Cada uno se ha enfrentado a la pandemia de una forma. Ni en nuestras peores pesadillas hubiéramos imaginado que viviríamos una situación como esta, con un virus contagiando a la población mientras las autoridades nos pedían quedarnos en casa y hasta el ejército salía a las calles para que nadie se saltara el toque de queda. Imágenes que parecían sacadas de la ficción, y que de hecho habíamos visto en alguna película. Pues bien, han sido esas películas las que nos habían preparado psicológicamente y sin que lo supiéramos para afrontar mejor esta situación.
Lo dice un estudio académico formulado por tres universidades diferentes (Chicago, Pensilvania y Aarhus, en Dinamarca) que se ha publicado bajo el nombre de Pandemic Practice: Horror Fans and Morbidly Curious Individuals Are More Psychologically Resilient During the COVID-19 Pandemic y que explica que los fans del terror, de las películas de zombies y los que habían mostrado su curiosidad por filmes sobre virus y pandemias, han llevado mucho mejor el confinamiento y la inestabilidad mental que puede provocar la crisis del coronavirus.
La clave en la que se basan los investigadores para hacer esa afirmación es la “resilencia”. La cualidad que mide la capacidad que tiene una persona para superar circunstancias traumáticas, y son aquellas personas que han formado su educación audiovisual con películas de terror los que han desarrollado más resilencia y estaban, sin saberlo, mejor preparados para lo que 2020 nos tenía preparados. También así se explica el éxito durante esta pandemia de películas como Contagio o Estallido. Títulos premonitorios que hablaban de un virus que acababa con la población y que han triunfado en las plataformas.
“Los fanáticos de las películas de terror exhibieron una mayor resilencia durante la pandemia, y los fanáticos de las películas sobre invasiones alienígenas, apocalípticas o de zombies también una mayor preparación. También descubrimos que el rasgo de la ‘curiosidad mórbida’ estaba asociado con una resilencia positiva y con el interés en películas pandémicas durante la pandemia”, dicen en el estudio que creen que esto confirma “la hipótesis de que la exposición a ficciones aterradoras permite al público practicar de manera efectiva estrategias que pueden ser beneficiosas en situaciones del mundo real”.
Este estudio explicaría también por qué a la gente le gusta vivir experiencias aterradoras desde la ficción, y es que “estas experiencias pueden actuar como simulaciones de experiencias reales a partir de las cuales los individuos pueden recopilar información y modelar mundos posibles. En una experiencia simulada, como una historia oral, una novela o una película, uno puede explorar posibles fenómenos, recopilando información sobre lo que sería la versión real de tal experiencia, y aprendería el éxito relativo de ciertas acciones. Aunque imaginado, estos mundos simulados permiten a un individuo aprender y prepararse para situaciones análogas en el mundo real”, explican.
La ficción de terror permite a las personas experimentar con seguridad emociones como el miedo que generalmente se experimentan como una respuesta negativa
En este estudio cogen, por ejemplo, películas como Contagio, que al final está ofreciendo “a bajo coste información útil para ellos, por ejemplo ¿cómo actúan otras personas en una pandemia?, o les hace plantearse preguntas como si se puede confiar en las instituciones para blindar el estado de bienestar. “A menos que uno ya haya vivido durante una pandemia o haya pasado una gran cantidad de tiempo pensando en estas preguntas, es poco probable que haya considerado esta información antes, y esta información podría conducir a una mejor preparación y psicología”. Porque aunque el espectador sepa que los zombies no existen, sí que esas películas presentan situaciones que pueden ser análogas en otras situaciones como la pandemia que hemos vivido, y que en sus inicios provocó una situación de caos. Los autores del informe subrayan que a poco que “los personajes de estas historias exhiban cierto grado de psicología y de realismo conductual, el público también puede aprender cómo es navegar situaciones sociales en un ambiente caótico”.
Pero las películas de terror no sólo nos ofrecen posibles escenarios de situaciones que no habíamos imaginado, sino también experimentar emociones parecidas a las que tendremos después. “La ficción de terror permite a las personas experimentar con seguridad emociones como el miedo que generalmente se experimentan como una respuesta negativa. Al provocar miedo en un entorno seguro con pocas o ninguna consecuencia real, la ficción presenta una oportunidad para que el público perfeccione sus habilidades de regulación emocional”, apuntan.
Un buen entrenamiento para la realidad que se ha demostrado como efectivo y ha servido para pasar mejor el confinamiento. Esperemos que no nos toque volver a estar encerrados en casa, pero por si acaso vayan viendo películas y series de terror para estar preparados.