Barcelona).
El hallazgo despierta el interés del público, sobre todo cuando la investigación empieza a destapar una red de relaciones tóxicas, engaño, violencia y escándalos sexuales que involucran a Pedro y a otros dos agentes: su compañera, Rosa (Úrsula Corberó), y el exnovio de esta, Albert (Quim Gutiérrez).
El estreno de El cuerpo en llamas es uno de los más prometedores de la plataforma para el mes de septiembre y SERIES & MÁS | EL ESPAÑOL habló con sus protagonistas Úrsula Corberó y Quim Gutiérrez.
Ambos coinciden en lo complicado que fue el proceso de traer este caso real a la ficción y en las complejidades que encierran sus personajes tras la apariencia que ambos defendían de cara al público.
Un mediático caso real
"Yo no lo conocía", reconoce Úrsula Corberó nada más comenzar la entrevista al preguntarle sobre el mediático caso. De hecho, de la pareja de actores protagonistas, el que más sabía del suceso antes de embarcarse en el rodaje de la serie era Quim Gutiérrez.
"Recuerdo haber visto las noticias y sorprenderme de que se cargaran un policía y la sucesión de noticias que hubo a las pocas horas. Y de decir '¡Ah, no! Que ha sido el novio de la mujer' y luego, '¡No, no, que ha sido ella!'. Me sorprendió esta sucesión de hechos y la idea de que habían sido los dos en un crimen pasional", recordó Gutiérrez.
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Después, ambos hablaron sobre lo que les supuso interpretar a estos dos personajes y mencionaron qué fue lo que más les inquietó del proceso. "A mí todo. Todo me pareció un desafío muy 'heavy'", comenzó Úrsula Corberó.
"En especial, lo que más me preocupaba tenía que ver con esto que tenemos los actores, que antes de empezar un rodaje quieres tener el personaje agarrado y tener muy claro quién es. Es la vez que más perdida he estado en ese sentido, porque se trataba de una mujer y de un personaje muy cambiante y que tenía personalidades muy distintas con cada persona. Me costó mucho tener un ancla con ella".
"Yo creo que no he interpretado a mucha gente que mata", bromeó Quim Gutiérrez después. "Y para mí la gran duda era pensar si acabaría siendo capaz de matar si tuviera las mismas condiciones. Y eso es lo que a mí me dio muchos quebraderos de cabeza".
"Estamos acostumbrados a ver psicópatas, a gente matando en ficciones... Con bastante ligereza. Y quería saber qué es lo que te ocurre por dentro para acabar haciéndolo, porque por la sucesión de los hechos sabemos que no fue un crimen en caliente, sino que hubo cierta premeditación", añadió.
"Pensé en que te lleva en esa situación a ejecutar a alguien y leí bastante de criminalística sobre qué es lo que le pasa a la gente que no es psicópata, porque la psicopatía es otro rango, pero matar con premeditación... Porque podían haberse encontrado los dos personajes e insultarse o enfrentarse, en un momento hay un acaloramiento, hay un golpe, pero no es el caso, son policías, llevan pistola y hay premeditación. Y eso lo cambia todo para mí".
Dando vida a Albert López y Rosa Peral
Durante el proceso de rodaje, ambos actores coinciden en que ha sido un camino muy intenso a la hora de dar vida a Rosa Peral y Albert López y que tuvieron que establecer ciertos límites por el bien de su integridad psicológica.
"Ha sido apasionante. Para mí ha sido todo el rato un vaivén entre lo que generábamos de ficción y los datos que teníamos sobre cómo eran los personajes reales. Para poder trabajar relajado, yo me obligué a repetirme que el mío es un personaje de ficción, aunque está basado en alguien que existe", explicó Quim Gutiérrez.
"Porque es muy tentador cuando tienes algunos datos agarrarte a ellos, ya que, al final, es pensar que lo puedo hacer más realista si me acerco más a lo que era él. Pero es una ficción, y en realidad se trata de utilizar esos datos y llenar los huecos que faltan para llegar a lo que tienes que hacer. Fue apasionante, pero muy laborioso también", reconoció.
