La premiada saga Fundación de Isaac Asimov es considerada la mejor obra de ciencia ficción de todos los tiempos. Su influencia puede verse en grandes historias que vinieron después, como Dune, y aunque adaptarla era un reto, desde finales de los años 90 muchos han intentado llevarla a la pantalla. El proyecto pasó por las manos de profesionales como Roland Emmerich o Jonathan Nolan, pero nunca llegó a materializarse antes de que las productoras perdieran los derechos. Hasta que llegó Apple TV+ con su poderío económico.
El encargado de esta esperada adaptación que se estrena mañana en la plataforma es David S. Goyer, productor y guionista con experiencia en grandes franquicias como Batman o Superman, amante de la ciencia ficción y con un vínculo emocional muy personal con la obra de Asimov. Esto es lo que le contó a SERIES & MÁS sobre el proceso de adaptación, los mayores retos y las principales diferencias entre los libros y la serie que veremos en pantalla.
¿Cuál fue tu primer contacto con los libros de 'Fundación'?
Cuando tenía 13 años, pero en ese momento no lo leí. Mis padres se divorciaron cuando yo tenía seis años y cuando cumplí 13, mi padre, que era un gran fan de la ciencia ficción me regaló una copia de la trilogía. Me dijo: "esta es la mayor obra de ciencia ficción de todos los tiempos; tienes que leerla". En esa época yo estaba enfadado con mi padre y tiré el libro dentro de un armario. No volví a mirarlo hasta 12 años después cuando estaba en mi veintena. Lo leí, pero no llegué a entenderlo del todo. Volví a leerlo cuando tenía 40, cuando yo también era padre y ahí empecé a entender lo monumental de la obra. Mi padre murió hace ocho años y yo llevaba una década sin verlo cuando fui a despedirme de él. Tuvimos una conversación muy emotiva sobre mi niñez y nuestro distanciamiento. Se disculpó por no haber sido un buen padre. Me preguntó si algún día adaptaría Fundación. Yo le dije que los derechos no estaban disponibles en ese momento, pero que si en alguna ocasión surgía la posibilidad, lo intentaría. Esa fue, literalmente, la última conversación que tuve con mi padre. Por supuesto, cuando dos años después los derechos volvieron a estar disponibles no me lo pensé. Se cerró el círculo.
La obra de Asimov es muy filosófica, pero no trabaja particularmente con las emociones, ¿cómo trabajaste la adaptación en ese sentido?
Trabajar con las emociones era muy importante, porque creo que lo más importante para nosotros como espectadores de series es establecer un vínculo emocional con los personajes, solo así nos importa si mueren o viven. Para mí, el reto era identificar los elementos centrales que hacían de Fundación ser Fundación y no otra obra, y a partir de ahí, pensar cómo desarrollar los personajes para que representaran dichos temas. Un ejemplo de esto, es la expansión que hicimos del personaje de Gaal Dornick (Lou Llobel), que aparecen en un capítulo del primer libro de la trilogía y tiene punto de vista como un personaje que llega en una nave a Trantor. Entonces, decidimos que Gaal sería la narradora de toda la primera temporada, para que fuera el punto de entrada en la serie de esa parte de la audiencia que nunca ha leído los libros. Sabiendo eso, necesitábamos ir atrás hasta su lugar de origen para mostrar cuán importante era ese viaje para ella. Nunca había salido de allí, por lo tanto, nunca había estado en el espacio. Ese fue el proceso que hicimos con todos los personajes y los temas que podían representar.
¿Cómo te enfrentaste a la tarea de actualizar esta respetada saga a los tiempos actuales?
Cuando Asimov estaba escribiendo estas historias a finales de los años 40 y principios de los 50, se servía de la ciencia ficción para hacer una alegoría de su mundo contemporáneo y posterior a la Segunda Guerra Mundial. 70 años después, la audiencia es muy diferente, así que nuestra propuesta, manteniendo la base de la alegoría es preguntarnos qué se supone que debe retratar hoy, cuál es el clima político actual, qué imperios están cayendo ahora. Eso significa que vivimos en un mundo después del 11S, del Brexit, todos los cambios que estamos viendo con el auge del nacionalismo y del supremacismo, el cambio climático. Cuando empecé a trabajar en la adaptación, no sabía que íbamos a vivir una pandemia global, pero la serie se siente extrañamente profética ahora bajo esas circunstancias. Es un espejo en el que se puede mirar la audiencia de hoy.
