El actor Matthew McConaughey, ganador de un Premio Oscar, carga a sus espaldas un largo recorrido cinematográfico. Desde que El lobo de Wall Street e Interstellar se convirtieran en éxitos mundiales, McConaughey ha vuelto a acaparar los focos mediáticos. Sin embargo, esta vez no se debe a una de sus brillantes actuaciones, sino a un terrible episodio de abuso sexual que sufrió a los 18 años.
Según indica el actor, él se encontraba inconsciente cuando un hombre se abalanzó sobre él en la parte trasera de una camioneta. No obstante, señala que "nunca se sintió como una víctima".
Asimismo, también ha explicado que 3 años antes fue forzado a practicar sexo: "Me chantajearon para tener sexo por primera vez cuando tenía 15 años". Por aquel entonces, tal y como señala, el joven creía que iría al infierno por practicar sexo antes de contraer matrimonio.
Todas estas confesiones, que han llamado la atención de sus seguidores y de Hollywood, las plasma en su recién publicado libro de memorias. Greenlights, pretende recoger las "aventuras significativas, instructivas y divertidas" vividas a lo largo de sus 50 años. En este sentido, los episodios sexuales relatados no son sino una mancha en su larga carrera. De hecho, no se adentra en más detalles de los ya mencionados.
Paz interior
Greenlights también refleja uno de los momentos más hilarantes de su vida. Después de que su equipo favorito, los Texas Longhorns, ganaran un importante partido, decidió celebrarlo por todo lo alto. Música, fiesta y hasta marihuana. Todo estaba preparado para festejar la victoria.
De esta manera, McConaughey relata que se presentó en una jam session en la que tocó los bongos desnudo. Alguien debió avisar a la policía, puesto que el actor terminó en el calabozo. Fue acusado de alterar el orden público, de posesión de marihuana y de resistirse a la detención. Finalmente, solo tuvo que pagar 50 dólares por una infracción contra la ordenanza sobre ruido.
Desde aquello, han pasado muchos años. A sus casi 51 años, McConaughey afirma que actualmente se siente en paz. "Tengo muchas pruebas de que el mundo está conspirando para hacerme feliz. Aprendí a amar, reír, perdonar, olvidar, jugar y rezar", asegura.