En el futuro no muy lejano que se plantea en The Creator, la nueva película de Gareth Edwards después de Rogue One, existe una guerra entre la raza humana y las fuerzas de la inteligencia artificial. El largometraje se estrena en cines el 29 de septiembre y aunque esté ambientado en el año 2060, parece hablar de un momento más cercano al presente.
Y este contexto sitúa a Joshua (John David Washington) como protagonista, un curtido ex agente de las fuerzas especiales que sufre por la desaparición de su esposa, es reclutado para cazar y matar al Creador, el arquitecto de IA avanzada que ha desarrollado un arma misteriosa con el poder de poner fin a la guerra, e incluso a toda la humanidad.
Joshua y su equipo de agentes de élite viajan a través de las líneas enemigas hasta el corazón oscuro del territorio ocupado por la IA. Una vez allí, descubren que el arma que acabará con el mundo y que les han ordenado destruir es una IA que ha adoptado la forma de una niña pequeña.
Con motivo del estreno del largometraje en cines, SERIES & MÁS | EL ESPAÑOL habló con su director Gareth Edwards, sobre el peligro que supone para la evolución y la humanidad la llegada de unos seres más poderosos que los humanos, el proceso creativo del filme y la posibilidad de que vuelva a dirigir una película del universo Star Wars.
La inteligencia artificial como amenaza
Una de las ideas que se abordan en la película y que también se trataron durante la entrevista tiene que ver con el próximo paso que daría la humanidad en su evolución y cómo nos afectaría realmente que llegase, de repente, una especie mucho más poderosa y superior a la nuesrta. Algo que, en realidad ya ha ocurrido, porque la IA (Inteligencia Artificial) ya ha llegado a nuestras vidas para quedarse.
"Bueno, yo no conozco a todos los seres humanos del mundo, así que no puedo responder en su nombre. Pero creo que creo que es algo que va a pasar. No sé qué tan pronto sucederá, pero lo hará. Tenemos ordenadores y software que pueden hablar con nosotros... Nuestros coches y nuestros teléfonos también están muy 'vivos' y que lo estaban antes de que los robots fueran más allá", empezó.
"Pero creo que me encanta que hay ciertas imágenes en la película que me entusiasman mucho, en cierto modo... Como, por ejemplo la forma en que miramos a la I.A. o los robots, es probablemente la misma forma en la que un mono mira a un humano. Lo observa como como si fuera una cosa avanzada que es un poco como nosotros pero más allá", expresó, haciendo referencia a una escena concreta del filme.
"Tenía muchas ganas de poner en la película a un mono con un robot. Hay algo en esa imagen... No hay ningún humano, sólo tienes un mono y un robot. Y todo eso, esa conexión transcurriendo en un futuro lejano. Y hay secuencias en la película, como ese pequeño momento en el que un mono pasa el rato con el robot que me entusiasman mucho porque creo que él siente lo mismo que nosotros", agregó.
El proceso creativo
Después de analizar el punto de partida del largometraje y una de las reflexiones que puede plantearle al espectador, Gareth Edwards habló del proceso de convertir un ser tecnológico en algo parecido a una persona de verdad o un ser humano de carne y hueso.
"Fue interesante porque probamos muchos diseños diferentes y había varias cosas que eran muy importantes. Una de ellas era que no quería que pareciera maquillaje, así que quise quitar parte de la cabeza para que cuando hicieran algo, no hubiera manera de que eso se pudiera parecer a una prótesis. Entonces hice un agujero en la cabeza para que cada vez que el personaje se encendiera, dijeras: 'Vaya, ¿cómo han hecho eso?'", comenzó a explicar.
"Y después, de igual forma, intentamos quitar la piel y dejar solo la piel alrededor de la cabeza. Parecía un desastre y parecía una cabeza decapitada. Y en cierto modo rechazas eso. Porque y cuando dejas que la piel baje al cuerpo y bajas la vista, es como si tuvieras empatía de repente. Es algo muy extraño y no fue algo que decidimos la momento. Probamos muchas ideas diferentes y luego esta, que se asienta mejor. En cierto modo lo descubres, más que crearlo".
Más cerca del presente que del futuro
Otra de las grandes incógnitas que se plantean en The Creator tiene que ver con la posibilidad de que coexistan los humanos y la Inteligencia Artificial. "Creo que ya lo hacemos hoy cuando antropomorfizamos los objetos con los que nos relacionamos. Es como cuando hablas por teléfono y dices 'por favor' y 'gracias'. En realidad, no debería importar, porque no hay nadie ahí dentro", expresó Edwards al respecto.
"Lo lamento, pero es parte de la naturaleza humana, como la forma en que tratamos a las plantas y a los animales, como cuando queremos creer que algo está vivo, como si no pudiéramos salir de la configuración predeterminada. Creo que cuando salgan y finalmente llegue la Inteligencia Artificial como en la película, la mayoría de la gente probablemente los tratará como iguales", añadió.
¿Regreso al universo Star Wars?
Finalmente, Gareth Edwards, considerado por muchos como el director de una de las mejores películas de la saga Star Wars, habló sobre su posible regreso a la franquicia después de Rogue One: Una historia de Star Wars, que se estrenó en 2016.
"Me encanta Star Wars y es un problema importante. Si alguna vez te lo pidieran, ya sabes que lo harías. Pero también siento que, al final, cuando estaba haciendo Star Wars, es como cuando ganas la lotería. Cuando ocurre, lo último en lo que debes gastar lo que ganas es en más billetes de lotería. Debes alejarte y dejar que otras personas lo intenten".
"Entonces, siento que tenía mis cosas en marcha. Tuve la oportunidad de jugar en ese increíble patio de recreo durante un par de años y ahora le toca a otra gente. Yo tengo que dejarlo ir", zanjó.