El 14 de marzo de 2020 millones de personas de todo el mundo se levantaban con una resaca especial: la noche antes se había decretado una cuarentena por culpa del alarmante crecimiento de los casos de COVID. Para Cooper Raiff fue un día aún más extraño. Ese mismo 14 de marzo debía estar en Austin (Texas) para presentar su primera película como director, una comedia dramática inspirada libremente en sus experiencias en una universidad de artes liberales de California. Shithouse acabó llevándose el premio más importante del prestigioso SXSW, la antesala aún más indie y moderna del Festival de Sundance. Había nacido una promesa.
Dos años después el mundo sigue sufriendo las consecuencias del coronavirus, pero Raiff sigue tocado por una varita. A sus 24 primaveras acaba de estrenar Cha Cha Real Smooh en Sundance. La puesta de largo de su segunda película ha vuelto a dejar de lado la alfombra roja en favor de una presentación por Zoom desde su casa. A pesar del nuevo contratiempo, el salto a las primeras ligas del nuevo niño prodigio del cine estadounidense ha tenido un nuevo final feliz: Apple TV+ pagará 15 millones de dólares para quedarse en exclusiva con esta comedia romántica protagonizada por Dakota Johnson y el propio director y guionista. En cuestión de horas el jurado y el público de Sundance puede poner la guinda en el pastel en forma de premio.
En las más de 40 ediciones son muchos los directores de renombre que han iniciado sus carreras en Sundance. Rian Johnson (Puñales por la espalda) sorprendió con Brick, una película noir protagonizada por un alumno de instituto. Ryan Coogler (Black Panther) ganó el festival en 2013 con Fruitvale Station, una historia sobre una víctima de la brutalidad policial. Colin Trevorrow (Jurassic World) se estrenó con una película de viajes en el tiempo (Seguridad no garantizada). Quentin Tarantino (un director que no recesita presentación) impactó con una vuelta de tuerca violenta y verborreica al cine negro, Reservoir Dogs. A Cooper Raiff le interesan las historias más intimistas y autobiográficas, con un estilo a medio camino de lo humano, lo absurdo y lo sentimental que le ha valido comparaciones con la obra de Richard Linklater o los hermanos Duplass.
Shithouse era la historia de un solitario estudiante universitario de 19 años que echa de menos a su familia y no se ha adaptado a su cambio de vida. Su encuentro con una alumna de segundo año que trabaja como asistente en su residencia le obliga a mirarse en el espejo y preguntarse si realmente había abandonado el hogar. A partir de algunas de sus vivencias en Occidental Collage, Raiff aprovechó las vacaciones de primavera en la universidad para rodar una historia semiautobiográfica con su entonces pareja mientras sus compañeros de clase visitaban a la familia o se iban de viaje.
Su vida volvió a ser la base de Cha Cha Real Smooth, la historia de un joven de 22 años que ha vuelto a casa de sus padres tras terminar sus estudios universitarios. Su novia se ha ido a vivir a Barcelona y él no sabe cuál va a ser su siguiente paso en la vida cuando acepta un trabajo como anfitrión en fiestas de Bar Mitzvah (el director no es judío, pero confiesa haberse pasado su infancia en estos eventos porque la mitad de sus compañeros de clase y amigos sí lo eran). En una de ellas conoce a una adolescente autista y a su madre, con la que entabla una relación en la que los límites de la amistad y el amor están más difuminados de lo que debería a pesar de la diferencia de edad y la revelación de que ella está prometida con otro hombre.
