Cada año hay una joya del cine independiente que conquista a todo el mundo. Todas siguen la misma trayectoria, se presentan en Sundance, obtienen grandes críticas y funcionan en taquilla gracias al boca a boca. Algunas, incluso se cuelan en la temporada de premios. Es lo que ocurrió hace años con Beasts of the southern wild o con Whiplash. La peculiaridad de la joya indie de este año es que está rodada en chino. Se llama The farewell (La despedida), y aunque está producida en EEUU por A24 -la misma productora que llevó a Moonlight al Oscar a la Mejor película- no ha cedido a lo comercial y ha mantenido el idioma que pedía la historia.
La ha dirigido Lulu Wang, y se acaba de estrenar en España en medio del ruido que llega del otro lado del charco por el éxito en taquilla y ser uno de los títulos que suenan para los próximos Globos de Oro. The farewell es una historia entrañable, que sigue la odisea de Billi, una joven chino americana que tendrá que regresar al país asiático cuando la familia se entera de que la abuela está gravemente enferma y la pronostican poco tiempo de vida.
Lo que decide la familia es mentir a la matriarca, decirle que nada de enfermedad, que está estupenda y que el motivo de la reunión es la boda de uno de los nietos. ¿Una mentira piadosa o ocultar la realidad? Lo curioso de la historia de The farewell es que, como dice en su primer fotograma, está basada “en una mentira real”, algo que confirma la propia realizadora a EL ESPAÑOL por teléfono desde Los Ángeles: “Sí, es cierto, no quisieron decírselo y fue como en la película, nos fuimos allí a fingir que todo iba bien y no le dijimos que estaba enferma”.
Su abuela sigue viva, y hasta visitó el rodaje de la película, a pesar de que nunca le han dicho la verdad. “Creo que en algún nivel ella lo sabe, sabe que está enferma, porque va al hospital frecuentemente y toma medicinas, pero nadie le ha dicho nada y nadie dice la palabra con C (cáncer). Ella vive el día a día, y es cómo ha decidido vivir esto, y es parte de nuestras vidas”, cuenta Lulu Wang.
Aunque en aquel momento no entendió la decisión, la realizadora ahora comprende aquel teatrillo que se mantiene en la actualidad. “No, no estaba de acuerdo, yo se lo hubiera dicho, pero ahora no cambiaría nada. No me gusta mentir, pero creo que hay que entender el motivo por el que se hizo, es una mentira que tiene una filosofía detrás de ella, y luego entendí esa filosofía, esa forma de protección”, añade.
Exiliados en EEUU
La película cuenta la historia humana de esta mentira, pero también posee otras capas más sutiles, como la vida en América de los exiliados desde China y cómo se les acusa desde sus propias familias de haberse ido a un país capitalista, algo que se escucha en el filme en las comidas familiares. Lulu Wang tuvo claro que su filme era más “personal que social o político”, pero que no podía olvidar de que “la inmigración es parte de mi vida de la narrativa de mi familia”. “Mis padres se fueron a EEUU cuando yo tenía sólo cinco años, y se fueron a un país donde nadie hablaba el idioma. Creo que dentro de occidente es más fácil, pero si eres chino vives en un país muy aislado y con una cultura muy especial y quise hablar de ese viaje que yo viví”, zanja.
The farewell costó 3 millones, y sólo en EEUU ha superado los 17. Un éxito sin precedentes para un filme hablado en chino. El segundo éxito dirigido a esta comunidad tras Crazy Rich Asians, aunque como señala Lulu Wang hay diferencias entre las dos, principalmente que la segunda se basaba en un best-seller en norteamérica que se rodó en inglés y presentaba a unos ricachones en vez de una familia tradicional asiática que hablan en su lengua.
El siguiente paso de la película es estrenarse en China, donde ya tiene asegurada su presencia en salas -las películas extranjeras deben aprobarse por el gobierno- y Lulu Wang confiesa que está “nerviosa” y que no sabe cuál será la reacción, ya que está pensada para “chinos americanos”. Mientras, The farewell sigue confirmándose como el fenómeno indie del año.