Cada aparición de Kate Winslet como protagonista de una miniserie de HBO es una invitación que aceptamos a ciegas, porque basta con su talento y carisma para compensar el tiempo invertido. Tres años después de interpretar a la Mare de Easttown, la ganadora del Emmy cambia el drama policial por la sátira y regresa con The Regime para ponerse en la piel de una dictadora hipocondríaca.
Winslet interpreta en la serie a la canciller Elena Vernham, líder de una autocracia centroeuropea ficticia, que se comporta como una madre cariñosa en los vídeos propagandísticos dirigidos a sus súbditos, y como una extrovertida anfitriona sin oído musical ante los diplomáticos.
Pero en la intimidad, es una mujer paranoica e hipocondríaca que aspira oxígeno de un tanque. Su principal delirio es que las toxinas transmitidas por el moho están envenenando el aire, por lo que requiere controlar al minuto el nivel de humedad de cada habitación.
Además de su sumiso marido, Nicky (Guillaume Gallienne), y un equipo de asesores que consienten con temor sus caprichos y absurdeces, su corte la completa Herbert Zuback (Matthias Schoenaerts), un soldado con problemas de ira cuyo sangriento papel en la represión de una protesta le ha valido el apodo de "El Carnicero", y que en palacio habrá de realizar el trabajo más vital de la nación: medir la humedad del ambiente constantemente.
Winslet está fenomenal en el papel de tirana ridícula al que se entrega en cuerpo y alma. La forma en la que habla, en la que se mueve y hasta en la que respira transmite el estado errático en el que vive, y por el que puede pasar de la fragilidad a la violencia en cuestión de un suspiro.
La química entre Elena y Zuback es inmediata y escala rápidamente hacia una codependencia malsana en la que se retroalimentan los delirios, mientras los demás les siguen la corriente para no convertirse en el centro de la ira de Elena, que es muy ridícula, pero al fin al cabo es una tirana poderosa.
Tan magnífica como Winslet está Andrea Riseborough (To Leslie), la directora de palacio, ama de llaves y niñera, que además de graciosa y carismática, es también el único personaje que ofrece respiro al espectador y por el que puede sentir un poco de empatía. Especialmente, cuando mantiene el sentido común a espaldas de Elena en lo que a la salud de su hijo se refiere.
The Regime no parece tener nada especial que decir en cuanto a la sátira política se refiere, quedándose en un terreno mucho más superficial de lo que el espectador podría esperar de los créditos de Will Tracy (Succession, The Menu) y Stephen Frears (The Queen).
Tampoco es particularmente divertida, pero si, como decíamos al principio, con ver a Winslet y estrellas invitadas como Martha Plimpton o Hugh Grant, que nunca decepcionan, es suficiente, sabed que como extra os lleváis a una Riseborough, la gran revelación de la serie para quienes no siguieron la carrera de los Oscar del año pasado, a quien esperamos ver con más frecuencia en nuestras pantallas.
Los nuevos episodios de The Regime están disponibles los lunes en HBO Max.