Todas las veces que nos enamoramos, la última serie que ha estrenado Carlos Montero en Netflix, es una comedia romántica consciente de sí misma y también un lugar en el que lo espectadores querrán quedarse.
Situándose en el año 2003, cuenta la historia de Irene (Georgina Amorós), una chica de Castellón que como muchos jóvenes se aleja del lugar en el que nació y creció para marcharse Madrid, dispuesta a comerse el mundo y convertirse en directora de cine. Allí conocerá a sus mejores amigos y también a Julio (Franco Masini), que sería el protagonista perfecto para sus películas y también para su vida. Pero la vida siempre tiene otros planes para ella.
Dentro del grupo de amigos de la protagonista, destacan personajes como el de Da, al que interpreta Carlos González, conocido por participar en otras series como Maricón perdido o Veneno. SERIES & MÁS | EL ESPAÑOL habló con él sobre su conexión con el personaje al que da vida en Todas las veces que nos enamoramos.
Quién es Carlos González
"No voy a mentir, cuando recibí esta propuesta me lo tuve que pensar bastante", reconoció él mismo al recordar el punto de partida de la serie. "Pero me gustó tanto el personaje y la historia... Además, al ser una serie adolescente, pensé que iba a ser como de las pocas oportunidades que me iban a quedar para hacer algo así, porque tengo 25 años. Y también me parecía muy divertido interpretar a un personaje de 18 años".
"Y también me convencí por el elenco y el equipo que había detrás, porque sabía que eran muy buenas personas. Conozco a Diego Betancor, que es el productor de la serie, somos amigos desde hace muchos años y tenía muchas ganas de trabajar con él".
A continuación, el actor explicó cómo fue dar vida al personaje de Da y cuáles fueron las cosas que él quiso aportar en el proceso. "Quería que aparecieran esas cositas más pop de los 2000, porque me parecía que era una serie ideal para introducirlo", contó. También dijo que aunque él no tuvo etapa universitaria como tal, ha "hablado con muchos amigos que han estudiado Comunicación Audiovisual y sobre todo nos hemos cultivado más dentro del equipo".
"Al fin y al cabo, mucha gente del equipo ha estudiado ahí y, con todo el amor del mundo, nos han ayudado mucho. Además, estar también ahí, con todo el trabajo que hicieron de figuración, de vestuario... Es que quieras que no te metes dentro del universo. Carlota Casado, la directora de arte te hacía meterte en el mundo de los 2000 tranquilamente, hablaba el mundo de los 2000 como si fuera una época de la prehistoria pero como un lugar donde podíamos estar. Al final, es una serie de época".
Carlos González también se animó a hablar sobre la representación en pantalla, dejando muy claro que, aunque sí lo parezca, en realidad "no cree que moleste" la diversidad al sector más normativo de la sociedad. "Esto de clasificar como si fuéramos ganado es lo más triste del mundo. Me parece que es bueno que cada uno elija con quién quiere compartir su vida y su tiempo. Y eso está bien. A mí no me tiene que preocupar lo que piensa el resto".
"Me preocupa cuando afecta a un colectivo, porque es cierto que hay personas que afectan, que hay partidos [políticos] que pueden perjudicar a colectivos y a familias", añadió.
El intérprete contó que aunque "no ha tenido ningún tipo de problema por ser un chico homosexual", sí que ha sufrido violencia y discriminación y cree que "son cosas que son importantes visibilizar en la cultura y a través de una pantalla, como en el caso de Maricón perdido, que hizo bien a muchas madres para poder entender la forma de ser de sus hijos".
Sin embargo, insistió en que "esto nunca debe usarse para que nos clasifiquen como ganado y que nos metan a los actores gays en un sitio, a los actores heteronormativos en otro, a las actrices y actores trans, en otro". Pidió a estas personas que "abran la mente, porque con esta serie se ha demostrado y se está demostrando últimamente que a la gente le atraen todos los personajes, no solo normativos, que son personajes con cuerpos distintos e igual de bellos que los demás".
['Todas las veces que nos enamoramos', una carta de amor al cine que reinventa la comedia romántica]
Después, reivindicó que se "abra el abanico en la ficción". "Yo también quiero hacer una película de acción, pero sé que no me van a dar la oportunidad de hacerla. Y si me la dan, seguramente me coloquen como el friki que está en el ordenador con los cascos controlando todo, pero no me monten a caballo", siguió.
