El humorista Arévalo ha fallecido a los 76 años en Valencia. Su muerte ha provocado que sean muchos los que recuerden especialmente sus apariciones en programas de televisión, como el emblemático Arévalo y Cía que emitió Antena 3 entre 1997 y 1999. Pero lo que muchos también se acuerdan es de su faceta como actor. En ese sentido, Arévalo fue uno de los rostros más conocidos del cine de Mariano Ozores, símbolo de éxitos en taquilla de ese cine llamado ‘comedia de Pata Negra’.
Aunque Pajares y Esteso eran las estrellas y máximos exponentes de un tipo de cine que heredero del landismo (inmensamente popular a finales de los 70 y 80, pero que comenzó ya a gestarse de manera más discreta en los 60), Arévalo también fue una figura destacada. Su debut en el cine se produjo en 1981, con la cinta Su majestad la risa, de Ricardo Gascón. Fue dos años después cuando se encontró con Mariano Ozores.
Ozores fue su principal impulsor en la gran pantalla, en un momento de máxima popularidad gracias a sus apariciones en el concurso Un, dos, tres… responda otra vez. Aunque siempre a la sombra de Pajares y Esteso, Arévalo logró convertirse en un auténtico roba-escenas, en películas como El currante o El pan debajo del brazo.
Entre 1983 y 1989, Arévalo participó en varias comedias del popular realizador. Fue en Agítese antes de usarla donde tuvo uno de sus papeles más recordados, en la que encarnó a don Tarsicio, uno de los pacientes de la clínica que montan los personajes encarnados por Pajares y Esteso.
Las películas de Ozores en las que estuvo Arévalo recuerdan ese tipo de cine comercial tremendamente incómodo para la audiencia actual. Aunque Ozores siempre defendió que era el “respetable público” el que le aupó y el que logró que, en 2015, la Academia de Cine le otorgase el Goya de Honor; sus películas resultan difíciles de contextualizar. Unas producciones que han tenido respuestas de lo más variadas. Tanto de aceptar el machismo que se irradiaba en esa época, como la negación más absoluta de que hubiera sido machista.
Ya en el encuentro con la prensa que tuvo Ozores cuando le otorgaron el Goya de Honor, el propio realizador consideraba que su filmografía “puede que fuera machista, pero porque lo era el personaje, no porque la película lo fuera, y siempre criticándolo”. Unas palabras corroboradas por su sobrina, Emma Ozores, quien, a raíz del estreno de la serie documental Pajares & Cía, quien señaló que los desnudos gratuitos de mujeres eran porque “los productores pedían que se desnudaran, porque era el momento del Destape”. “Lo que hacía mi tío era escribir eso, porque es lo que pedían en producción”, agregaba en La Roca.