Menuda papeleta le ha tocado a Falcon y el Soldado de Invierno, la nueva serie de Marvel para Disney+. Una papeleta injusta, pero que no va a poder evitar. Llega justo después de Bruja escarlata y Visión, y aunque siempre se dice que el orden de los factores no altera el producto no es cierto. Lo que ha logrado la serie sobre Bruja Escarlata es muy complicado. Enamorar a fans de la franquicia y convertir a los que no tenían ningún interés en ella. Lo ha hecho con originalidad, con una apuesta diferente, un homenaje a las sitcoms y una profundidad que no habíamos visto hasta ahora en las películas de Marvel.
La serie era una reflexión sobre el duelo, envuelta en un formato novedoso que iba mutando a lo que realmente querían los fans acérrimos: acción y guiños a los personajes que ya conocen, a los que están por venir y a las futuras películas con las que comenzará la ansiada fase 4. Una mezcla que podía haber salido mal pero que convenció a todos. Todo esto para dejar claro que el orden aquí si altera cómo se recibe una serie. Falcon y el Soldado de Invierno debería haber sido la primera que se estrenara. De hecho, ese era el plan original, pero el coronavirus retrasó el rodaje y con ello su llegada a Disney+.
La serie centrada en estos personajes era perfecta como toma de contacto, como primera serie de Marvel, porque apuesta por la continuidad. Aunque esta frase esté mal vista, es una película de Marvel hecha serie -o al menos eso parece después de ver el primer episodio que pudo ver la crítica-. Tiene su misma estructura, su misma concepción y el mismo riesgo (ninguno). Apuesta a una fórmula que funciona, que entretiene y que no tiene nada que demostrar. Eso quita cualquier atisbo de modernización, de riesgo o de intentar algo diferente.
Falcon y el Soldado de Invierno es tan canónica que empieza con una gran escena de acción, como manda la tradición. No podía ser de otra forma. Un despliegue de fuegos artificiales y del gran nivel de producción que tiene. en un producto para televisión, pero nada nuevo en el horizonte.
Sí que parece que el tiempo que otorga la serie, seis episodios de en torno a 45 minutos, hará que haya más espacio para indagar en estos dos secundarios que ahora toman la delantera. Sobre todo en sus traumas. De alguna forma también es una serie sobre el duelo, pero de una forma convencional, y no con el juego y el riesgo de Bruja escarlata y Visión. Esto no quiere decir que sea una serie mala, es divertida, tiene ritmo y su primer episodio acaba con un giro que engancha, pero después de lo que hemos visto nos sabe a poco.
No tengo ninguna duda de que Falcon y el Soldado de Invierno va a encantar a los fans de Marvel, va a ser un exitazo y que habrá decenas de guiños, cameos y personajes con las que los comiqueros darán palmas con las orejas. También estoy seguro de que todos aquellos que se asomaron a Bruja escarlata y Visión por curiosidad y se quedaron enamorados, no picarán esta vez.
Entre las buenas noticias hay que destacar que por lo visto en el primer episodio, la serie intentará aproximarse más al estilo del thriller y el cine negro que tenía Capitán América: el Soldado de Invierno, una de las películas más redondas de toda la franquicia. Esperemos que esté al nivel, y esperemos también que este primer paso tan medido al milímetro se desboque y deje lugar al riesgo y a la novedad.
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