Javier Cámara sigue aprendiendo a pesar de llevar ya más de treinta años trabajando sin parar. El actor está arrasando en los escenarios con Los farsantes, su primera obra de teatro en doce años, pero los nervios siguen presentes cada vez que se enfrenta a un nuevo reto. El último es su estreno el thriller con Rapa, la nueva serie de los creadores de Hierro que Movistar Plus+ estrenará al completo el próximo 19 de mayo.
Cuando todavía no nos hemos recuperado de la extraordinaria temporada final de la historia de Juan Carrasco (un personaje que le ha reportado dos premios Feroz, un Fotogramas de Plata, un Forqué, un Platino y un premio de la Unión de Actores), Cámara está de vuelta en nuestras pantallas con un registro completamente diferente.
Tomás es un profesor frustrado que siente como un estímulo haber sido testigo de un asesinato y que encuentra en la investigación del crimen que ha acabado con la vida de la alcaldesa de un pueblo gallego la oportunidad de escapar de una vida gris marcada por un obstáculo que es mejor mantener secreto hasta el estreno de la serie. Junto a él está Maite, la sargento de la judicial que se enfrenta al caso más importante de su carrera con un aliado inesperado.
Rapa es la nueva creación de Pepe Coira, Jorge Coira y Fran Araújo, los creadores de uno de los grandes éxitos de Movistar Plus+ con Hierro.
Mónica López me contó que lo primero que hiciste al enterarte de que ella sería Maite fue llamar y decirle: “Lo que quieras, aquí estoy”. Después de 30 años en la industria, ¿sientes la responsabilidad de hacerle la vida más fácil a tus compañeros de trabajo, de guiarlos incluso?
No es cuestión de ser líder de nada, sino de ofrecerme y de poner las cosas fáciles por mi parte para sentirnos a gusto. Es una actriz a la que he admirado desde siempre. Cuando hizo con Cesc Gay En la ciudad me quedé de piedra ante esa declaración generacional, es una película maravillosa y Mónica estaba increíble. Yo quería transmitirle la alegría que me daba estar en Rapa y dejarle claro que me tenía para lo que quiera: charlar, ensayar, discutir los personajes, para hacer frente común en definitiva. Es lo que suelo hacer cuando sé que voy a tener un partenaire o una partenaire en un proyecto. Me gusta trabajar con puertas abiertas. La intención no es de ir de líder en absoluto, sino transmitir la idea a mi compañera de: “qué bien nos lo vamos a pasar”.
Has hablado de cómo Rapa te ha hecho sentir más nervios de lo normal. ¿Por qué?
No tengo miedo a la hora de enfrentarme a un personaje como Tomás. Creo que los actores no deberíamos estar pendientes del tono, de la historia o de otros condicionantes que no tienen que ver con el trabajo del actor. Yo nunca había hecho un thriller como Rapa. Que haya algo de comedia en las series o películas que hago me hacen sentir más arropado y a gusto, porque son terrenos que has pisado y conoces. Nunca he hecho algo como esto. Nunca me habían ofrecido algo así. Me sacó una fragilidad, diciendo: “hostia, yo aquí no las tengo todas conmigo, vamos a ensayar y a ver qué pasa”. Lo que sí ayudaba es que los mimbres eran estupendos.
Los hermanos Pepe y Jorge Coira llevan años trabajando con Fran Araújo. Mónica López hizo con ellos Hierro. En Rapa decidieron volver a Galicia, su tierra. ¿Imponía entrar en un engranaje que funciona a la perfección y donde el nuevo eres tú?
Totalmente. Ellos eran un equipo ya formado. Es verdad que el personaje de Mónica acabó abruptamente en la primera temporada de Hierro y fue una pena, porque ella era una maravilla. Creo que les dio mucha pena y por eso la llamaron para Rapa. Todo el mundo se conocía. El primer día, cuando Mónica llegó, empezó a toda la gente del equipo. Me di cuenta de que me daba una tarea por hacer porque el equipo es muy importante. Ella encima es una persona muy amorosa y dulce, un ejemplo de cómo comportarse en un rodaje. Eso me abrió mucho el camino a la hora de formar parte de la familia Coira.
Hablando del equipo, recuerdo una entrevista con Esty Quesada en la que decía que solo le habías dado un consejo cuando trabajasteis juntos: ser agradable con el equipo en el rodaje.
(Ríe) Sin lugar a dudas. Uno tiene que llegar a un equipo, sobre todo cuando es gente que se conoce y lleva años trabajando juntos, desde un lugar de humildad y de ofrecimiento. Esty es una persona muy tímida en realidad. Soy una pringada es un alter ego de Esty Quesada y ella en el fondo es alguien muy tímida, muy sensible y muy linda. Me acuerdo que estaba un poco al margen en el rodaje, esperando que le dijeran qué hacer. Me acerqué y le dije: “aquí está todo el mundo deseando conocerte y ayudarte, todo el mundo está a favor, la gente de producción, iluminación… todo el mundo está esperando que tú brilles y van a hacer todo lo posible para que lo consigues”.
Lo más interesante de los equipos técnicos es que parecen como un ente que funciona por equipos: maquillaje, vestuario y peluquería por un lado, que te ayudan a crear el lado físico del personaje; la gente de iluminación, la gente de producción… En el fondo todos están deseando que los actores sean accesibles, que sean participativos y que haya una comunión de trabajo. En estas series tan largas cuanto antes se genera esa energía, mejor. Cuanto antes estemos todos a lo mismo, mejor. Hay que estar abierto a que otras personas puedan tener una idea mejor.
