En medio de una fábrica textil en la Roca del Vallés, a pocos kilómetros de Barcelona, se encuentra la consulta de psicología más especial. Una que parece suspendida en el tiempo, anclada en el pasado. Tiene cintas de casete, colillas a medio fumar, revistas Science y un diván, porque las terapias se hacen con diván. Se trata de la consulta del Doctor Portuondo, psicólogo real y ahora personaje de ficción gracias a la primera serie producida por Filmin que termina su filmación en estos días y a cuyo rodaje acudió SERIES & MÁS.
La plataforma ha comenzado a producir su primera ficción, pero como todo lo que hacen, no podía ser una cualquiera. Ellos no funcionan con algoritmo, sino que pertenecen a otro tiempo, el de los prescriptores. Ellos seleccionan y recomiendan, y con su primera serie han elegido unos compañeros de viajes que compartan filosofía. Así que para esa primera serie han confiado en Carlo Padial, uno de los creadores más personales gracias a obras como Algo muy gordo o Mi loco erasmus, que ha adaptado su propio libro, Doctor Portuondo (Blackie Books), junto a Carlos de Diego.
Aquél terapeuta que le cambió la vida se convirtió primero en un personaje de un libro en el que mantenía sus piruetas de juego entre realidad y ficción; y en un paso más en lo metarreferencial, Portuondo ahora tendrá los rasgos de Jorge Perugorría, que se mueve por esta consulta levantada en medio de la fábrica como si fuera su casa, con su pajarita, sus gafas y su pipa que no suelta. El protagonista del libro era el propio autor, que contaba su experiencia, y al que ahora da vida Nacho Sánchez -Diecisiete- que se ha convertido en un alter ego al que le ocurre lo mismo que a Clark Kent, que cuando se pone las gafas se convierte, pero en vez de ser Superman se transforma en Carlo Padial. Sus gestos, tics… todo en un ejercicio que asusta al propio director.
Desde Filmin avanzan que la adaptación será de la primera mitad del libro, ya que la segunda mitad se guarda para una segunda temporada que confían en rodar. Serán seis episodios de media hora, y para su director hay miles de influencias, como buen cinéfilo, pero destaca dos comedias personales y de tono único como son Modern Romance, de Albert Brooks; y Mi cena con André, de Louis Malle.
Para Portuondo, “el psicoanálisis no se acaba nunca”, y de alguna forma Carlo Padial vuelve a terapia rodando esta serie que rescata de nuevo “los cinco años que estuve haciendo terapia con el Doctor Portuondo, un psicoanalista que se exilió de Cuba, pasó por EEUU y luego vino a España”. “Era una figura increíble, me marcó mucho. Yo quise escribir el libro porque me parecía increíble que no le conociera más gente, porque es un poco Jodorowski, que todo lo que decía era valioso y transformador. Decía cosas que se te quedaban, y me pareció una figura que me hacía ilusión convertir casi en un personaje literario, porque tiene todos los mimbres, es como un detective del inconsciente, un Sherlock Holmes en el que el culpable siempre eres tú, un antidetective en el que quien lleva el caso siempre es culpable, y eso es muy guay”, explica Padial.
Doctor Portuondo llega en un momento donde la salud mental está en el debate, también en el político, y por eso su creador cree que la serie “interpela a una audiencia muy joven porque hay un resurgir del psicoanálisis, y no sólo por la pandemia, sino en los últimos años por tanto cambio económico y social, y es algo a lo que se había dado la espalda y ahora la terapia vuelve con mucha fuerza, y por eso creo que esta serie puede llegar a una audiencia amplia, y que plantea situaciones muy divertidas, como las terapias de grupo".
Por la consulta de Portuondo pasarán muchos actores. Habrá apariciones de Berto Romero, Arturo Valls -con una gallina incluida que revolucionó el rodaje- y otros muchos pacientes de este psicólogo al que Perugorría ha aportado mucho, y eso se nota cuando uno le ve en acción, en un monólogo de más de diez minutos donde se transforma en Portuondo, un hombre que “se murió con las ganas y el deseo de volver a Cuba”.
“Estaba convencido de que Fidel moriría antes que él, pero es que aunque hubiera ocurrido así, él no hubiera podido volver en las condiciones en las que él quería volver. Sus años finales, que son los que yo conocí, lo tenían en esa situación quijotesca de soñar con Cuba más que estar aquí. Sólo hablaba de Cuba, de sus recuerdos, y a veces incluso se tiraba en el diván porque decía que era más interesante lo que él iba a contar que lo que podías contar tú, y era cierto”, recuerda Carlo Padial. Pronto todos conoceremos a Doctor Portuondo, que Filmin planea estrenar en otoño y que será su prueba de fuego en la ficción española.
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