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Ante esta manera de definirlo, Úrsula Corberó se rió, y Gutiérrez siguió diciendo: "Sí que lo es, porque me parecía un reto fantástico. El poder utilizar esa información, esa poca información que teníamos de la biografía, de la infancia, de la juventud... De cómo alguien que en los años 80, en un pueblo complicado, donde había heroína... Cómo llega a ser policía y al final acaba haciendo lo que hace...".
A continuación, su compañera de reparto Úrsula Corberó, opinó que para ella, que tenía que interpretar a un personaje lleno de complejidades, "fue un viaje, como una experiencia religiosa".
"Llegó un momento en el que, durante el rodaje, yo estaba fatal, estaba completamente desequilibrada", recordó la actriz. "Sí que es verdad que yo quería interpretar este papel desde el principio. Pero también te tienes que proteger, porque con esto puedes acabar fatal. Y, evidentemente, esto no deja de ser una profesión, y tengo una vocación y me encanta mi trabajo... Pero lo primero de todo para mí es mi integridad y mi salud mental".
"Desde el principio intenté marcar unos límites muy fuertes, pero después me di cuenta también de que, a medida que iba avanzando el rodaje, había cosas a las que no me había querido adentrar, y que después, repentinamente y sin querer, llegaba a conclusiones. Pensé en cosas que nunca pensé que llegaría a plantearme, como si fuera esa persona. Fue muy intenso y muy cansado", añadió Corberó.
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"Recuerdo que un día me di un golpe en el rodaje y estuve una hora y media llorando, desesperada, pensando 'chicos, parad el rodaje' y 'por favor, que me lleven a mi casa'", concluyó.
Relaciones tóxicas, engaños y violencia
"Nosotros nos preguntábamos justo esto: cómo se complican tantísimo la vida estas dos personas pudiendo estar juntas del principio'", confirmó Quim Gutiérrez, haciendo referencia a una de las preguntas que se hizo la sociedad con el caso y que volverá a plantearse cuando vean la serie.
"Eran muy orgullosos los dos. Y había un conflicto de poder ahí, como un forcejeo de egos, desde mi punto de vista", señaló Úrsula Corberó, intentando buscar respuesta a esa cuestión.
A continuación, Quim Gutiérrez supo ver una relación entre el sexo y cómo algunas personas pueden relacionarlo con experiencias cercanas a la muerte. "Hay gente que tiene prácticas sexuales y aparentemente inocentes que empiezan con cachetes, luego pueden pasar a un medio ahogamiento e incluso pueden pasar a incluir un cuchillo en el acto, aunque sin llegar a utilizarlo ni nada", describió.
"Entonces, la posibilidad y la presencia de la muerte en el sexo... Ambos van muy unidos. Y en este caso, yo creo que había algo en los personajes, que son policías, están en un contexto donde ven muertes... Digamos que la muerte, el sexo y la violencia están muy presentes en sus vidas. Son gente con un ego potente, con una masculinidad muy bestia. Y hay algo que esos elementos que para nosotros son lejanos que están presentes en su vida, junto a la sensación de impunidad, de que creen que no les pasará nada".
Intentando encontrar respuestas
Finalmente, Úrsula Corberó se animó a ahondar más en la dualidad de Rosa Peral como personaje, que es a la vez policía, madre y asesina, pero también una víctima del entorno en el que vive.
"Al ser un caso tan conocido, la gente ya había sacado sus propias conclusiones sobre él. A mí me venían y me decían cómo era. Era muy fuerte pensar en que hay una impunidad total a la hora de describir la impresión que se tiene sobre ella. Yo tenía que llegar a un por qué. ¿Por qué no lo dejaban todo para estar juntos? Todo el mundo me preguntaba por qué", mencionó.
"Y pensaba en mi caso, en mi personaje, en la serie. ¿Por qué lo mata, por qué no lo deja? Y llega un momento en el que yo llegue a una conclusión -que no la voy a decir aquí porque tampoco viene al caso-, porque te ves obligado a buscar explicaciones lógicas", resumió.