En 2018 el cine español debería ver cómo el PP acaba, por fin, con el IVA cultural. El año pasado ya hubo una primera bajada al 10% para unos cuantos afortunados. Se hizo presionados por Ciudadanos, que lo incluyó en la lista de condiciones para apoyar la investidura de Mariano Rajoy. Aun así Hacienda, con Álvaro Nadal a la cabeza de la cruzada contra el sector, se las apañó para dejar al cine fuera -con el consentimiento del partido de Albert Rivera, que aseguraron que fue algo pedido explícitamente por el ejecutivo-. Lo limitaron a los espectáculos en directo, por lo que las entradas seguirían penalizadas al menos otro año. Confirmaban así lo que el cine denunció desde el principio: que era un impuesto ideológico contra un sector al que le declaró la guerra hace 15 años, cuando todos gritaron No a la Guerra desde la gala de los Goya.
Así que tras tener durante todo 2017 castigado al cine, parece que les levantará la pena en 2018. O al menos eso lleva anunciando meses. A Méndez de Vigo y al secretario de Cultura, Fernando Benzo, se les llena la boca con la anunciada bajada definitiva del IVA cultural -ese que ellos siempre han dicho que no existe-. De hecho, Benzo aseguraba en una de las últimas comisiones que estará incluido ya en los próximos presupuestos, pero que depende de la oposición que estos se aprueben. Así, Cultura les ofrece un extraño ¿truco o trato? Si apoyan las cuentas habrá bajada, si no las consecuencias podrían ser peores, ya que el cine español no sabe todavía cuánto dinero se les destinará desde el Gobierno.
El PP ha pasado la pelota a la oposición, y ha puesto al cine español en un dilema, ya que el descenso del impuesto que llevan pidiendo seis años y que ha provocado el cierre de empresas del sector implica que Ciudadanos y, presumiblemente, PNV, apoyen los presupuestos. La otra opción es que no lo hagan, lo que llevaría a los populares a una situación límite e incluso a la convocatoria de elecciones generales. Así el cine se libraría de su peor enemigo, pero a cambio de estar todo el curso con el IVA como lo dejaron y en la inestabilidad de no saber cuánto dinero tendrá el ICAA para destinar a ayudas.
Si siguen Rajoy y Méndez de Vigo, todo indica a que nada cambiará la dinámica y que el dinero para las ayudas generales seguirá congelado en 30 millones de euros, pero sin presupuestos no se pueden convocar las ayudas, imprescindibles para levantar ciertos proyectos. Tampoco se sabrá cuánto destina el Gobierno para pagar las ayudas a la amortización de 2016, que deberían ser cada vez menores, ya que aquel fue el primer curso en el que entró en vigor la nueva Ley del Cine que daba las subvenciones antes del rodaje en vez de dos años después como antes se hacía.
Mandarían un mensaje positivo a los ciudadanos con la rebaja, con independencia de que luego lo que signifique respecto al precio de la entrada vaya a ser poco
La promesa está hecha, y todos dan por seguro que el IVA se bajará, pero ello, como ya contó este periódico, no implicará una bajada de las entradas. El precio medio del ticket ya se ha visto reducido estos años por Las fiestas del cine y medidas como Los miércoles al cine, pero los fines de semana ha seguido aumentando al ritmo de antes. Lo que pasa es que fueron las salas las que asumieron la subida del IVA, y es muy difícil que ahora bajen el precio. “Mandarían un mensaje positivo a los ciudadanos con la rebaja, con independencia de que luego lo que signifique respecto al precio de la entrada vaya a ser poco. La reducción en el mejor de los casos sería de 50 céntimos por entrada, pero desde el punto de vista psicológico es positivo estar al lado del cine y la cultura”, explicaba José Antonio Félez, uno de los productores más importantes de este país, a EL ESPAÑOL.
Al cine español sólo le queda esperar y ver qué prefiere hacer Ciudadanos y PNV, o ver si la izquierda mueve ficha para asegurar que la bajada del IVA venga acompañada de una mayor dotación que no paralice el sector y haga que sólo se produzcan películas comerciales, sacrificando, otra vez, la clase media