"Estamos hablando de la lucha contra la creencia de que una nación, un pueblo o una raza tiene derecho a explotar, dominar, controlar y usar a los otros con impunidad. Nos hemos desconectado mucho del mundo natural y estamos en un mundo egocéntrico y explotamos nuestro entorno para nuestro bien. Entramos en el mundo natural y saqueamos sus recursos. Nos sentimos con derecho a inseminar artificialmente a una vaca y, cuando ella da a luz, robarle a su bebé. Aunque sus gritos de angustia son inconfundibles. Y luego tomamos su leche, que era destinado a su ternero, y lo ponemos en nuestro café y nuestro cereal".
El que decía estas paabras era Joaquin Phoenix en su discurso de agradecimiento por el Oscar al Mejor actor por su interpretación en Joker. Lo hacía delante de todo Hollywood y dejaba claro su compromiso con el medo ambiente, la naturaleza y ratificaba su posición como animalista y vegano. Lo hacía en el mayor foro posible, delante de millones de personas viendo la televisión. Quienes estaban viendo la televisión en aquel momento eran los amigos del director Viktor Kossakovsky. El día después le dijeron que debía hacerle llegar la película que había rodado, Gunda, a Phoenix. Una película que cuenta con delicadeza, intimidad y mucha sensibilidad la vida de la cerda que da título al filme.
Así lo hizo. Y el resultado fue el que sólo soñaban. El actor se vio absolutamente conmovido por el filme, que es la versión naturalista y documental de Babe, el cerdito valiente. Una película con una mirada diferente, en blanco y negro, y sin diálogos, ni voces en off. Sólo muestra la vida en libertad de Gunda y sus cochinillos. También de unas gallinas que son liberadas de una jaula donde malviven y empiezan a relacionarse con su entorno y la naturaleza. Sin subrayados ni discursos, Gunda se convierte en uno de los alegatos más potentes contra el maltrato animal y contra una cadena de consumo que cría animales en condiciones deplorables sólo para comerlos.
Phoenix decidió apoyar el filme como productor ejecutivo, y ese apoyo y la calidad del filme hizo que rápidamente llamara la atención de festivales y otros autores. Directores como Alfonso Cuarón, Gus Van Sant o Paul Thomas Anderson también cayeron en las redes de Gunda. Este último ha declarado que el filme “es todo a lo que deberíamos aspirar los cineastas y los espectadores– imágenes y sonidos unidos para contar una potente y profunda historia sin prisas. Con sus increíbles imágenes y sonidos y con el mejor reparto posible, resulta una pócima más que una película.”
Kossakovsky y Joaquin Phoenix ni siquiera se han visto en persona. La pandemia ha hecho que su relación haya sido virtual, y las pocas entrevistas y apariciones que han hecho han sido por internet. En una de ellas el actor echó abajo todas las malas lenguas que decían que había apoyado Gunda sólo por activismo:“Creo que con 'Gunda' fue solo reconocer este increíble esfuerzo creativo que es tan poderoso tanto en sus cualidades cinematográficas como en el mensaje que trasladaba”.
"Nunca he vivido una película de la misma forma en que viví Gunda. Así que automáticamente sentí que era algo que quería respaldar. Fue solo una reacción honesta a algo que había sentido. Eso fue en todo lo que pensé. Vi esta película, me impresionó, nunca había visto nada igual, así que tuve el honor de apoyarla de la forma que fuera", dijo el actor.
La verdadera estrella del filme no es otra que Gunda, la cerda que consigue que todos los espectadores se queden clavados mirando su vida. Para su director fue fácil elegirla. De hecho fue a la primera cerda que vieron. “Durante nuestro viaje a Noruega, en la primera granja que visitamos, abrí la puerta y vi a Gunda. Dije a mi productora ‘ya está, esta es nuestra Meryl Streep’. Su mirada me lo dijo todo. Decidí al momento que no necesitaríamos voz en off, ni siquiera música… sólo cine”.
Para Viktor Kossakovsky esta “es la película más personal e importante que he hecho, como cineasta y como ser humano”, ya que tiene lo que para el es “la esencia del cine, que es mostrar, no narrar”. “Permito al público sacar sus propias conclusiones. El cine documental es la herramienta ideal para enseñar lo que no vemos por nosotros mismos o eso que no queremos ver”,