Solo han pasado seis años desde que Netflix se volcara en sus ambiciones de convertirse en el primer gran servicio de streaming del planeta (lo sigue siendo, aunque Disney+ crece a pasos agigantados). Tras unos primeros pasos en los que se centró en las series con títulos clave en la historia de la compañía como Orange is The New Black o House of Cards, en 2015 la empresa dirigida por Ted Sarandos y Reed Hastings se lanzó a la producción de películas originales con los que aumentar el prestigio y el valor de la plataforma.
Beasts of No Nation, el primer proyecto del director Cary Fukunaga después de arrasar con la primera temporada de True Detective, fue la primera gran apuesta de Netflix en su división cinematográfica. Desde entonces han trabajado con la compañía el quién es quién de Hollywood, desde Martin Scorsese a Adam McKay pasando por Ava DuVernay, David Fincher, Jane Campion o los hermanos Coen, además de nombres más de culto como Charlie Kaufman, Mati Diop, Remi Weekes, Dee Rees o Jérémy Clapin. Y eso en materia de cineastas: entre los actores es difícil encontrar una estrella de Hollywood que no haya hecho una película para ellos. Hasta Leonardo DiCaprio y Jennifer Lawrence estrenarán una antes de que acabe el año.
Mientras esperamos a ver cómo resulta la promesa de que a partir de 2021 habría un nuevo estreno en formato de película cada fin de semana, incluidas producciones españolas, repasamos las películas más importantes en el pasado de Netflix. No están todas las que son, pero sí son todas las que están.
10. 'Cómo deshacerte de tu jefe'
La comedia romántica vivió en los años 90 su momento más dulce desde la era de la Gran Depresión, cuando las screwball comedies triunfaron en Hollywood en los años 30 y 40. Desde el inicio de su producción cinematográfica, Netflix se propuso recuperar un género antaño popular que, con la supremacía de los blockbusters y el cine de superhéroes, había caído en desgracia en la última década. Además de crear con la encantadora trilogía A todos los chicos de los que me enamoré la primera estrella en la era del streaming (Noah Centineo, a punto de dar el salto a la gran pantalla con la película de Masters del Universo y Black Adam), la plataforma esconde en su catálogo una pequeña joya que conquistará a los fans de las rom-com.
La historia de Cómo deshacerte de tu jefe es sencilla: dos jóvenes que trabajan sin descanso por la cantidad de cosas que les mandan sus jefes urden un plan para que sus insufribles jefes los dejen en paz: hacer que se enamoren. En el camino, por supuesto, ellos mismos vivirán un romance, que para eso estamos en una comedia romántica. Durante 100 disfrutables minutos asistimos a una encantadora, ingeniosa y clásica propuesta que podría haber llegado en plenos años 90. Los actores elevan la función (Zoey Deutch y Glen Powell tienen una química irresistible, con unos Lucy Liu y Taye Diggs que se lo pasan en grande haciendo de los insufribles jefes) pero el gran mérito es de la debutante Claire Scanlon y el guion de Katie Silberman, una diamante en bruto que años después explotaría con la enorme Súper empollonas.
9. 'Klaus'
El español Sergio Pablos se había hecho un nombre en Hollywood como guionista. En su currículo aparecían la historia que inspiró la franquicia multimillonaria Gru. Mi villano favorito y el libro en el que se basó la película Smallfoot. Con Klaus cumplió dos de sus sueños: dirigir una película de animación y hacerlo en su país de origen, España. La encantadora Klaus (ganadora del prestigioso premio Annie y nominada al Oscar el pasado año) es la mejor representación de las producciones españolas de Netflix, además de una dignísima representante de las cada vez más sugerentes incursiones de la plataforma en el terreno de la animación.
La francesa ¿Dónde está mi cuerpo?, premiada en Cannes, también merecería un hueco en la lista, pero el chovinismo nos hace tenerle un cariño especial a una arrebatadora película que tiene madera de clásico navideño. La historia del peor alumno de la Academia Real de Correos que acaba destinado en una isla helada al norte del círculo polar ártico en la que conoce a un carpintero solitario que vive en una cabaña llena de los juguetes que hace es un regalo para niños y mayores. Gracias a una extraordinaria combinación de la animación en dos dimensiones y los diseños por ordenador, un inteligente uso de los mitos navideños y un grupo de personajes entrañables, Klaus está entre lo mejor del cine de animación de los últimos años.
8. 'The Meyerowitz Stories'
Noah Baumbach ha sido el primer autor hollywoodiense en entrega las llaves de su carrera a la todopoderosa Netflix. El guionista y director ya está trabajando en su tercera película para la compañía: White Noise, la adaptación de un texto de Don DeLillo que le permitirá reunirse con dos de sus colaboradores fetiche: Adam Driver y Greta Gerwig (también pareja en la vida real del cineasta). Su primera película para la compañía fue una estupenda reformulación de los conflictos, las miserias e ingredientes automáticamente reconocibles de Baumbach.