“Para mí Cha Cha es la historia de dos almas gemelas que se ayudan mutuamente a fortalecerse para enfrentarse a momentos distintos de sus vidas”, explicaba en la presentación de la película. Los referentes del director vienen del lugar menos inesperado. El veinteañero considera que Normal people, de Sally Rooney, es y será siempre su historia favorita, tanto en las páginas de la novela como en su adaptación televisiva. “Es auténtica y muy detallista, pero nunca restrictivo, es simplemente romántica y conmovedor”, explicaba en sus redes sociales. También tiene debilidad por historias situadas, aparentemente, en las antípodas. “Me obsesioné con Spider-Man: Un nuevo universo cuando se estrenó por cómo hablaba de las dimensiones alternativas. Esa es otra cosa que me encanta, pensar en otro universo en el que estoy con esa persona o pasar tiempo con otras personas que amo”. El concepto de las almas gemelas y cómo en realidad todos tenemos más de una persona que nos puede ayudar a entender quiénes somos es una parte fundamental de su nuevo trabajo.
Revolucionario y original no son dos palabras que vienen a la cabeza al descubrir el cine de Cooper Raiff. Lo rompedor de Shithouse y Cha Cha Real Smooth es comprobar hasta qué punto revela la personalidad y el punto de vista de alguien que solo tenía 21 y 23 años, respectivamente, cuando rodó sus primeras películas. Francis Ford Coppola decía que la función más importante de un director es tomar decisiones. “No me siento como un líder”, explicaba en una entrevista después de estrenar su primera película. “Para mí es realmente difícil cuando la gente te hace preguntas y no sabes las respuestas. Lo que sí sabía eran todas las respuestas que me importaban. Fui muy, muy, muy específico y tenía muy claro lo que quería en lo que respecta a los arcos de los personajes, cómo quería que se sintieran las cosas y qué quería que lograra cada escena. Sabía cuándo tenía algo y cuándo no tenía algo”.
En un momento cultural en el que el mundo exige que los hombres adopten nuevas masculinidades, este texano nacido en 1997 abraza la peculiaridad en su sentido del humor y, sobre todo, la fragilidad en su aproximación a las emociones de sus personajes. El tono de sus historias resulta auténtico, encantador y cálido y los jóvenes a los que interpreta son una extensión de sí mismo. “Soy esa clase de persona, desde luego. Mi experiencia como ser humano es muy limitada pero siempre he querido poder contar algo”.
Alex y Andrew, sus dos alter ego en la ficción, tienen algo en común: “los dos tienen problemas para descubrir quiénes son por sí mismos independiente de su relación con otras personas”. En algún momento de la preproducción de su segunda película, Raiff se planteó contratar a un actor para acompañar a Dakota Johnson. La actriz y productora del proyecto le convenció de que no renunciara al papel. “La razón por la que me gusta hacer tantas cosas en mis películas es porque me hace sentir mucho más cerca de la historia y me hace sentir que soy aún más parte de ella. Pero es muy desafiante. Creo que con Cha Cha, aprendí a llevarlo mejor y a no pensar en mi trabajo como director como si fueran dos cosas totalmente separadas, porque en realidad no lo son”.
Al estrenar Shithouse, una película que se estrenó en España en el American Film Fest de Barcelona y que todavía no ha llegado a ninguna plataforma, reconoció que antes tenía otras ideas en mente. “Hay tres proyectos en los que estoy muy involucrado y son historias que creo que tendrían un público, pero nunca me habrían dado la oportunidad de hacer esas películas. Hasta ahora.
Raiff ha sido el nombre más cotizado de una atípica edición de Sundance en la que las plataformas y distribuidoras han acudido al mercado con más prudencia que el pasado año. Cha Cha Real Smooth también recibió ofertas de Netflix, Amazon Prime Video y Sony. Finalmente, fue Apple TV+ la que se llevó el gato al agua un año después de la histórica adquisición de CODA a cambio de 25 millones de dólares, la cifra más alta jamás pagada en Sundance. La comedia romántica se ha quedado lejos del remake de La familia Bélier, una de las favoritas de cara a la inminente edición de los Oscar, pero su venta ha doblado las adquisiciones más importantes del certamen hasta ahora: los documentales Fire of Love y The Territory en National Geographic, Living en Sony Pictures Classics y Good Luck to You, Leo Grande en Searchlight y Hulu. Es el mundo de Cooper Raiff. El resto solo vivimos en él.
'Cha Cha Real Smooth' se estrenará próximamente en Apple TV+.
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