Priscilla Beaulieu conoció a Elvis Presley en 1959. Vivía en Alemania Occidental, donde estaba destinado su padre, oficial de las Fuerzas Aéreas, base en la que también estaba destinado el Rey del Rock, que para entonces ya era una leyenda internacional con Jailhouse rock, lo que no le eximió de cumplir el servicio militar obligatorio.
En sus memorias Elvis and Me, Priscilla recuerda que estaba sentada en un restaurante frecuentado por militares estadounidenses y sus familias cuando un joven llamado Currie Grant se le acercó para preguntarle si era fan de Elvis. Cuando le dijo que sí, la invitó a ir con él y su mujer a una fiesta en casa del músico.
Priscilla relata que eligió el atuendo perfecto "un vestido marinero azul marino y blanco con calcetines y zapatos blancos" y que estaba tan nerviosa que no dijo ni una palabra durante el trayecto de 40 minutos en coche hasta la casa de Elvis. Cuando llegó, vio inmediatamente a la estrella del rock y pensó que era aún más guapo en la vida real.
Era "más joven y de aspecto más vulnerable con su corte de pelo de soldado", escribió. Grant le presentó a Elvis como "la chica de la que te hablé" y los dos empezaron a hablar. Elvis le preguntó si estaba en primero o último curso de secundaria. Cuando ella le dijo que estaba en noveno curso, él se rio y le dijo: "Vaya, no eres más que un bebé".
Priscilla tenía 14 años.
La diferencia de edad no fue un problema para Elvis, que en ese momento tenía 24 años, por el contrario, lo vio como una ventaja: pensó que así podía entrenar a Priscilla para convertirla en su mujer ideal.
En 1960 se la llevó a vivir con él a Graceland en Los Ángeles. "Era una muñeca viviente que moldeaba a su antojo", escribió en sus memorias.
"Eran otros tiempos", dijo Priscilla Presley a The Hollywood Reporter durante la promoción de la película de Sofia Coppola que narra los años de noviazgo y matrimonio de la pareja (se casaron en Las Vegas en 1967) desde el punto de vista de ella. "Vivía en su mundo. Quería complacerle. Quería encajar. Quería divertirme con él. Quería ver qué era lo que le gustaba".
A pesar de ser una adolescente cuando se conocieron, cree que Elvis la veía como una confidente muy madura para su edad. "Elvis se desahogaba conmigo en todos los sentidos en Alemania: sus miedos, sus esperanzas, la pérdida de su madre, que nunca superó", dijo durante una rueda de prensa en el Festival de Venecia en septiembre.
Priscilla, la película, protagonizada por Cailee Spaeny (Priscilla) y Jacob Elordi (Elvis Presley), se inspira en las memorias de la exposa del rey del rock. Todo el mundo conocía a la leyenda, pero ella quería que conocieran hombre.
Tras la primera proyección en Venecia, Presley, que es productora de la película, reconoció que era difícil verla y no pensar en lo joven que era cuando se relacionó por primera vez con Elvis. "Al final, me emocioné mucho", dijo. Sin embargo, lleva mucho tiempo diciendo e insistiendo en que no se considera a sí misma una víctima.
En Elvis and Me, Priscilla Presley asegura que no tuvieron relaciones sexuales hasta el día de su boda en 1967, cuando ella tenía 21 años. "La gente cree que la atracción era el sexo. En absoluto", dijo en la rueda de prensa del Festival de Cine de Venecia. "Nunca tuve relaciones sexuales con él cuando era menor de edad. Era muy amable, muy cariñoso. Respetaba el hecho de que yo sólo tenía 14 años".
Sofia Coppola ha querido honrar sus memorias y su punto de vista sin juzgarla. "Siento que mi trabajo es mostrar cómo fue su experiencia. Luego el público puede pensar y tomar sus propias decisiones". Estos son algunos de los momentos de esta complicada relación, que aparecen en la película Priscilla, y también en las memorias Elvis and Me de Priscilla Presley.
