Eddie Murphy ha vuelto a interpretar uno de los papeles más icónicos de su carrera. Se trata de Axel Foley, el protagonista de la emblemática saga de películas Superdetective en Hollywood, que regresa para la nueva entrega disponible en Netflix.
Lo que hasta ahora había sido una trilogía incorpora un nuevo largometraje que en unos días se ha consagrado como lo más visto de la plataforma. Sigue al inspector Axel Foley, que vuelve a patrullar por Beverly Hills. Cuando la vida de su hija corre peligro, ella y Foley recurren a un nuevo compañero y a sus viejos amigos Billy Rosewood y John Taggart para ir a por todas y destapar una conspiración.
La trama se centra en Axel, que se enfrenta a una amenaza contra su familia. Esto le lleva a aliarse con nuevos personajes y otros a los que ya habíamos visto antes. Y da pie a darle la bienvenida a actores como Kevin Bacon, que se une al elenco como el Capitán Cade Grant, un oficial de la policía de Beverly Hills, y también a Paul Reiser y Bronson Pinchot, que regresan en sus roles clásicos, añadiendo un toque nostálgico a la película.
Ahora, treinta años después de la última película, el actor de 63 años se encuentra en un buen momento, y muchos destacan cómo el paso del tiempo no ha hecho mella en él. Normalmente, la nostalgia tiene el problema de que nos invita a comparar el pasado con el presente idealizando lo que ya ha ocurrido, pero en otras ocasiones sirve para admirar la evolución de algunos artistas, como es este caso.
Sin embargo, el actor ha experimentado un cambio importante y que ha sido percibido por la audiencia.
Un cambio importante
Desde que comenzó a trabajar como actor, hubo un aspecto de Murphy que llamó especialmente la atención de los espectadores: su risa. Se ha convertido en algo tan característico que muchos han notado cómo ha ido desapareciendo recientemente.
Lo cierto es que esto ha sido una decisión que ha tomado el propio actor, tal y como contó en una entrevista, porque según él, creía que "se le estaba dando demasiada importancia".
“En los años 80, pensaba que no quería ser conocido por ser gracioso. Pero me di cuenta de que algunas personas me imitaban y que si ocurría, lo único que hacían era reírse", contaba, haciendo hincapié en que, en cierto modo, no le gustan las imitaciones que hacen de él y que no es así como le muestran.
Estas imitaciones le llevaron a cambiar su manera de reírse. “Me obligué a dejar de reírme, lo cual es algo realmente antinatural”, recordaba el actor, que declaró también que ya no se ríe así.