El escritor Dennis Lehane había decidido dejar de lado la oscuridad en sus historias cuando recibió una propuesta: adaptar las memorias de Jimmy Keene, un preso convicto que accedió a acercarse a un potencial a asesino en serie para conseguir una confesión y, de paso, que las autoridades conmutaran su condena de diez años sin libertad condicional. Encerrado con el diablo, la miniserie de Apple TV+ que protagonizan Taron Egerton y Paul Walter Hauser, es una de las grandes sorpresas del verano en lo audiovisual.
A sus 56 años, Lehane ya ha bailado con Hollywood en repetidos ocasiones. Hasta cinco de sus relatos han sido llevados a la gran pantalla: Mystic River, Adiós, pequeña, adiós, Shutter Island, La entrega y Vivir de noche. Antes de lanzarse a su primer proyecto como showrunner en televisión, el escritor ya había trabajado en clásicos como The Wire y Boardwalk Empire.
SERIES & MÁS habló con el escritor de por qué acabó haciendo una serie que le causó rechazo en primera instancia, la única nota que le dio Apple TV+ al hacer la serie, su decisión de no mostrar ningún tipo de violencia gráfica en una historia sobre un asesino en serie, su relación con su estelar pareja protagonista, la ultima aparición en televisión de Ray Liotta o las libertades creativas que se tomó en un proyecto que ha enamorado a la crítica especializada.
¿Qué fue lo que te llevó a querer contar esta historia?
Un productor, Kary Antholis, se puso en contacto conmigo y me pidió que leyera el libro. Fui honesto con él y le dije que no quería hacer algo así en ese momento de mi vida. Había estado trabajando en proyectos oscuros durante mucho tiempo y estaba un poco cansado de vivir en esa oscuridad. Tengo dos hijas. Realmente no me apetecía pensar en asesinos en serie y en niñas. Esa fue mi reacción inmediata, pero Kary, a quien respeto mucho, insistió: “tú lee el libro, solo lee el libro”. Así que leí el libro y cuando lo estaba acabando me di cuenta de que había encontrado una historia que sí me apetecía contar.
Había algo mitológico en el relato de Jimmy Keene. Personalmente, me obsesionan los mitos y las historias arquetípicas. Vi esto como un ejemplo clásico de un hombre enviado por la sociedad para proteger a otros miembros de la sociedad. Es alguien que tiene que atravesar un bosque y entrar en una cueva. En este caso, es una prisión en la que tiene que luchar contra un monstruo y volver. Hace ese viaje y ha cambiado. Me encantan esas historias. Esa fue la primera razón por la que accedí a contar esta historia.
La segunda es que leyendo a Jimmy empecé a pensar mucho en esta era de masculinidad tóxica que estamos viviendo. ¿Qué mejor ejemplo de masculinidad tóxica hay que un asesino en serie que mata y acosa a un grupo de niñas? Hay una frase en el libro que dice "tienes que encontrar puntos en común con este hombre". Eso me hizo pensar que, desafortunadamente, todos los hombres seguramente puedan encontrar puntos en común con un hombre misógino. Ese es el viaje incómodo que este tipo tiene que emprender. Ese no es el viaje emocional del libro en absoluto. La trama sí, pero no la parte emocional. Volví a llamar a Kary y le dije: "si puedo hacer una serie que hable sobre la mirada masculina y sobre su lado más oscuro, lo haré". Me compró la idea inmediatamente. Así empezó todo.
Cuando escribes un libro, tienes una libertad que no siempre se da en un proyecto más colaborativo como es una serie o una película. ¿Sentiste limitaciones de algún tipo en Encerrado con el diablo?
No me sentí coartado de ninguna forma. No por parte de Apple TV+, desde luego. Bueno, sí que me dieron una nota en particular. Me dijeron que nadie podía fumar en la serie. Peleé para que me dejaran que se fumara en una escena y me lo permitieron. Más allá de eso, pude hacer la serie a mi manera. Desde el principio les avisé de que, si hacía esta miniserie, no iba a mostrar gore ni violencia.
Lo que me interesaba era investigar el trauma psicológico y emocional que genera la violencia, pero sin tener que mostrarla directamente. No tenía interés alguno en filmar los asesinatos. Prefería no hacer la serie en ese caso. Me parece que es explotar el morbo y lo encuentro realmente aburrido. Me gustaba más la idea de encontrar una nueva forma de ver los efectos de la muerte en esta comunidad rural del Medio Oeste.
En ese sentido, es una forma de trabajar muy cercana a la de mis libros. No negaré que mis libros puedan ser muy oscuros y perturbadores, pero nunca son gráficos. Eso no es lo que hago. En la serie teníamos una escena mucho más gráfica. De hecho, era absurdamente violenta. No tenía que ver con las mujeres, sino con la vida en prisión. La montamos dentro de un episodio para ver qué tal funcionaba. Cuando la vimos sentimos que no encajaba con la historia y la eliminamos. Tenía muy claro cómo quería contar esta historia y Apple TV+ no podría haber sido más comprensivo. Fue un placer trabajar en esta serie, por extraño que parezca con una historia tan oscura.
Paul Walter Hauser ha dicho que tus palabras son el corazón de la serie. ¿Cómo fue trabajar con este reparto?
Tengo que aprovechar la oportunidad para lanzar un dardo a Paul entonces. Si te gustan tanto mis diálogos, ¿por qué improvisabas todo el rato? (ríe). Recuerdo que Paul no paraba de improvisar un día que mi hija estaba en el rodaje. Me acerqué a él y le dije: "Paul, no tengo ningún problema con que cambies cosas pero, por favor, dame una toma en la que digas exactamente lo que he escrito". Al final de rodar la escena, se acercó a mi hija y le dijo: “Creo que padre me va a despedir”.