Le decía cómo vestir y cómo moverse
"Le gustaba que vistiera de rojo, azul, turquesa, verde esmeralda y blanco y negro, los mismos colores que él llevaba", recuerda Priscilla en sus memorias. No solo dictaba los colores que debía llevar, también le prohibía usar otros por los que sentía aversión, como el marrón y el verde, vetados en su armario, ya que le recordaban a su época en el Ejército.
Entre sus mandatos, también estaba que llevara los ojos muy maquillados, el pelo teñido de negro, como el suyo, y que mantuviera una postura recta. Además, cada vez que ella miraba hacia arriba con los ojos, él le daba unos "golpecitos en la frente y le alisaba las arrugas", diciéndole que si tenía que mirar hacia arriba debía levantar el cuello y no los ojos para evitar las arrugas.
Le prohibió trabajar
En Elvis y yo, Priscilla cuenta que durante su relación consiguió un trabajo de modelo, pero él le pidió que lo dejara. A su pareja no le impresionaban las "chicas de carrera", como él las llamaba despectivamente. Su trabajo era hacerle feliz. Y odiaba la idea de que una noche la llamara al azar y ella no pudiera contestar inmediatamente al teléfono.
Le daba sedantes y estimulantes
Una vez Priscilla estuvo dormida e inconsciente durante dos días enteros después de que Elvis le diera un potente somnífero. Ella se tomó las pastillas justo antes de meterse en la bañera, pero el destino quiso que pudiera acostarse en la cama antes de que le hicieran efecto.
Cuando por fin volvió en sí, recuerda en sus memorias, Elvis le dijo: "Llevas dos días inconsciente con dos malditos Placidyls de quinientos miligramos. Debo haber perdido la cabeza dándotelos de esa manera".
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Mientras estaba en el extranjero, en otra ocasión también le había dado anfetaminas (speed) para que no se durmiera en clase, diciéndole que así era como conseguía mantenerse despierto durante los ejercicios nocturnos del Ejército.
"Elvis creía sinceramente que me estaba haciendo un favor al darme las pastillas", declaró a People en 1985. "Y estoy segura de que nunca se le pasó por la cabeza que pudieran ser perjudiciales para él o para mí".
Abuso psicológico y físico
En sus memorias, Priscilla detalla el abuso psicológico y físico que Elvis le causó durante sus casi 15 años juntos. Varios de esos incidentes aparecen en la película. Desgraciadamente, según Priscilla, esto era habitual en él. "Si creía que nos iba a dar una lección, sacaba de quicio cualquier queja sin importancia. Luego, diez minutos más tarde, ya estaba bien, dejándonos desconcertados y emocionalmente agotados. Era un verdadero maestro manipulando a la gente".
Elvis tenía un temperamento errático. Su equipo y Priscilla eran a menudo objeto de los caprichos de su ira. Tal como se ve en la película, Elvis le lanzó una vez una silla a su entonces novia tras preguntarle su opinión sobre un disco.
Una agresión sexual
En el momento más angustioso de Elvis and Me, Priscilla describe cómo la citaron en la habitación de hotel de Elvis en Las Vegas en 1972. "Tenía curiosidad" por saber por qué él quería verla, ya que para entonces llevaban vidas separadas desde hacía meses y se preguntaba si él quería hablar de verdad sobre su matrimonio.
Cuando llegó, explica que encontró a un Elvis ebrio en la cama. "Me agarró y me hizo el amor a la fuerza", escribe Priscilla. "Fue incómodo y diferente a cualquier otra vez que me hubiera hecho el amor antes. Me dijo: 'Así es como un hombre de verdad le hace el amor a su mujer'".
Aunque Coppola no muestra la violación en pantalla, sí incluye una conversación que, según Priscilla, ambos mantuvieron tras el incidente. Después de ese momento traumático, le dice a Elvis que le deja para siempre. El diálogo de la escena es casi literal a lo que Priscilla escribió en sus memorias.
'Priscilla' está actualmente en cartelera.