Lo que diferencia a El club de la medianoche de otras historias de terror sobrenaturales es que el miedo a la muerte no es un factor en la ecuación. Sus jóvenes protagonistas saben que van a morir pronto, y no como víctimas de un asesino en serie, un demonio vengativo o cualquier otra entidad maligna del más allá, si no a causa de las enfermedades terminales que les han diagnosticado.
Como si fuera una versión macabra de El club de los cinco, en la nueva serie de Mike Flanagan un grupo de jóvenes que pasan sus últimos días en un hospicio, y solo tienen en común la certeza de su pronta muerte, se reúnen cada medianoche en la biblioteca para contarse cuentos de terror que crean ellos mismos inspirados por otras historias, pero principalmente por sus propios miedos, experiencias, frustraciones y sueños rotos.
Estos cuentos cobran vida en la pantalla mientras son relatados y sirven para que el espectador pueda ver lo que esconden detrás de sus fachadas y para revelar piezas del misterio general. Puede que hayan aceptado que su muerte está cerca, pero sienten curiosidad por lo que puede haber después, si es que lo hay, lo que los lleva a hacer un pacto entre ellos: el primero en morir deberá enviar una señal desde el más allá.
La edad de sus protagonistas y el material original del que parte (la novela homónima de Christopher Pike), El club de medianoche es la serie más juvenil de Flanagan y en ese sentido se desmarca un poco de sus anteriores trabajos para la plataforma (La maldición de Hill House, Misa de medianoche), pero eso no la hace más ligera ni menos siniestra, empezando por la naturaleza nihilista de su premisa. Y su estilo detrás de la cámara, que ya es reconocible, se mantiene porque dirige varios episodios, entre ellos, los dos primeros.
El club de la medianoche lo forman un grupo de actores poco conocidos, pero si hay algo que ha demostrado tener Flanagan es un ojo preciso para identificar nuevos talentos, pensad si no en Victoria Pedretti, que se estrenó en la televisión con su papel en La maldición de Hill House. Aunque cuenta en el reparto con algunos de sus colaboradores habituales, como Samantha Sloyan y Zack Gilford, son los más jóvenes quienes llevan el peso de la narración, y lo sujetan con solvencia.
A Annarah Cymone, con quien empezamos la historia, y a Igby Rigney, les dio sus primeros papeles en Misa de medianoche, pero su mayor hallazgo es Ruth Codd, una irlandesa de 26 años sin experiencia profesional previa a quien descubrió en Tik Tok. Este es el personaje que se roba todas las escenas y que cuenta y protagoniza el mejor cuento de medianoche: Las dos Danas, una pesadilla existencial difícil de olvidar.
Puede que en el ranking de series y películas de Mike Flanagan esta no quede en los primeros puestos, pero quienes conocen al autor saben que su estilo siempre tiene recompensa, y en lo narrativo están presentes varios de sus temas comunes, como la exploración del duelo, en este caso por el futuro que no tendrán. Pero sobre todo, la experiencia será muy satisfactoria para quienes sientan nostalgia por el arte de contar historias de terror a la luz de una fogata, hayan vivido esa experiencia o no.
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'El club de la medianoche' está disponible en Netflix.