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–Piense en las bendiciones que Dios le ha dado. Una esposa bonita, de buena familia. Dos niños maravillosos. Una buena vida. ¿Por qué quiere dejar eso?

–Si Dios me hizo así es porque así quiere que sea.

Pablo es un hombre acomodado que vive con su familia en Guatemala. Sin embargo, llega un momento en el que aquel hombre que todos conocían cambia por completo. Al menos, esa es la percepción de una familia tradicional anclada en el pasado. Pablo simplemente confiesa su homosexualidad.

Esta es la sinopsis de Temblores, que ha llegado a las salas el 4 de septiembre en España. Su director, Jayro Bustamante, narra durante poco más de hora y media una historia en la que se evidencia cómo grupos evangélicos conservadores controlan la sociedad guatemalteca en todos su aspectos. Allí, un 98% de la población es religiosa.

En un principio, la familia intenta reconducir a un Pablo que desde que ha mostrado su verdadera identidad es marginado y repudiado. Su padre le implora que mienta y vuelva con su mujer. Sus allegados lloran. 

En este sentido, a medida que el filme avanza, la vida del protagonista se convierte en una pesadilla. Es despedido de su trabajo pese a ser el mejor asesor de la empresa, poco a poco es apartado de sus hijos e incluso es acusado de pederasta. De esta forma, Bustamante refleja la dificultad de ser homosexual en un país como Guatemala. "De alguna manera, lo que está sucediendo en Guatemala no está tan alejado del mundo", explica en una entrevista concedida a EL ESPAÑOL.

No es la primera vez que el director utiliza el séptimo arte para criticar la discriminación. Lo hizo con Ixcanul en 2015, donde se explica las injusticias que acarrean ser indígena en un país como Guatemala. Ahora, Bustamante presenta la homofobia de su país y la tercera entrega, La llorona, se estrena en España el 13 de noviembre para poner el foco en la violencia del país a través de un largometraje de terror.

Religión y mujeres

En cuanto a Temblores, el director ambienta la película en una familia de clase alta. Pretende dejar claro que la homofobia y la intolerancia no se debe a la falta de recursos o de estudios. La discriminación al colectivo homosexual es transversal y no entiende de clases. La misoginia también forma parte de esta opresión. En Guatemala, se cree que un hombre homosexual se ha feminizado, lo cual muestra cómo el estatus masculino es superior al femenino.

Asimismo, las mujeres tienen un gran peso dentro de la película. Pese al constante machismo y jerarquía patriarcal a la que se enfrentan, son las primeras en transmitir la palabra de dios dentro de la familia. "La estrategia de las iglesias es convertir a las oprimidas en las defensoras del sistema", considera Bustamante. La madre de Pablo es quien en todo momento trata de reconducir a su hijo, quien observa cómo todos los estratos de la sociedad se oponen a la orientación sexual de un protagonista que se ve obligado a someterse a una terapia de "reorientación sexual", cuya aplicación está prohibida en España.

El director declara a este periódico que este tipo de terapias no son exclusivas de la religión evangélica. "Los evangélicos hablan de la homosexualidad como un peso con el que lidiar mientras que los católicos suelen utilizar más el concepto de curar la homosexualidad", comenta.

En esta época en la que el cine poco a poco recupera la normalidad, Jayro Bustamante acerca a España los obstáculos sociales de un país como Guatemala con su película Temblores.

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