Los superhéroes tienen mucha suerte. Ninguno sufre por no llegar a final de mes, por no poder pagar el alquiler o porque llega a casa y no ha hecho la compra. No les afectan los problemas de la gente de a pie, aunque son a ellos a los que tienen que salvar. Les protegen de súper villanos, de fuerzas cósmicas, del mal absoluto, pero nunca hemos visto a Spider-Man parar un desahucio o defender la sanidad pública. Son problemas que ni siquiera existen para ellos. Por eso, se agradece que en España se haya creado un superhéroe de barrio. Se llama Titán -al que da vida Quim Gutiérrez-, y ahora se despide con la segunda temporada de El Vecino que ha estrenado Netflix.
La clase obrera tomando las series de superhéroes. El Vecino, que adapta el cómic de Santiago García, huele a barrio de verdad. Sus creadores, Raúl Navarro y Miguel Esteban, creen que es importante que estén representados en la ficción. Navarro subraya que en la serie lo han querido marcar más que en la historia original y que aquí “forma parte del ADN” de la serie. Su compañero deja claro que “hay una falta de representación de otro tipo de realidades en la ficción”.
“En la comedia española se repite el patrón del chaval que no llega a fin de mes, pero que sin embargo tiene una casa impresionante en Malasaña. Para nosotros era interesante reflejarlo desde la primera temporada, y se apostó por el feísmo y por la realidad madrileña, y estoy muy contento porque además es que yo he vivido en el barrio donde se grabó, Las Águilas”, añade Miguel Esteban.
También un componente social, con ese villano de la primera temporada en forma de casas de apuestas. “A mí me parece muy fácil poner problemas al superhéroe con un villano que es igual de fuerte que él y que solucionan a hostias. Pero, ¿cuántos problemas de verdad se solucionan a puñetazos? Nosotros nos planteamos si tuviéramos súper fuerza nosotros, cómo cambiaríamos la vida en un barrio con ese poder… Y sobre todo cuando eres el primero de esa mitología. Nosotros todo lo que hacemos tiene un contenido mínimamente social”, apuntan los creadores.
Tampoco sé hasta qué punto podemos responder… es la temporada definitiva pero siempre puede haber una temporada definitiva definitiva o una película definitiva definitiva
De esta segunda temporada destacan que han querido “hacerla más loca y divertida”. “Hemos visto lo que más funciona, hemos metido más elementos de ciencia ficción y se ha creado una pequeña mitología. Hemos buscado un camino diferente al cómic respecto a dónde vienen los poderes y por qué están aquí los superhéroes. Hemos indagado en eso y hemos tirado por una vertiente más absurda”, cuenta Miguel Esteban. Para su compañero, esta temporada ahonda en “la justificación de por qué el guardián llega a la tierra y descubrimos que existe la figura del villano y ampliamos los personajes con Tucker (Javier Botet), la alcaldesa de Madrid (Gracia Olayo) y Fran Perea que hace de sí mismo”.
Esta segunda temporada de El Vecino se ha vendido como la última, pero Raúl Navarro deja la puerta abierta a algún tipo de continuación: “Tampoco sé hasta qué punto podemos responder… es la temporada definitiva pero siempre puede haber una temporada definitiva definitiva o una película definitiva definitiva. Cualquier persona que ve la serie ve que no es un cierre absoluto y que acaba en un sitio donde parece que hay espacio para más aventuras y eso sería estupendo. Pero sí, de momento es la temporada definitiva, que es lo que podemos decir”.
La serie se ha colocado en el puesto número 5 del top ten de Netflix, pero los creadores no se obsesionan con eso. Raúl Navarro confiesa que lo que sí que le importa más son “todas las críticas y reseñas de Twitter, que las leo de forma bastante obsesiva, pero del top es que tampoco me fío mucho en que eso funcione”. “Con la primera temporada tuvimos la suerte de que no existía, se puso un mes después, y no teníamos esa presión. Ahora sí que está, y cuando cambia de número nos manda capturas y parece que va guay”, añade.
El vecino es un nuevo caso de serie de plataforma que termina con pocas temporadas, algo que para Miguel Esteban responde a “una cuestión básicamente empresarial”. “Ahora mismo, para una plataforma, excepto con excepciones como La casa de papel, Élite o Juego de Tronos, es más interesante tirar por una nueva serie que apostar por una segunda temporada, en la que partes del techo al que haya llegado la primera. Es para los fieles. Pero una nueva propuesta luce más, llama más. Para ellos esta duración es lo normal con este modelo”. “Además lo dicen, ellos quieren nuevos clientes y lo que consigue nuevos clientes son cosas nuevas”, añade Raúl Navarro.
También te puede interesar...
• Crítica: 'Reyes de la noche', la primera gran serie española de 2021
• Zack Snyder: “Warner tuvo esta película durante años, pero Netflix dijo que sí al momento”