¿Cuáles dirías que son las principales diferencias entre los libros y la serie?
Hay varias, por ejemplo la voz en off o el intercambio de género en algunos personajes. En términos generales, si lees la obra de Asimov verás que hay muchas ideas, grandes ideas, pero hay poca acción. Muchos hechos importantes ocurren en las páginas en blanco entre un capítulo y otro, así que creo que la mejor forma de describir esta adaptación es como una remezcla. Hemos usado todos los temas y conceptos de Fundación y muchos de sus personajes, pero lo hemos remezclado todo. Yo venero a Asimov, es un genio, pero es producto de su tiempo, así que tuvimos que moverlo todo un poco para actualizar su obra con el prisma de hoy en lugar del de los años 50.
¿Cómo decidiste cuáles eran los personajes idóneos para hacer el cambio de género con respecto al libro?
En realidad, solo dos de los personajes estaban pensados para que fueran mujeres, Gaal Dornick y Salvor Hardin. Eso fue lo que inicialmente le propuse a Robyn (Asimov, hija de Isaac Asimov) y a los guardianes de su patrimonio antes de empezar a escribir la adaptación. Quería saber qué pensaban al respecto y apoyaron la idea desde el principio. En cuanto al emperador Cleon, por ejemplo, sabía que tenía mantenerlo como hombre, porque representan el patriarcado. En cuanto al resto de personajes, fueron escritos sin género ni raza específicos, hicimos un casting abierto y siempre elegimos al mejor actor.
¿Te viene a la mente algún cambio que se haya hecho en el rodaje con relación al guion escrito?
Es muy interesante cómo cambia todo cuando empiezas a trabajar con los actores, porque pueden transmitir mucho solo con sus gestos o movimientos. En este sentido, una de las cosas más interesantes, es que en el montaje final hay aproximadamente un 20% menos de los diálogos que escribimos, porque una vez estás en el set te das cuentas de que hay muchas cosas que no necesitan ser dichas porque un gesto puede ser mucho más elocuente. Esto puedo explicarlo con una escena del primer episodio. Estaba muy interesado en explorar cómo se sentiría estar en los zapatos de Hari Seldon y hay un momento maravilloso después de que se encuentre con Gaal. Cuando ella se marcha, la cámara se queda con Jared Harris (Hari Seldon) y él simplemente suspira y se desploma en su silla, en ese momento tú sientes la enorme responsabilidad que pesa sobre sus hombros. Yo pude sentirlo durante el rodaje. Esa es una de las cosas maravillosas de la magia del audiovisual, descubrir cómo puedes narrar a través de la expresión, de lo corpóreo y con la yuxtaposición de imágenes durante el montaje.
'Fundación' es una de las series más costosas que se ha hecho hasta el momento, supongo que eso añadía algo de presión al proceso.
Sí, fue mucha presión, no voy a mentir, hubo muchos momentos en los que llegué a abrumarme por ello. Fue una producción a gran escala en la que además rodamos en diferentes países y en medio de una pandemia global, porque solo habíamos rodado tres episodios antes de que nos confinaran. Cuando pudimos volver a grabar, muchas producciones habían decidido hacerlo en plató y evitar los desplazamientos, incluso dentro del propio país, o trabajar con muchos extras. Pero ese no fue nuestro caso. Implantamos todos los protocolos de seguridad que fueron necesarios para garantizar la seguridad de todo nuestro equipo y decidimos seguir con el plan original. En un día normal, podía haber hasta 1000 personas trabajando en la serie y eso en los tiempos actuales es muchísima presión. Además, por supuesto, también estaba la presión de hacerle justicia a la obra de Asimov y al mismo tiempo hacerla accesible a una audiencia que no necesariamente ha leído los libros.
'Fundación' se estrena el 24 de septiembre en Apple TV+.
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