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En el cine muchos directores buscan eso de un ‘universo propio’. Que con ver un fotograma de una de sus películas todo el mundo sepa que son suyas. Un mundo paralelo en el que todo ocurre según las leyes que ellos han marcado. Las de Isabel Coixet están claras desde su primera película y han ido asentándose mientras construía una de las carreras más firmes y premiadas del cine español.

La música, las lavanderías, el senza fine de Gino Paoli, la cultura asiática, la lluvia… tropos coixetianos que nunca habían estado tan a flor de piel como en su primera serie, Foodie Love -que se estrena el 4 de diciembre-. HBO ha producido lo que ella define como “un parque temático” de sus obsesiones, filias y fobias. Una ficción romántica hasta la médula y también una de las mejores series españolas del año. Dos personas, una aplicación para ligar con gente a la que le guste comer y muchas horas de conversación por delante.

Coixet se abre en canal, y lo hace a través de los dos personajes que interpretan Laia Costa y Guillermo Pfening. Se la nota contenta, y lo demuestra cuando conversa con EL ESPAÑOL sobre su nuevo ‘hijo’, pero también sobre comida, amor, sexo, cine y superhéroes.

Isabel Coixet en el rodaje de Foodie Love. HBO

Hacía tiempo que no te veía tanto en algo que dirigías.

¿Eso es bueno o malo?

Bueno, ¿no?

Sí, es verdad, pero me da mucho pudor. Hay muchas cosas de los personajes que yo he dicho. De Laia, de Guillermo, que he dicho textual, que he sentido textual o que he pensado textual. O el personaje de Agnes Jaoui me ha pasado eso. O ir a un bar y pensar que todos podrían ser tus hijos, por edad, y piensas las cosas que te gustaría decirles.

¿No te da miedo que la gente piense que el personaje de Laia Costa es tu álter ego?

No lo he pensado... es más el pudor, es que en el capítulo final hay un monólogo de Guillermo que yo he dicho eso en un mensaje que le he escrito a una persona y eso me da impresión. Uno de los momentos más duros del rodaje fue eso porque recuerdas la persona que eras y que ya no eres ahora, pero con el cine es un ejercicio de psicodrama donde te ves encarnado en un personaje que ni tiene tu género y te ves en otro. Fue muy conmovedor y mucho más impactante de lo que yo pensaba. Porque una cosa es escribirlo, porque los guionistas somos como los cerdos, somos omnívoros, pillamos todo, las conversaciones, las cosas que te cuentan, pero es que hay cosas muy literales.

Los guionistas somos como los cerdos, somos omnívoros, pillamos todo, las conversaciones, las cosas que te cuentan, pero es que hay cosas mías muy literales

¿Dirías que fue catártico?

Sí, porque te das cuenta del recorrido que has hecho como persona que debería haberte enseñado más cosas de las que te has enseñado pero sigues siendo una niña asustada de 12 años que sabe que hay un mundo más allá del mundo que le rodea pero tiene miedo de entrar en él.

¿Cómo nace Foodie Love? Parece la unión de varias reflexiones sobre el amor, de textos tuyos.

No, iban surgiendo con la trama que yo empecé a pensar en un sitio como la chica del café que oye conversaciones y lo que no oye se lo inventa. Y hace tres años estaba en un café en Brooklyn al que iba porque no tenía ni mesa donde escribir y un momento te cansas de ti y vas a un sitio para ver que hay un mundo, y veía a una chica que quedaba con chicos diferentes y estaba claro que les había conocido por una APP. Y luego a las amigas les contaba el recuento pero con una versión muy diferente de lo que yo había visto. Y empecé a pensar en esto, y también yo tengo un amigo con el que hago aventuras gastronómicas absurdas en plan irnos a New Jersey a un garito que hay una señora china que hace unas empanadillas maravillosas. Nada de estrellas michelín, sino a chiringuitos y era un viaje a través de la comida.

Laia Costa y Guillermo Pfenning. HBO

¿Eres de las que planifica los viajes en torno a los sitios de comer?