En Rapa, por ejemplo, las chicas de vestuario y maquillaje pensaron que Tomás podría ser pelirrojo. Empezaron a probar una serie de cosas y las de vestuario empezaron a cambiar los colores de la ropa para que encajara mejor. Empezaron a crear el personaje entre ellas. Cuando tú das manga ancha a equipos de trabajo que hacen las cosas tan bien, te das cuenta de que no tienes por qué venir con una idea cerrada del personaje. Eso es muy gratificante. Cuanto antes sepas esas cosas de los equipos, mejor, porque uno va con ideas preconcebidas y te das cuenta de que la gente de tu entorno te puede dar otros prismas.
Gracias a Juan Carrasco hiciste algo por primera vez: ponerte al otro lado de la cámara y dirigir. ¿Crees que eso te ha cambiado alguna forma en tu trabajo como actor?
Te acercas con más calma a las cosas. Ahí me volví a poner muy nervioso, aunque fueron solo dos capítulos. Sí es verdad que nuestro equipo estaba muy cohesionado. Sabían que tocaba el episodio de Javier y que tenían que aportar, opinar y tener mucha paciencia con el neófito. Sobre todo creo que te acerca a una parte del trabajo muy complicada como es la producción. Como actor no entiendes, por ejemplo, por qué tienes que rodar antes la última escena que la primera. Ahí ves que hay muchas dificultades con las localizaciones, los decorados, los permisos… Empiezas a entender que detrás de todo ese entramado de dificultad hay un trabajo de meses. Te ayuda a entender lo complicado que es poner en pie una película o una serie.
Tomás es un hombre en crisis que se siente insatisfecho hasta que encuentra una nueva motivación en la vida. ¿Te has llegado a preguntar en algún momento si la interpretación ya te había dado todo lo que te podía dar?
¿Sabes qué pasa? En el trabajo de actor tenemos mucha suerte. Pasa un poco lo mismo con los directores de orquesta, que están ahí trabajando con 90 años. La experiencia no es que sea un grado, pero sí te permite crecer. La interpretación no me ha dado todo todavía porque me queda hacer personajes de 60, 70, 80 años. Una va conociéndose a través de lo que va haciendo. A veces hay personajes que se alejan totalmente de lo que eres y que exigen mucho más de ti que otros con los que tienes más cosas en común, pero a mí mi profesión me gusta mucho. Me lo paso muy bien.
No es que conozcas más cosas de ti, que en el fondo es una cosa muy egocéntrica, es que está muy bien trabajar en equipo. Tu cabeza debe estar abierta. En los equipos de trabajo hay muchas opiniones muy interesantes esperando a ser descubiertas. Hay mucha democracia también, aunque haya un señor tomando las decisiones al final. A medida que vas haciendo cosas, tienen más en cuenta tu opinión, también cuando reconoces que no tienes ni idea de algo. Es lo que me pasó haciendo este thriller en Rapa. Es muy gratificante ir creciendo en una profesión en la que ves crecer a la gente. Te encuentras con ellos, formas equipos, descubres lo que te gusta… Es muy bonito.
También disfruto abriéndome a la gente que se incorpora a la industria. Llegar es muy complicado. España es un país donde el star sistem tiene que ampliarse cada año. Es necesario. Cuanta más gente haya en primera y segunda línea. Hay que regenerarse, no hace falta que la misma gente interprete a todos los personajes. No solo los jóvenes, sino también la gente que no ha tenido suerte en la primera parte de su carrera y que de repente a los 40, 50 y 60 empiezan a hacer lo que merecían hacer. Así hay muchos.
A Tomás le da igual la identidad del asesino. Él lo que quiere entender es el móvil del crimen. ¿Cómo es tu relación con esta clase de historias, ya sean en la vida real o en la ficción?
Yo no me llevo muy bien en estas situaciones. Me quedo bastante noqueado cuando oyes casos así. No entran en mi capacidad de entendimiento. Los asesinatos, los crímenes a sangre fría, la venganza… Mi mente no funciona así, me cuesta mucho entenderla y reacciono tarde porque la violencia me bloquea. No soy una persona de acción, entro más en el sinónimo del cobarde en estas cosas.
Lo que me gustaba de Tomás es que para él este misterio era en realidad un motor. Él se refiere al caso como a “una historia”, y le tienen que recordar todo el rato que no es una historia, sino un asesinato. Él vive en un mundo de ficción: es profesor de literatura, su casa está llena de libros y ve la historia como un divertimento. Le ha tocado ser el testigo de un asesinato y se lo toma como tal. Es una persona muy fría en su forma de pensar. Creo que es un complemento perfecto para la investigadora, Maite, el personaje que interpreta Mónica. Él le hace preguntas capciosas y le obliga a ver las cosas desde otro lugar.
Con el paso de los episodios, descubrimos que a Tomás le pasa algo más que no vemos a primera vista. ¿Fue uno de los motivos para querer hacer Rapa?
Sí. Espero que haya más temporadas, pero en estos primeros episodios se vislumbra el problema de Tomás. Se puede intuir que en el fondo esta terquedad y esta obsesión con el mundo de la ficción es para alejarse de la realidad que le está atormentando. Vemos que es un hombre solitario, divorciado y que no le gusta su trabajo. Vamos a ir descubriendo que hay una enfermedad que le está acechando y que es como una espada de Damocles encima. Ante esa frialdad inicial de Tomás, vamos a descubrir que hay una motivación que le perturba y que le hace obsesionarse con el caso porque su tiempo tiene un reloj.
Sin entrar en spoilers, ¿cómo se prepara alguien para interpretar algo así?
Es difícil contestar sin desvelar demasiadas cosas. No incidimos mucho en lo que le pasa. Hablamos con doctores y con personas que conocían lo que le pasa. Es un mundo brutal, aunque por ahora era una parte secundaria de la trama. Me encantaría seguir explorando eso si hay más temporadas.
Rapa' se estrena el 19 de mayo completa en Movistar Plus+.
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