Me ha encantado trabajar con ellos. Todo empezó con Taron como líder del equipo. Todo el mundo en Hollywood lo sabe. Es el número uno de la orden de rodaje el que establece el tono en el set. Taron estaba completamente comprometido. Es un profesional consumado y esperaba que todos en el equipo se tomaran el trabajo tan en serio como él. Eso se contagió al equipo y al resto de los actores. Con Ray pasaba lo mismo: estaba ahí para trabajar.
Recuerdo que alguna vez Taron llamó la atención a algunos compañeros que estaban parlanchines ese día. Con solo una mirada, Taron les lanzaba un mensaje muy claro: "estamos aquí para trabajar" [durante la entrevista de SERIES & MÁS a Egerton, el actor también pidió silencio a sus acompañantes en su habitación de hotel].
Cuando tienes en tu equipo a alguien tan desinteresado y comprometido, eso hace metástasis en el resto de compañeros. Paul también estaba muy metido en la serie. Él tenía el papel más difícil con el que convivir. No era fácil meterse en la piel de Larry Hall. Todos nos unimos para ayudarle en lo que pudimos, porque fue brutal para él. Es curioso. Había una frase de Larry Hall en el libro que cuando la leí por primera vez me quedé congelado. Meses después, cuando tuvimos nuestra primera lectura y Paul leyó esa frase como Larry, comenzó a llorar. Fue entonces cuando me di cuenta de que estábamos todos en la misma página. Dentro de este contexto oscuro, fue una gran experiencia. Todos estábamos atrapados en el calor de Nueva Orleans, huyendo del COVID y los huracanes, pero mereció la pena.
Encerrado con el diablo está basada en una historia real. ¿Cuánta libertad creativa te permitiste al hacer la serie? ¿Te inspiraste en otros materiales además del libro?
Hubo algunas películas que tuve muy presentes. Días del cielo, de Terrence Malick, me marcó mucho a la hora de establecer la atmósfera de las escenas ambientadas en las zonas rurales. Pensé mucho en Apocalypse Now, pero es que pienso en Apocalypse Now en casi todos los proyectos que hago. Terciopelo azul es otra influencia. Hay una frase memorable en esa película: “¿Por qué hay tantos problemas en este mundo?”. De eso trata Encerrado con el diablo también. ¿Por qué existe este nivel de depravación y maldad cuando hay tanto bien en el mundo? ¿Cómo convivimos en eso? Esas fueron las influencias.
En términos de la historia real, Jimmy no fue muy específico sobre el baile que hizo con Larry. ¿Cuáles fueron las conversaciones que consiguieron estas confesiones? Todo eso lo tuve que crear de cero. La trama en el libro y en la serie son muy similares, pero el viaje emocional es diferente. La misoginia no era un conflicto del Jimmy real. Eso surgió escribiendo. Me parecía un material temático más interesante. "Tienes que encontrar puntos en común con este hombre", decía el libro, y esa fue la forma de acercar posturas entre ellos. Hay una cosa que todos los hombres heterosexuales tienen en común: la cosificación de las mujeres. Eso después puede transformarse en algo más peligroso si aparece la masculinidad tóxica. Quería tirar por ahí.
Otro cambio que hice respecto a la historia real tuvo que ver con la investigación y el detective Miller, el personaje de Greg Kinnear. Su investigación de Larry en el pasado es bastante fiel. En el presente, cuando forma equipo con Lauren, en realidad es una amalgama de varias investigaciones que sucedieron en la época. Opté por traer de vuelta a Miller y McCauley porque ya formaban parte de la historia y eran personajes interesantes. Quería que hicieran algo en el exterior de la cárcel.
También cambié el título del proyecto [en inglés se pasó a llamar Black Bird] porque el libro te desvelaba que el personaje estaba “encerrado con el diablo”. Ya te cuenta que Larry es el diablo. Cuando leía el libro, hubo momentos en los que me planteaba si de verdad lo había hecho. ¿Sería realmente un confesor en serie? Estaba comprobado que le encantaba mentir e inventarse las cosas. Había confesado cosas que no había hecho en realidad. Quería que el espectador dudase como lo hice yo viendo la serie. Quería terminar el tercer episodio con incertidumbre, provocando la duda en la audiencia.
¿Cómo fue trabajar con Ray Liotta en su último papel en televisión?
Creo que Ray ha sido infrautilizado casi toda su carrera. Yo había seguido sus pasos desde su primer papel. Es uno de mis actores favoritos y escribí el papel pensando en él. Quería reivindicar su enorme talento. Siempre le dieron estos pequeños papeles: el policía duro, el policía corrupto o el mafioso. Quería que interpretara a un tipo común y corriente que ama a su hijo, pero que sin querer encuentra la forma de hacerle las cosas más complicadas. Le mandamos los guiones y respondió en 24 horas. No lo dudó. Cuando Ray llegó al set, Taron y él rápidamente formaron un vínculo padre-hijo. Fue algo realmente inmediato y construyeron su relación a partir de ahí
Me encanta su dinámica con su esposa, una mujer que no es la madre de Jimmy. Ray nunca leía los diálogos de la misma forma. Siempre buscaba una nueva interpretación toma tras toma. Le encantaba probar cosas diferentes. Verle jugar con otros actores fue un disfrute absoluto. La última conversación que tuve con él fue tres semanas antes de que muriera. Estábamos hablando de volver a trabajar juntos. Lo único que dijo Ray fue un movimiento clásico de actor: ‘De acuerdo, pero esta vez que el personaje sea más grande’”.
Los tres primeros episodios de 'Encerrado con el diablo' se estrenan el 8 de julio en Apple TV+. Los capítulos restantes se emitirán semalmente los viernes.
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