Ahora que se han terminado las vacaciones de verano y que el calor empieza a remitir, llega el momento de traer de vuelta nuestro lado más melancólico y buscar refugio en una serie profunda que nos deje el corazón calentito. Y puede que una opción ideal para la ocasión sea Más allá del jardín, una serie corta que invita a quedarse y que puede ayudarnos a sobrellevar el bajón de la vuelta a la rutina.

Con solo diez episodios de una media de 11 minutos cada uno, esta encantadora miniserie es una de las mejores producciones animadas de los últimos diez años y todo un imprescindible para aquellos amantes de la animación. 

Creada por Patrick McHale (que trabajó en Hora de aventuras y como guionista principal de Pinocho de Guillermo del Toro) y Katie Krentz, Más allá del jardín cuenta la historia de Wirt y Greg, dos hermanastros que se acaban perdiendo en el bosque cuando volvían a casa.

Acaban vagando sin rumbo en Lo desconocido, un extraño bosque a la deriva en el tiempo. El mayor es responsable y temeroso; el pequeño, despreocupado, optimista y juguetón. Dos personalidades opuestas que, a lo largo del trayecto, contarán con la ayuda de un sombrío leñador y de un pájaro azul con bastante mal genio.

Estrenada en el año 2014, la serie se ha convertido en una de las citas obligadas cuando llega el otoño o, en su defecto, en una ficción ideal para ver en Halloween. Y puede que esto se deba a la trama principal, que combinada con el estilo de animación y la banda sonora encaja perfectamente con la estética y el ambiente otoñal.

Una vez dentro, todo aquel que quiera permanecer en este universo se dejará mecer por la historia como si estuviera sentado en una mecedora y observara por la ventana el caer de las hojas, todas ellas coloreadas en tonos naranjas, verdes y amarillos.

Poco a poco, el bosque acaba envolviendo a los personajes y acogiéndonos a nosotros como espectadores, haciéndonos partícipes del viaje que emprenden los hermanastros y compañía, y también de cómo Wirt empieza a perder la esperanza poco a poco y a medida que avanza la serie.

Todo en Más allá del jardín parece estar sacado de una postal otoñal y queda enmarcado de una manera muy especial, emanando un sentimiento de nostalgia que hace que la serie sea espeluznante y acogedora al mismo tiempo.

Está hecha para el disfrute de todo tipo de públicos, incluso a pesar de las tonalidades sombrías que predominan en ella, y se queda con nosotros después de verla, casi obligándonos a regresar a este bosque cuando acabe el verano.