El inagotable universo de las galaxias esconde claves filosóficas, políticas, tecnológicas, antropológicas y religiosas, que quedan tapadas por el fenómeno que rodea al taquillazo. La compilación de artículos y ensayos Star Wars. Filosofía rebelde para una saga de culto (Errata Naturae) descubre las parábolas más cotidianas de una saga que acerca la ciencia-ficción a los debates más contemporáneos. Yoda es el personaje ejemplar, de ecuanimidad inquebrantable, que no busca el beneficio, ni se enorgullece de sus logros, ni desespera con el fracaso. Un sabio del autocontrol que se convierte en modelo y frustración: llevamos casi 40 años tratando de mantener la calma y la serenidad, sin importar lo fea que se ponga la situación.
“Difícil de ver, el lado oscuro es. Debemos investigar mejor antes de llegar a una conclusión sobre la identidad de tu adversario”.
[Yoda a Anakin, en el Consejo Jedi. En La amenaza fantasma]
Si en la trilogía original la intervención política es más eficaz cuando el individuo opera como un agente solitario o revolucionario, en la segunda trilogía es la adhesión ciega y el respaldo al Statu Quo la principal responsabilidad política del individuo. Es decir, el lado oscuro no puede ser derrotado como acción aislada protagonizada por individuos autónomos. Es más, la posibilidad de un sistema que no sea similar al del Imperio Galáctico está abocado al fracaso. Este revisionismo conservador de la segunda trilogía demuestra que “los rebeldes sólo están luchando para reivindicar su propio poder cultural y político, que es similar al poder del imperio”. El adversario no es, finalmente, un carácter antagónico. Simplemente, es una versión de lo que somos y a lo que aspiramos.
"Sin duda, maravillosa la mente de un niño es".
[Yoda refiriéndose a la respuesta de un pequeño padawan. En El ataque de los clones]
Yoda no se refiere directamente a Anakin, pero la referencia es evidente. La evolución emocional del pequeño es tan sorprendente como su mente. Desde que es un niño los caballeros se muestran ambiguos sobre si podría ser el Elegido. Anakin manipula las reglas jedi siempre que le conviene. El orgullo es uno de los puntos débiles de esa mente maravillosa que descubre Yoda en esta afirmación, anticipando, desde luego, su caída en desgracia, convirtiéndose en Darth Vader. Anakin ha tomado el camino equivocado, pero ¿eso quiere decir que está condenado? “Existe el bien en él. Lo presiento”, le dice Luke a Leia en El retorno del jedi, anticipando el arrepentimiento final de Vader. Un gesto tan católico como budista.
“A pesar de su entrenamiento jedi, Anaki, como diría Yoda y los budistas, no logra vivir en el presente; se aferra a cosas provisionales, como el ego, el amor, la vida y el poder, y se ve obstaculizado por tres venenos: la avaricia, la rabia y la ignorancia”, escribe Julien R. Fielding.
"El miedo a la pérdida un camino hacia el lado oscuro es".
[Yoda, en La venganza de los sith]
¿Y cuál es el mayor miedo? Perder el trabajo. Es la consecuencia del reajuste del capital. En los años setenta, “los trabajos tradicionales en fábricas empiezan a desaparecer frente a un trabajo de oficina y orientado a los servicios, más baratos”, escribe Carl Silvio. El cambio también origina otra crisis más sutil: con el capitalismo global, las redes de poder se hacen menos evidentes, se convierten en una poderosa fuerza invisible. ¿Dolencias? Claro, intranquilidad, incertidumbre, incluso terror ante estructuras que “exceden nuestra capacidad de imaginar siquiera cómo funcionan”. El miedo es indomable cuando no sabemos qué tememos. Tal y como dijo Yoda en La amenaza fantasma: “Difícil de ver, el lado oscuro es”.
"No. No lo intentes. Hazlo, o no lo hagas, pero no lo intentes".
[Yoda a Luke, en El imperio contraataca]
En la trilogía original las estructuras políticas, extremadamente organizadas, se identifican con el mal porque destruyen al individuo. El Imperio es una institución opresiva que intenta absorber y destruir el poder del ser humano autónomo y librepensador. Frente a la resistencia, los soldados imperiales son una masa uniformizada, sin rostro, sin identidad, sin voluntad, obedientes a los ideales institucionales a la manera nazi.
El Imperio es consciente de que el individuo soberano que actúa por mandato moral es el sujeto con capacidad para destruirlo, porque son agentes libres... que liberan. Luke, Han Solo, Leia, Lando Calrissian, Yoda, Obi-Wan listos para subvertir el orden. Son rebeldes, luchan contra una cultura de masas que no acepta la autonomía y la diversidad. No en vano, la trilogía original aparece en una época de transición -tras la Segunda Guerra Mundial- entre un antiguo régimen de producción fordista a un régimen nuevo y global. Reagan empieza a construir en 1979 una galaxia superavanzada y globalizada. Esta concepción -individualista y liberal- desaparece en las nuevas entregas.
"Poderoso soy por la Fuerza, pero no tanto”.
[Yoda, en El retorno del jedi]
Los caballeros jedi son cruzados de la Edad Media, Luke es un auténtico cristiano por apartarse de la oscuridad, Darth Maul es Satanás y la Fuerza es dios. Las interpretaciones cristianas de la saga han sido las más numerosas. Sin embargo, parece que la saga está más cercana a los círculos orientales que al católico. Yoda podría remitir a la palabra “yoga”, “fervor o trabajo duro”. El yoga libera a la mente de los sentidos hostigadores. En el entrenamiento de Luke, el pequeño ser propone posturas que recuerdan a estos ejercicios. Hace el pino a una mano, con Yoda encaramado a su pie.
Yoda, además, podría vincularse con el término sánscrito yuddha, “guerra”. Enseña a guerrear, pero ojo, con ética y espiritualidad. Hasta dagoba (Dagobah) es palabra cingalesa que se refiere a la stupa (monumentos en honor de Buda). Las referencias japonesas también son notables, desde la palabra jedi al nombre (y vestimenta) de Obi-Wan Kenobi (un venerable profesor del arte y la espiritualidad en el manejo de la espada). Hasta la formación misma de un jedi es similar al de un samurái o un monje zen.
¿Y qué es el lado oscuro? La corrupción. El Dhammapada (escritura sagrada budista) recuerda que la mala conducta equivale a la corrupción de una persona. “Los rasgos del mal definen a los corruptos tanto en este mundo como en el siguiente Pero más corruptos que éstos es la ignorancia, la mayor de las corrupciones”.