El 13 de noviembre de 2010 el cine español se quedaba huérfano. Fallecía Luis García Berlanga, uno de los directores más importantes e inimitables de la historia en nuestro país. Poseía eso que muchos llaman universo propio, una expresión que, seguramente, a él le hubiera parecido una tontería.
Dirigió su primera película en plena dictadura, en 1951 y con 29 años. Se despediría de la dirección con 77. Entre medias, y de la mano de gente como Azcona o Juan Antonio Bardem, radiografiaría el siglo XX de un país que ofreció su peor imagen. Como recuerda Luis Alegre en su libro Hasta siempre, Míster Berlanga (Random Cómics), David Trueba definía el cine del director como "la Capilla Sixtina del franquismo y el tardofranquismo español". Estas son sus obras imprescindibles.