Cuando Donald Trump ganó las elecciones presidenciales de 2016, era habitual encontrar por redes sociales a gente que se preguntaba en qué momento la realidad política de Estados Unidos se había convertido en un episodio de Veep. "¡Sus guionistas son mucho mejores que los nuestros!", llegó a decir su showrunner, David Mandel, antes de anunciar que la serie acabaría en su séptima temporada: "A veces parece que la realidad es otra serie. Y que nos están copiando", dijo. 

Desde que Joe Biden anunció que abandonaba la carrera presidencial y dio su apoyo a Kamala Harris, muchos seguidores de la serie han estado publicando memes en redes sociales que señalan los paralelismos con el personaje titular de la serie de HBO, la vicepresidenta Selina Meyer, que en un episodio le decía a su equipo que el presidente había decidido no presentarse a un segundo mandato, por lo que ella sería la candidata en su lugar. 

"Sigo trabajando en el final", bromeó Armando Iannucci (creador de la serie y showrunner de las cuatro primeras temporadas) en Twitter/X, citando una de los varios mensajes que se publicaron el pasado domingo en la red social compartiendo imágenes de la serie. 

Cinco años después de su final, y tras este cambio en el rumbo de la candidatura demócrata, Veep está experimentando un repentino aumento de audiencia en streaming en Estados Unidos.

Los espectadores de la primera temporada de la serie de HBO en Max aumentaron un 353% el lunes 22 de julio, con un total de 2,2 millones de minutos vistos, y como cualquier excusa es buena para descubrir una de las grandes comedias de la historia de la televisión, aquí os contamos porqué os podría gustar, si aún necesitáis un último empujón para decidiros a darle una oportunidad. 

La mejor sátira política

En la primera temporada, la senadora Selina Meyer es ascendida inesperadamente a vicepresidenta de los Estados Unidos. Al asumir el cargo, se da cuenta de lo poco preparada que está para desempeñarlo. También de lo irrelevante que es, pero eso no impedirá que ella y su equipo de asesores se involucren en las polémicas y líos políticos más absurdos que se puedan imaginar. La mayoría provocados por ellos mismos.

Esta comedia política imagina un Capitolio lleno de gente incompetente y con demasiado ego, que satiriza el sistema de los partidos, el trabajo de los medios y las manipulaciones de la retórica política. Julia Louis-Dreyfus está magnífica como Selina, una persona narcisista, egoísta y misántropa.

A pesar de que la serie no hace alusión a ningún partido en concreto, y no menciona ningún nombre real posterior a la era de Ronald Reagan, consigue mostrar un retrato que se siente realista, actual y muchas veces visionario.

Además, Veep es la serie con los insultos más sofisticados y soeces de la televisión. Sí, mejores que los de Succession, cuyo creador, por cierto, hizo carrera con Armando Ianucci en el Reino Unido. Es una grandísima comedia, divertida hasta la médula y una representación muy realista del juego político.

La gran comedia de la última década 

Veep recibió numerosos premios y elogios de la crítica durante sus siete temporadas, incluidas 68 nominaciones en los premios Emmy, siete de ellas a la mejor serie de comedia, que ganó en sus temporadas cuarta, quinta y sexta. Ganó 17 estatuillas.

Sus temporadas segunda, cuarta y sexta ganaron el premio del sindicato de guionistas a la mejor comedia, y su tercera temporada ganó el Premio de la Asociación de Críticos de Televisión a la Mejor Actuación en Comedia.

La actuación de Louis-Dreyfus le valió seis premios Primetime Emmy consecutivos a la mejor protagonista de comedia (un récord que será prácticamente imposible que se rompa), tres premios del sindicato de actores (SAG Awards), dos Critics Choice Television Awards, un Television Critics Association Award y cinco nominaciones consecutivas a los Globos de Oro.