Eso lo hacía Chabrol, que planificaba los rodajes al lado de restaurantes de tres estrellas… No. Mira, por ejemplo, este fin de semana con mi pareja he estado en París en un hotel donde estuvo Sartre y Simone de Beauvoir, que está en frente del cementerio donde están enterrados y luego fuimos a La Coupole. Entonces este viaje sí, pero porque este verano leímos los dos la misma biografía, muy completa, que a mí me ha reconciliado con ellos porque yo les tenía mucha manía. Para mí en la adolescencia ella era LA MUJER. El turbante nunca me convenció. Yo leí El segundo sexo con 16 años y para mí era la biblia, y luego les cogí manía, y me he reconciliado con ella y al leer el libro fuimos.

Foodie Love es un poco un compendio de todo lo que se asocia a Isabel Coixet.

Un parque temático, sí. Pero todo ha ido saliendo. Es curioso como uno puede ser tan naif. Mientras lo estaba escribiendo no me daba cuenta. Cuando estaba escribiendo el último capítulo. que luché con él por muchas razones, porque nace de una historia que viví y ahí sí que me di cuenta de lo que había hecho,pero salió todo de forma inconsciente. No tenía un esquema, no escribí ninguna biblia estas cosas que tienes que hacer. Y agradezco a la gente de HBO que siempre me animaron a ser personal, porque yo tenía mis dudas.

¿Te gusta la palabra 'foodie'?

No.

Me extrañaba que te gustara.

No...pero todo el mundo lo decía, te presentan a alguien y te dicen 'he’s such a foodie' y la incorporas tanto que no le tienes manía, pero al principio se la tenía.

La serie es hedonista, del carpe diem, de gastarnos los últimos cartuchos en un restaurante, pero estar en el mundo es saber que la precariedad está delante de nuestras narices

¿Cuál es la comida favorita de Isabel Coixet?

Yo creo que las anchoas. Si pienso algo que siempre me pide el cuerpo es anchoas.

Hay un momento que me parece muy interesante y es la mini historia del repartidor de Glovo, además justo en el capítulo en el que ellos van a un restaurante de estrellas michelín. No sé si es una declaración de intenciones, dejar claro que la serie no es sólo para los que van a un estrella michelín, o reivindicar que también uno es foodie si va a una tasca.

Para mí la historia del Uber eats es que a mí me pone delante de algo que soy muy consciente. Nosotros podemos tener la sopa thai y la pizza gracias a que estos señores cobran dos euros y medio. Cuidado. Estar en el mundo, y ojo, la serie es hedonista, del carpe diem, de gastarnos los últimos cartuchos en un restaurante, pero estar en el mundo es saber que la precariedad está delante de nuestras narices. Y yo soy super consciente de cuando pido un Uber de darle una propina igual a lo que he pedido, pero porque me siento culpable, y en vez de luchar porque estas personas no tengan precariedad, me tranquilizo la conciencia dándole la propina, pero lo sé, lo único que me salva es que lo sé. No vivimos en los muindos de Yupi, los personajes a veces también, pero creo que saben que están en Yupi y les acojona estar en el mundo real. Vamos a vivir el amor y una comida, pero cuidado, yo como cineasta sé dónde estoy.

Es una serie muy romántica.

Sí.

¿No temes que te llamen ñoña o ya estás curada de espanto?

A mí es que ya me han dicho tantas cosas en la vida… Sí, es romántica, y es que a mí me siguen gustando las películas románticas, pero cuando pienso en romántico pienso en trágico lo reconozco. Para mí romanticismo es el punto de vista de Sally Rooney en Gente normal. Eso es el auténtico romanticismo, un sentido de la vida que tiene que ver con los ideales y que intenta sobrepasar el límite entre la realidad y el deseo sabiendo que ese límite a veces se queda en la mitad.

Eso es el auténtico romanticismo, un sentido de la vida que tiene que ver con los ideales y que intenta sobrepasar el límite entre la realidad y el deseo sabiendo que se queda en la mitad

Vivimos un momento donde esta bajo el foco el concepto de amor romántico, está mal visto. ¿Crees en el amor romántico o qué opinas del concepto?

Está mal visto pero es lo que buscamos. La historia de las apps, esta cosa de que todo es fácil, de que es fácil cambiar... lo entiendo, porque hay un miedo al compromiso, porque el compromiso nos parece difícil y aburrido. A mí me hacen gracia las parejas que se casan y te dicen que el matrimonio requiere esfuerzo, no, el ser humano tiende al mínimo esfuerzo y por eso el matrimonio es como antinatural,pero a la vez queremos pensar que esa persona que ahora nos pone a 100 nos va a poner a 100 dentro de cinco años, y eso no va a ser. ¿Y cómo sacamos punta a eso? Ahí si que requiere esfuerzo, pero eso de que ya de salida requiere esfuerzo… No.

