Michael J. Fox es una de las grandes estrellas de la industria de Hollywood, pero desde que le diagnosticaron la enfermedad del Párkinson en 1991, no se encuentra del todo bien físicamente y ha llegado a reconocer que tiene suerte de estar vivo.
De hecho, en una entrevista que ha concedido recientemente, ha recordado que no han sido pocos los problemas de salud que ha tenido estos últimos años y que incluso estuvo a punto de perder una mano.
"Mi mano se infectó y casi la pierdo. Fue un tsunami de desgracias", dijo el actor para el medio Town & Country, enumerando los problemas a los que se ha enfrentado y recordando que también se rompió los dos brazos, un hombro, el pómulo, y que también fue operado de un tumor en la columna. "Llegará un día en el que me quedaré sin gasolina... En realidad, si falleciera mañana, sería prematuro, pero no sería algo inaudito. Pero no le tengo miedo a eso", agregó Michael J. Fox.
El documental de Michael J. Fox
Además de protagonizar algunas de las películas más taquilleras de la década de los 80, Michael J. Fox es un cómico muy respetado que ha ganado hasta tres Emmys en su carrera. Estaba en el punto más alto de su carrera hasta que le diagnosticaron Párkinson, algo que amenazó con poner fin a su carrera.
Sin embargo, en lugar de dejar que le destruyera, Fox se convirtió en un activista y ha decidido contar su historia por fin en Still: A Michael J. Fox Movie, un documental que se ha estrenado recientemente en Apple TV+.
En él, el actor se cuenta a sí mismo, narrando la historia de un niño pequeño que creció en una base del ejército canadiense que llegó a lo más alto en Hollywood. Este relato está repleto de emociones y mucha nostalgia, trazando lo que ocurrió durante su vida pública y abriendo las puertas a su lado más íntimo y privado, incluyendo los años que siguieron a su diagnóstico, a los 29 años, con la enfermedad de Párkinson.
Arrepentimientos en su carrera
A mediados de año, habló sobre durante su intervención en el programa The View sobre uno de las decisiones que cambiaron su carrera, contándole a Whoopi Goldberg que se arrepiente de no haber trabajado en Ghost (1990), el drama romántico que tenía a Demi Moore, a Patrick Swayze y a la propia Whoopi Goldberg como cabeza de cartel.
Durante la aparición de Michael J. Fox en el programa de ABC, Goldberg le preguntó si se arrepentía de haber rechazado alguno de los papeles de su carrera. "Hubo una oportunidad de trabajar contigo que perdí", dijo Fox. "Me hablaron de Ghost desde el principio. Dije: 'Nunca funcionará'. Dije: 'Whoopi es genial, pero nunca funcionará'".
"Y luego fue genial, fue una película enorme y yo soy un maldito idiota", añadió Fox. A esto último, Goldberg replicó: "Bueno, ¿sabes qué? Aún hay tiempo. Encontraremos algo que hacer ahora".