"Creo que a Pamela Anderson (55 años) hay que pedirle una disculpa pública", es una de las críticas que ha cosechado el ya célebre documental de la actriz. Fue el pasado 31 de enero de 2023 cuando la plataforma Netflix estrenó Pamela, a love story, un especial en el que Pamela Anderson narra en primera persona cómo ha sido su interesante y truculenta vida -con sus luces y sombras- y, sobre todo, ajusta cuentas con su pasado, cargado de dolor y clichés.
En tan sólo cuestión de días, Pamela, a love story se ha convertido en el mejor, y más valorado, documental de Netflix, según la crítica. Durante una hora y 52 minutos, el espacio descubre quién es realmente la mujer detrás del personaje, que los medios vendieron errónea e interesadamente durante años. Hoy, Anderson ha mudado de mujer cosificada a una estrella respetada por todos.
También la actriz se abre en canal y revela cómo fue su infancia. Un periodo convulso que nada tiene que ver con esa sonrisa perenne y esa, supuesta, personalidad explosiva que siempre mostró. Un padre alcohólico, abusos sexuales por parte de personas de confianza y ajenas… Todo ello, antes de llegar a la adolescencia.
Anderson pasa de la caricatura frívola e icono sexual a la mujer fuerte, emprendedora y empoderada que siempre reivindicó ser. Pone a la sociedad frente al espejo. "Me hice famosa sin entender cómo", sostiene con una ingenuidad que desarma, para añadir: "Sin embargo, una vez que ocurrió no pude dar un paso atrás".
"No soy una damisela en apuros, soy muy capaz, pero hay hombres que se cabrean si no eres lo que creían que eras, se vuelven violentos", asegura Pamela a modo de resumen en un momento dado del documental.
Es, sin lugar a dudas, toda una declaración de intenciones: durante toda su vida, Pamela ha tenido que lidiar con los clichés y el machismo de una sociedad, en los años 90, que sólo la veía como un físico imponente.
Anderson y las favorables críticas a su documental destruyen para siempre los clichés que siempre le han colgado a modo de sambenito. Ni Pamela es un compendio de traumas ni una mujer sin autoestima: sólo alguien que quiso abrirse camino en una industria injustamente capitaneada por hombres.
También relata la afamada actriz cómo el peso de la femmefobia y de la misoginia recayeron sobre ella por mostrar su cuerpo, ser rubia y haberse aumentado los pechos. Señala Anderson, en especial, cómo la llamaban para acudir a entrevistas con el único fin y objetivo de burlarse de ella a raíz del vídeo pornográfico que se filmó y que se distribuyó sin su consentimiento.
"Me insultaban en la calle, recibía cartas de odio, me acusaban de cometer depravaciones", cuenta. "Mi cuerpo no era mío", admite con lágrimas en los ojos.
Hoy, la mujer que siempre fue explica las vivencias propias, las buenas y las malas, para no convertirte en una caricatura, ése ha sido su objetivo con este especial. Todo, para no ser lo que otros dicen que eres. "Con la primera foto para Playboy me sentí libre por primera vez. Decidí tomar las riendas de mi sexualidad y recuperar mi poder, y creo que lo hice a lo grande”, relata en el especial.
En este documental, Anderson se apoya en sus vivencias y también en los extractos de sus diarios, de los cuales hay cientos y recogen toda su vida. Las críticas sobre el documental de Pamela Anderson han sido muy positivas y prácticamente unánimes. Así, muchos críticos profesionales ponen de relieve la importancia que tiene el documental a la hora de hablar de cómo se ha tratado a las mujeres tanto ahora como en el pasado.
Hay quien asevera que se le debe una "disculpa" pública. "Admiro a Pamela Anderson y su documental en Netflix es simplemente inspirador. Siento escalofríos en cada palabra", "Ese documental de Pamela Anderson en Netflix es excelente. Qué mujer. Siempre pensé que era genial cuando apareció en ese vídeo de Morrissey hace unos años (¡harían una pareja sorprendentemente buena, pero también extraña!)", "Me enamoré de Pamela Anderson nuevamente después de ver su documental en Netflix... Dios, ¡es una mujer increíble!", son algunas de las críticas.