¿Y los algoritmos?

A mí me flipan estos matrimonios arreglados que luego se enamoran, es como este experimento que ha n hecho que si se miran dos personas fijamente no sé si durante tres minutos consiguen enamorarse… es que yo creo que para enamorarse uno tiene que querer, y encontrar a otro que tenga las mismas ganas y con las mismas características de tu ideal, o que se acerquen, y entonces igual se enamoran, pero por cuánto tiempo... no lo sé.

¿Y qué opinas del poliamor?

Yo las relaciones de poliamor que he visto y vivido han funcionado en detrimento de alguien. Entre tres es muy difícil la igualdad, ya entre dos es difícil que se dé, pues entre tres más complicado, uno siempre ha tenido que claudicar, pero puede ser.

Las relaciones de poliamor que he visto y vivido han funcionado en detrimento de alguien. Entre tres es muy difícil la igualdad, ya entre dos es difícil... uno siempre tiene que claudicar

¿El amor líquido es un sabor de helado?

¡Por fin alguien pilla el homenaje a Bauman! Es que en sus textos encuentro una poética que me gusta mucho... pero si el amor es líquido o gaseoso no lo tengo claro.

¿Esa heladería existe?

No, me la inventé y tengo que decir que rizando el rizo llevé a esa heladería llevé dos helados que son creaciones de los hermanos Roca, de panetone y de parmesano que para mí son los mejores del planeta, y llevamos las neveras a Roma con un par.

¿La filosofía ha quedado para sabores de helado?

Me gustaba la idea de alguien que quiere llevar la filosofía a sus alumnos y expandir su mente pero luego queda aplastada por una burocracia académica. Lo que he conocido de la vida universitaria creo que es muy difícil que sea un nido de creatividad e investigación. Creo que ahora eso no está en la universidad, está en centros más pequeños, mejor preparados donde es posible que la gente piense y cree.

A mí de pequeño me decían que estudiara algo que tuviera salidas.

A mí también, yo es que hice historia. Es que yo ni siquiera hice cine. Soy licenciada en historia, especialidad contemporánea y especialidad las tres revoluciones francesas del XIX.

Fotograma de Foodie Love.

¿Y cómo llegas al cine?

Eso es una larga historia… Pues no sé, lo más alucinante es que… Mira qué curioso, el otro día cené con un profesor que tuve a los 12 años y me recordó que un día en el patio del colegio le dije: yo quiero ser director de cine. No me acordaba de nada de eso. Yo siempre tenía esta idea de hacer películas, desde pequeña, y recuerdo el día que me llevaron a la cabina del cine Texas en Gracia, en Barcelona, porque mi abuela trabajaba de taquillera. Y cuando vi el proyector y los fotogramas lo recuerdo como una especie de milagro que me fascinó. Y estudié historia porque claro, es que cuando ves las noticias hoy, y vas a la hemeroteca, porque yo me he pasado mucha adolescencia y juventud en hemerotecas, y en las comunidades libertarias de Aragón buscando historias, y creo que todo se repite peor, que nadie se acuerda de nada.

La comida está en la serie vinculada directamente con el sexo. Son dos de los placeres de la vida, ¿tu crees que están vinculados?

Sí, no me hagas decir cuál es mejor.

Ni decir de cuál prescindirías.

No… las anchoas que no me las toquen. Pero preferiría no tener que elegir nunca.

En la serie los cinco primeros capítulos hablan mucho de sexo pero follan poco, pero a partir de ahí follan mucho.

¡Y hablan poco!

Si no ruedo me deprimo. Yo cuando Tarantino dice que se retira que ya ha hecho diez películas digo ‘pero qué vas a hacer ‘tontolaba’

¿La vida misma?

Sí, es el proceso de seducción, de flirteo… y cuando has consumado hablas menos y ya tiene menos gracia. Sí, ya el sexo telefónico, la imaginación, que es importante. Y sobre todo es importante que la gente no esté todo el día junta.

Una habitación propia.

