Antes de ser repudiado y posteriormente rescatado por productores europeos, Woody Allen era uno de los directores más deseados del panorama mundial. Todos los actores querían trabajar con él, y muchos de ellos, como Penélope Cruz, ganaron premios Oscar a sus órdenes. El prestigio de Allen viene de hace décadas. Ya desde su ópera prima, Toma el dinero y corre (si no tenemos en cuenta su trabajo doblando y remontando Lily, la tigresa), llamó la atención de todos, pero fue en 1977 cuando rodó su obra maestra.
Era 1977 y Allen redefinió las normas de la narrativa cinematogáfica con una comedia romántica que seguía la relación de un neurótico judío en Nueva York -interpretado, cómo no, por él mismo- y su pareja, la mujer que daba nombre al filme, Annie Hall, a la que dio vida Diane Keaton, quien fuera pareja de Allen en aquel momento.
Como siempre pasa con Woody Allen, el rodaje estuvo lleno de curiosidades y sorpresas que han dado que hablar durante años. Aquí os recopilamos diez para conocer más a fondo esta magistral comedia del director.
1. Su título
Aunque todos la hayamos conocido con el título que tiene su personaje protagonista, durante mucho tiempo Annie Hall no se llamó así, sino Anhedonia, un término griego que significa ‘imposibilidad de sentir placer’. Un título confuso que no gustó a los productores y que finalmente se cambió por uno más conciso y fácilmente recordable. Un acierto.
2. Los Oscar
Woody Allen ya era uno de los directores más prometedores del Hollywood del momento, y Annie Hall fue su confirmación, de hecho, el filme ganó cuatro premios Oscar, los primeros de toda su carrera: Mejor película, realizador, guion original y actriz principal. Sólo perdió uno, el de Mejor actor para el propio Allen, un galardón que todavía se le resiste.
3. Y su ausencia...
A pesar de que era su gran noche, su primera nominación y terminó arrasando, Woody Allen no acudió a la ceremonia y prefirió quedarse tocando con su banda de Jazz en un pub de Manhattan, un costumbre que ha repetido siempre que ha sido nominado… hasta 2012, cuando apareció por sorpresa y por única vez para el homenaje de la Academia a la ciudad de Nueva York tras los atentados contra las Torres Gemelas. Un momento histórico que él regó con humor asegurando que cuando le llamaron pensaba que eran para que devolviera los Oscar de Annie Hall.
4. Locuras eliminadas
El guion original era mucho más largo, y muchas escenas fueron eliminadas en el montaje final, entre ellas se encuentra un partido de los New York Knicks de baloncesto en el que participan Kafka y Nietzsche y una gira por el infierno, en donde se encuentra Richard Nixon. La visita al inframundo la retomaría en Desmontando a Harry.
5. Los cameos
Woody Allen ofreció a varios cineastas que admiraba varios cameos en la película, entre ellos a Fellini y Luis Buñuel. Ambos lo rechazaron y la escena se reescribió interpretada por el filósofo Marshall McLuhan.
6. La actriz principal
Aunque Annie Hall nos parezca que va unida a Diane Keaton, la actriz no fue la primera elección de Woody Allen, que ofreció el protagonista a Kay Lenz, que lo rechazó por consejo de su pareja David Cassidy, un rebote histórico y que el público agradeció, ya que Keaton era perfecta para el papel.
7. La ropa
De hecho la actriz participó activamente en la construcción del personaje, ya que la ropa quel lleva, excéntrica para la época y llena de chalecos, gorros y hasta pajaritas, pertenecían a la propia Keaton, que vistió como ella misma para la ocasión.
8. La escena de la cocaína
Una de las escenas más recordadas es la fiesta en la que a Alvy le ofrecen cocaína y él estornuda sobre ella provocando una cómica nube blanca. La escena no existía en el guion, pero provocó tantas risas en los pases con público que se dejó en el montaje final.
9. Las promesas
Antes de ser la Teniente Ripley, el papel que cambiaría su vida para siempre, Sigourney Weaver debutaba en el cine gracias a Woody Allen. La actriz saldría al final del filme como una cita de Alvy. Allen anticipó lo que luego confirmaría la obra maestra de Ridley Scott en Alien: el octavo pasajero.
10. La secuela
Woody Allen nunca ha hecho una secuela de ninguna de sus películas. Siempre se ha mostrado en contra de continuar sus propias historias, pero con Annie Hall estuvo a punto de hacer una excepción como confesó en 1993 en el libro Woody Allen sobre Woody Allen, donde explica que fantaseó con dónde estarían sus personajes 20 años después.