Cuando Netflix España anunció sus nuevas series para la temporada 2020-2021, todos los ojos estaban puestos en proyectos abanderados por grandes nombres como Sky Rojo, Jaguar o El inocente. No contábamos con que El tiempo que te doy, vendida como la primera serie española de formato corto en la plataforma, llegaría sin hacer ruido para destacar de forma tan contundente sobre todo lo demás.
La historia protagonizada por Nadia de Santiago, que aquí se estrena detrás de las cámaras como cocreadora junto a Inés Pintor y Pablo Santidrián (que comparten labores de dirección), combina una premisa sencilla: "Lina intenta superar el duelo por la ruptura de un gran amor", con la limitación autoimpuesta de la duración de 11 minutos por episodio, elementos con los que crea una estructura original que sirve elocuentemente a la narración.
1 minuto en el presente y 10 minutos en el pasado es el título del primer episodio, en el que somos testigos del momento de la ruptura, para luego dar paso al inicio de la relación. La serie sigue el mismo esquema en cada uno de los siguientes episodios, en los que veremos a Lina intentando vivir un minuto más en el presente, y menos en los recuerdos del pasado que, indiferentemente de que sean felices o no, le hacen el mismo daño.
Este juego narrativo combina de forma muy efectiva (sin que se sienta nunca como algo forzado o un artificio) las dos líneas temporales, haciendo que sea la cotidianidad de Lina la que evoque esos instantes de la historia de amor que vivió. Poco a poco, la serie nos va revelando los momentos claves que definieron la relación, tanto los buenos como los malos. Pequeños detalles, como una canción o un plato de comida, que adquieren significado al vivir una experiencia compartida junto a otra persona. La semántica del amor les da el poder de hacernos daño cuando esa persona ya no está.
Gracias a un cuidado lenguaje visual, la naturalidad de los diálogos y la indiscutible química entre la pareja protagonista, El tiempo que te doy sabe transmitirle al espectador el tamaño del vacío que siente Lina, mientras intenta llenarlo creando nuevas rutinas, otras experiencias, pasando más tiempo con los amigos o buscando vías de escape.
No es algo con lo que la serie esté haga un discurso, pero en esos momentos en los que Lina inicia el viaje para encontrarse a sí misma después de perderse en la relación, llama la atención la variedad de acentos que se escuchan en el Madrid que habitan los personajes. Al menos a mí, me resultó llamativo escuchar a la doctora de un hospital hablar con acento latinoamericano, cuando lo habitual, en los pocos casos que esta representación tiene presencia, es que se relegue a contextos como los de Sky Rojo.
Una diversidad que se siente natural y acentúa la frescura que ofrece esta propuesta al formulaico e impostado panorama de las series españolas de Netflix. Con una propuesta sencilla, sin necesidad de hacer grandes alardes y con voz propia, El tiempo que te doy es la sorpresa inesperada de la ficción española en 2021, y es la mejor serie que ha hecho Netflix España.
'El tiempo que te doy' está disponible en Netflix.
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