Aunque no estuviera previsto, El juego del calamar se terminó convirtiendo en un fenómeno y desde que se estrenó en 2021, ha sido una de las series más comentadas de los últimos años. Se ha hablado de su violencia, de la crudeza con la que se aborda la temática central y también de su final, que se escogió después de decidir entre las distintas opciones que había para la historia.
"No cambiaría mi final. Ese es mi final", expresó el creador de la serie Hwang Dong-hyuk, haciendo referencia a las críticas que había recibido el noveno y último episodio de la serie y reconociendo cómo habría cambiado El juego del calamar si su desenlace hubiera sido distinto.
"Nos debatimos entre dos escenarios diferentes para el final", contaba Dong-hyuk. En la versión alternativa, Seong Gi-hun (Lee Jung-jae) subiría al avión con destino a Los Ángeles, dando pie a un final feliz y que deja una buena sensación, pero que al mismo tiempo habría cambiado El juego del calamar radicalmente. De hecho, si la elección hubiera sido diferente, es posible que la trayectoria de la serie coreana hubiera sido otra.
['El juego del calamar' completa el reparto de la temporada 2 con ocho nuevos actores]
El final de la serie
El noveno episodio le otorga a El juego del calamar un desenlace satisfactorio y consistente, haciendo justicia con la evolución del personaje principal y dejando que la serie se asiente a nivel narrativo.
Al principio, Gi-hun se mueve por el dinero y su desesperación nos deja exhaustos como espectadores, que encontramos en su escasa humanidad la razón a la que aferrarnos para acompañarle en el camino.
También nos preguntamos qué hubiera pasado si el protagonista hubiera tenido otra suerte y si su vida sería distinta con algo de estabilidad económica y cómo se comportaría, ya que, a pesar de todo, sabe diferenciar entre el bien y el mal. De hecho, esto último se deja claro a cada paso que da en el macabro concurso en el que participa.
Sus principios son sólidos y su sentido de la justicia es lo que emerge de él al final. Sabe que quiere estar con su familia por encima de todo, pero también cree que tiene cierto poder para cambiar las cosas y decide quedarse, porque sabe que si sube al avión se traicionaría a sí mismo.
Un desenlace alternativo
Para que el final alternativo funcionara, Seong Gi-hun tendría que tener un carácter menos competitivo y es posible que esto acabase haciendo de él un personaje menos llamativo o atractivo para el público.
Desde el primer episodio vemos al protagonista celebrando cada victoria como si le fuese la vida en ello y aunque el viaje para estar con su familia hubiera sido muy satisfactorio, no estaría alineado con su forma de ser y el comportamiento que tiene a lo largo de toda la serie.
[El reality de 'El juego del calamar' ya tiene fecha de estreno en Netflix]
Además, el final elegido da pie a una posible y prometedora continuación que ya se ha confirmado y que abordará uno de los temas más recurrentes en la ficción coreana: la venganza.
A lo largo de la historia del país, los artistas de Corea del Sur se han inspirado en algunos de los eventos recientes del país para sus creaciones, como la ocupación japonesa, el levantamiento de Gwangju en 1980 y los gobiernos autoritarios de Park Chung-hee y Park Geun-hye, que darían pie al enfrentamiento de los ciudadanos contra fuerzas más poderosas.
De hecho, Hwang Dong-hyuk vivió esto último en primera persona y es muy probable que quisiera que su personaje representara la voluntad de un individuo dentro de un sistema que deshumaniza. Por eso, se podría decir que su elección final fue la más adecuada.