The Meyerowitz Stories es la historia de cómo los tres hijos, ya adultos, de un arisco artista neoyorquino se enfrentan a la difícil relación que tienen con su padre y entre ellos mismos. Un evento en reconocimiento de la obra de que celebra la obra artística de su complicado patriarca es la excusa perfecta para reabrir traumas enterrados. Los afilados diálogos de Baumbach sobresalen en una propuesta que recuerda al cine de Woody Allen (no será la primera ni la última vez que pasa en su obra) y que permite a sus actores volar muy alto, especialmente un Adam Sandler que se lo pasa en grande lejos de sus típicas colaboraciones para Netflix.
7. 'OKJA'
Durante diez idílicos años, la pequeña Mija ha sido la cuidadora y mejor amiga de Okja, un gigantesco cerdo. Todo cambia cuando una gran multinacional llega a su granja, situada en mitad de las montañas de Corea del Sur, para intentar llevarse a Okja a Nueva York, donde le esperan planes truculentos. Antes de entrar en los libros de los récords con la surcoreana Parásitos, Bong Joon-ho volvió a coquetear con Hollywood en una aventura internacional, emocionante e imaginativa con un claro mensaje en favor de la ecología y los animales.
Con una peculiar mezcla de comedia, acción, cuento e historia de monstruos, Okja es una irregular pero fascinante propuesta en la que el director de Rompenieves y Mother nos recuerda su habilidad para moverse entre tonos extremos. No todos pueden decir lo mismo: Jake Gyllenhaal está desatadísimo en su personaje de científico loco, un registro extremo que el actor llevaría aún más lejos en otra película para Netflix, la extrema y absurda Velvet Buzzsaw. Tilda Swinton, en un papel de villana, es la reina de la función. Junto al cerdo gigante, claro.
6. 'El juicio de los 7 de Chicago'
Lo primero que llama la atención en la segunda película como director de Aaron Sorkin es su relevancia política. No es un caso elegido al azar. Hay mucha intención en realizar y estrenar ahora una película así. El juicio de los 7 de Chicago habla de qué hacer cuando las instituciones fallan. En manos de otra persona esta película sería un drama judicial más -casi toda la película se desarrolla en el tribunal donde se juzga a todos ellos-, pero el guionista de La red social lo convierte en un thriller vibrante, una película divertida, emocionante, de ritmo frenético y en un artefacto político de mucho voltaje.
Es imposible dejar pasar su final, sorkiniano para lo bueno y para lo malo. Redentor, esperanzador y hasta idealista, pero que pone los pelos de punta. Una película maravillosa que, encima, nos describe como sociedad y que cuenta con uno de los repartos más espectaculares del Hollywood reciente.
5. 'Vida privada'
Antes de convertirse en un icono pop gracias a su intervención en Bruja Escarlata y Visión, Kathryn Hahn ya era una de las grandes reinas del cine indie del siglo XXI gracias a películas como Vida privada. Tamara Jenkins (nominada al Oscar por su guion para La familia Savages) tuvo que esperar once años para poder rodar su segunda película como directora. La espera mereció la pena.
Hahn y Paul Giamatti son una pareja que busca tener un hijo, pero pasados los 40 las probabilidades se reducen. La desesperación llega a sus vidas y hace peligrar su matrimonio cuando una doctora, tras diversos métodos de fertilidad fallidos, les recomienda como única salida la ayuda de otra mujer para tener un hijo con el esperma de Richard. Más allá de las fantásticas interpretaciones de su triángulo protagonista, en Vida privada destaca el complejo, contradictorio, empático y emocionante retrato de todas las emociones que atraviesan los integrantes de una pareja en crisis. Una de esas películas que son tan auténticas que parecen la vida real.
4. 'Mank'
La reconstrucción del rodaje de una de las películas más famosas de la historia del cine, Ciudadano Kane, funciona como homenaje al cine, al poder de contar historias y a la labor de sus guionistas, pero también como un bofetón abierto a la cara B de la época dorada de Hollywood. David Fincher muestra el lado oculto de los todopoderosos estudios en los años 40. Contando el proceso creativo del clásico de Orson Welles, el director de Seven describe el ingente poder que tenían las productoras, y cómo los políticos lo usaban para sus beneficios.
A pesar de su irregular recorrido por la temporada de premios que está a punto de terminar, Mank es una joya complejísima, llena de capas y de historias que se entrelazan en un guion que funciona como un reloj. El difunto Jack Fincher usa la historia de la escritura del filme inspirado en la figura de William Randolph Hearst como macguffin para hablar del poder, de las fake news, del miedo a la izquierda en Hollywood, de cómo la industria cedió y hasta apoyó a candidatos que no querían actuar contra el nazismo. Un repaso crítico a la historia que nadie quiere ver y que es tan actual que asusta. Todo funciona, desde un reparto perfecto a un ritmo que nunca decae y que va creciendo hasta ese final y esa catarsis del artista que sabe que sacrifica su carrera por la verdad.