"Es como en La casa de papel, donde el chaval gordo va a hacer de asustadizo. ¿Por qué yo no puedo interpretar al personaje de Jaime Lorente? Yo necesito ver eso. Estamos en un punto precioso y avanzado, pero yo como actor y como público necesito ver a gente de todo tipo metidos en una pantalla. Porque tú sales a la calle y miras y la variedad de personas que hay es tan amplia... No nos damos cuenta de que las personas somos muy distintas y clasificar a los actores me parece un rollo patatero y a mí me aburre de narices, sobre todo como artista".
"Yo quiero que me den la oportunidad de ir a un casting, raparme la cabeza y coger una pistola y amenazar a otro. Pero claro, como soy el gordo tierno, no me van a dar la oportunidad, me van a ver como el gordo tierno. A mí esto me mosquea, pero no vivo con miedo, vivo con ganas de cambiar las cosas", concluyó.
Quién es Da
Además de hablar sobre su trayectoria como actor y sobre la necesidad de ser realista en pantalla, Carlos González también habló de su personaje, uno de los más entrañables de Todas las veces que nos enamoramos.
"Era muy importante conectar con la época de los 2000. La música ha sido clave y especialmente el contexto artístico español de esa época. Para mi personaje era muy importante todo lo que tuviera que ver con Operación Triunfo", expresó. "Todos hemos aportado a nuestros personajes ese granito de arena en mayor o menor medida, porque se nos ha dado la libertad de hacerlo. Y eso para un actor es un regalo".
A la hora de describirlo, Carlos González dijo que "Da es el amigo que todo el mundo quisiera tener" y recordó cómo fue conocerle a través del guion. "Cuando me dieron el personaje y me dijeron su nombre pensé '¿Da de qué viene? ¿De Damián? Entonces me di cuenta de que se llama así porque da a los demás, se llama Da porque da a los demás y está entregado a los demás y se desvive por ellos".
Sobre el trasfondo del personaje, explicó que "es alguien que viene de su pueblo, en el que no le quieren ni amigos ni familia biológica. Él ha conocido a su familia, que está en Madrid. En Jimena ha encontrado una madre, en el personaje de Irene una hermana, en el personaje de Franco ha podido encontrar un padre... Como estas sustituciones que que hacemos los seres humanos en la vida", explicó.
"Él hace de Cupido y de La Celestina en la serie, pero no desde un lugar morboso, sino desde un lugar creativo e imaginativo. Es alguien con mucho potencial y del que todavía no es consciente porque tiene 18 años y está para salir de fiesta y para ocuparse de otro tipo de cosas que no sean tan racionales, como haría una persona madura".
"Es alguien al que el drama de los demás inspira para escribir su propio drama. Porque el suyo no le interesa en absoluto. Es un chico que tapa muchísimo y que no quiere saber absolutamente nada que tenga que ver con algo triste porque lleva muchísimos años viviendo ahí", añadió.
"Este imaginario es lo que creamos con Carlos Montero. Es el de un chico que lleva muchos años en su pueblo, encerrado viendo cine, cultivándose de él, de libros, de música. Y cuando llega a Madrid explota todo eso y también explota su parte sexual".
"Da es un tío contestón y que tiene mucho valor. De todos los personajes que he hecho, podría decir que es el que más cerca está de mí, porque yo quería irme muy lejos, veía que era como yo con 18 años. Ha sido un disfrute y a la vez muy difícil hacerlo, porque a mí me parece mucho más fácil como actor crear un personaje más distinto a mí que hacer de mí mismo", expresó con emoción.
"Lo bonito de este personaje es la libertad que tiene. En los años 2000 había gays, unos más abiertos y otros menos, pero es que a Da no le preocupaba absolutamente nada de lo que piensen los demás de él. O eso es lo que él hace ver, porque cuando tenemos 18 años tapamos de muchas formas y él tapa mucho. Me encantaría poder descubrir la parte más emocional y oscura de él. Ojalá la serie siga gustando como lo está haciendo ahora y podamos hacer una segunda temporada para reencontrarnos todos otra vez".
'Todas las veces que nos enamoramos' se puede ver en Netflix.