Eso es súper importante. Yo no entiendo la gente que trabaja juntos, todo el día juntos… yo de pensarlo me agobia, y hay gente que lo consigue. Supongo que crecer significa saber que el otro es de otra, y que lo que para mí es sublime para otro es una chorrada.

Últimamente empalmas un trabajo con otro, ¿eres más hiperactiva que antes?

Siempre he sido hiperactiva, es que si no me deprimo. Si no ruedo me deprimo, y lo entiendo, mira a Woody Allen, claro que se aburre en casa, que´va a hacer en casa ese hombre. Yo cuando Tarantino dice que se retira que ya ha hecho diez películas digo ‘pero qué vas a hacer ‘tontolaba’, si no vas a saber’.

Has hecho película con Netflix y serie con HBO, ¿a quién quieres más a papá o a mamá?

Es que son proyectos tan diferentes… Elisa y Marcela nació como una película y Netflix entró a financiar una película con el proyecto más o menos avanzado, y con HBO hemos hecho el desarrollo de toda la serie. Les llevé una idea y hemos hecho capítulo a capítulo y me han empujado a ser libre y personal, pocas veces me han empujado a eso.

Los superhéroes están con la mochila de Glovo repartiendo o es la señora que limpia las habitaciones en este hotel por cuatro euros y luego tiene tres niños en casa.

Me acuerdo la última vez que tuvimos una entrevista, con La librería, que estabas muy tensa. Estaba todo el tema de Cataluña y en las entrevistas sólo te hacíamos preguntas sobre el tema. ¿Cómo lo viviste?

Es que La librería era mi hijo, sólo quería hablar de él, y al final lo otro son cosas que pasan… Cataluña te afecta cómo no me iba a afectar. Yo lo digo de broma pero ahora digo que el procés me ha ayudado porque me ha puesto las pilas para centrarme en mi trabajo. El trabajo ha sido una terapia alucinante, porque si tuviera que vivir todo el rato lo que pasa allí sería muy difícil, y sobre todo para una persona como yo que veo diferente como lo ve el 'estatus quo' allí.

Es que estamos en le mismo barco, y cuantas más barquitas queramos hacer peor, pero te cansas de decirlo y ya no voy a firmar ningún manifiesto,sobre todo porque es que para qué, lo que yo pienso lo sabe todo el mundo, allí lo sabe todo el mundo. Lo que no voy a decir es lo que no pienso. Pero veo una deriva vacía de contenido y hacia ningún sitio. El otro día leía, ¿y si hacemos una tregua y nos preocupamos de las cosas de verdad?

¿Te arrepientes de haber dicho que no a Million Dollar Baby?

Esto, ya verás por qué, últimamente me lo han preguntado un montón. Los proyectos te llegan de una manera, y me llegó con Sandra Bullock de productora y quería ser la prota. Me entrevisté con ella y dije, por mucho que me esfuerce… Y acababa hacer Mi vida sin mí, y también pensaba ¿otra mujer que muere? Pero era una mujer boxeadora y Toro salvaje es mi película de cabecera, pero es que pensaba que la cosa cruda y brutal con ella no iba a ser y no nos íbamos a entender. Y no la veía. Y luego el guion llegó a Clint Eastwood tras pasar por muchas manos y sin ella.

¿Dirigirías una película de Marvel si pudieras hacer lo que te diera la gana? Leí que Lucrecia Martel había sido tanteada.

Eso sería genial, ella debería hacer Wonder Woman por signos, sólo con sonido… A mí es que la gente que vuela, con superpoderes… Mira, los superhéroes están con la mochila de Glovo repartiendo o es la señora que limpia las habitaciones en este hotel por cuatro euros y luego tiene tres niños en casa. A mí lo que no me gusta es lo de volar. No, no me lo van a pedir.

¿Y hablando de Scorsese, qué opina de la famosa declaración sobre que el cine de superhéroes no es cine?

Yo estoy con Scorsese siempre, pero no sé lo qué es cine, y creo que nadie sabe lo que es ni lo pueda decir. A mí me gusta contar historias, cine, series… si puedo contar la historia que puedo… Pero con Martin a muerte siempre, y sé que siempre que ha podido me ha ayudado.

Tu has sido una pionera, ahora que se habla de referentes, ¿a ti se te apoyó al principio de tu carrera?

Apoyarme… No. Palos en las ruedas todo el que se pudo, pero bueno. Para mí un referente es Agnès Varda.

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