3. 'El irlandés'
Netflix sacó la chequera para hacer feliz a Martin Scorsese… y a los millones de seguidores del cine del genial director de Uno de los nuestros, Taxi Driver e Infiltrados. Con El irlandés el neoyorquino puso el broche de oro a su carrera y a un género, las historias de mafiosos, que no se entendería sin las aportaciones de Scorsese. Y no es una forma de hablar. La adaptación del libro El irlandés: Jimmy Hoffa. Caso cerrado (Tiempo de Historia), de Charles Brandt, es una obra mayúscula que habla del paso del tiempo, de la lealtad, del rencor, de la amistad... y de la historia reciente de los Estados Unidos de América.
Sus tres horas y media de duración se convirtieron comprensible pero injustamente en un meme de internet, pero nada sobraba en una épica historia donde el paso del tiempo era un parte integral del relato. Tener al frente a tres titanes de la interpretación como Robert DeNiro, Al Pacino y Joe Pesci.
Su dolorosa derrota en los Oscar (perdiendo las diez candidaturas a las que optaba) fue un desafortunado fin de fiesta que resistirá el paso del tiempo y que resultaba un auténtico triunfo en dos frentes: el intento de Netflix de granjearse el respeto de la industria y la perseverancia de Martin Scorsese de llevar a buen puerto un proyecto con el que estaba obsesionado desde hace décadas. Por suerte, el genio ya está preparando su siguiente película. Esta vez con Apple, más abierta que la competencia a que la vida tenga una vida útil en cines antes de llegar a su plataforma.
2. 'Historia de un matrimonio'
Noah Baumbach es el único director que aparece por partida doble en la lista de las mejores películas de Netflix. ¿Cómo resistirse a una película en la que se desquita de los fantasmas de su propio matrimonio con la actriz Jennifer Jason Leigh? Historia de un matrimonio es una obra abrumadora sobre el final de una relación y las consecuencias que el desamor, el rencor y el dolor tienen en los protagonistas del relato y aquellos que les rodean.
Esta modernización de Kramer contra Kramer con un regustillo del cine de Woody Allen es la gran obra maestra de Baumbach detrás de las cámaras. La autoficción sirve para dar forma a un guion sensacional (tanto en sus vertiginosos diálogos como en su preciso retrato de las luces y sombras de los dos personajes centrales) que combina de forma ejemplar el drama y la comedia sin renunciar a la oportunidad de hacer un traje a la industria del divorcio que impera en Estados Unidos.
Las críticas sobre la relativa parcialidad del enfoque (más centrado en explicar el punto de vista de él) y cierto elitismo del entorno de los personajes son aceptables, pero Historia de un matrimonio sobrevive a ellas para convertirse en un clásico reciente. Y eso que no hemos hablado de Adam Driver y Scarlett Johansson, imperiales en la mejor interpretación de sus vidas, y una oscarizada Laura Dern que exprime cada una de sus escenas.
1. 'Roma'
La reciente moda de la autoficción entre los grandes maestros alcanzó su punto álgido con Roma, la obra maestra de Alfonso Cuarón. El director de Gravity viaja a México de los años 70 para revisitar su infancia y hacer un regalo a la mujer que cuidó de él durante su niñez y la disolución del matrimonio de sus padres. El deslumbrante blanco y negro escogido para retratar el pasado. La impactante naturalidad de la interpretación de Yalitza Aparicio. Las elecciones de planos, ángulos e imágenes del cineasta detrás de la cámara. Todo funciona a la perfección en la película que dignificó el nombre de Netflix para tantos cineastas en todo el mundo.
“Roma es, de lejos, la película más importante de 2018. Primero, porque ha hecho que se debata sobre la forma de ver cine y sobre los nuevos modelos de producción y distribución. Segundo, por su calidad. Una obra maestra incontestable en el que el director revisa sus memorias para darse cuenta de que el cariño hacia la señora que le crio estaba condicionado por la diferencia de clase, género y raza. Todo está ahí, en sus detalles, en su simbolismo casi felliniano, en la limpieza de su puesta en escena”. Esas fueron las palabras de Javier Zurro al colocar la obra magna del cineasta mexicano en la lista de las mejores películas de aquel año.
Meses más tarde, Roma se quedó a medias en su intento de convertirse en la primera película de habla no inglesa en ganar en los Oscar. No fue posible. En una decisión cuestionable, los académicos prefirieron el clasicismo conservador de Green Book. Un año más tarde, Parásitos completaría la gesta que inició el revolucionario triunfo de Cuarón y compañía.
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