La coordinación de intimidad por fin llega a las series y películas españolas
Hablamos con Tábata Cerezo y Lucía Delgado, fundadoras del primer colectivo de coordinación de intimidad en España, sobre esta figura creada después del MeToo para garantizar la seguridad en los rodajes.
23 diciembre, 2021 09:27Noticias relacionadas
Uno de los capítulos más vergonzosos e indignantes de la historia audiovisual es el de los abusos sexuales producidos durante los rodajes. Trágicas e imperdonables situaciones como la violación de El último tango en París podrían haberse evitado si desde un inicio la industria hubiese tratado las escenas íntimas con la misma profesionalidad con las que planificaba las de acción. Décadas tarde, pero muy bienvenida, ha llegado la coordinación de intimidad, una figura que vela por la seguridad del equipo involucrado en el rodaje de escenas de contenido sensible, y hoy podemos decir, por fin, que también llega a España.
Los actores suelen contar en la preparación de sus papeles con especialistas que les enseñan a montar a caballo, a luchar con espadas, a manejar armas y a coreografiar peleas cuerpo a cuerpo, pero aunque sabiendo lo que sabemos hoy nos cueste creerlo, no ha sido hasta después del MeToo cuando se creyó que también era necesaria la presencia de una persona que supervisara las escenas de intimidad.
Para evitar que se repitan situaciones como la de Maria Schneider en la película de Bernardo Bertolucci y otros tantos casos que hemos conocido en los últimos años y aquellos de los que sus victimas prefieren no hablar, ahora los rodajes de series como Sex Education, Euphoria, Secretos de un matrimonio, Podría destruirte o Los Bridgerton (por mencionar algunos títulos conocidos), cuentan en su equipo con un profesional encargado de la coordinación de intimidad que, entre otras cosas, ejerce como intermediario entre las necesidades del director y los límites de los actores, garantizando que los últimos se sientan protegidos, seguros y cómodos en situaciones vulnerables, al tiempo que mantienen la integridad creativa de las obras.
Esa es parte del trabajo de Tábata Cerezo y Lucía Delgado, fundadoras de IntimAct, el primer colectivo de coordinación de intimidad en España, que ya está colaborando en sus primeros proyectos. SERIES & MÁS ha tenido la oportunidad de entrevistarlas para conocer en detalle esta figura de reciente creación en la industria que, tal como nos contó Sarah Steele cuando hablamos con ella al finalizar la quinta temporada de The Good Fight, fue de gran ayuda en el rodaje de la primera escena de contenido sexual de su carrera.
¿Qué es la coordinación de intimidad?
L.D.: Es la gestión de todas las escenas de carácter íntimo, ya sean de naturaleza sexual o no sexual en una producción audiovisual. Para ello, ayudamos al director a conjugar su visión creativa y artística con una coreografía que dé seguridad a los actores y respete sus límites de consentimiento. También intentamos siempre tener muy en cuenta la representación de la sexualidad, sobre todo en la sociedad actual, donde creemos que es un factor fundamental clave y que, además, distingue unas buenas producciones de otras.
T.C.: Cuando hablamos de coordinación también nos referimos a que mediamos las conversaciones entre los distintos departamentos. Principalmente, las conversaciones entre el director o directora con los actores, pero también con otros departamentos, por ejemplo, vestuario, con quienes revisamos las necesidades que esas escenas puedan requerir para asegurarnos de que estamos mitigando todos los riesgos. Siempre que hablamos de coordinación de intimidad es mencionar la palabra consentimiento. Es una de las razones principales por la que estamos en las producciones, para asegurarnos de que se cumple el consentimiento de los artistas y asegurarnos de que nadie está pasando por encima de sus límites.
"Podemos estar hablando de cualquier interacción en la que hay intimidad física, que no necesariamente tiene un carácter sexual. Por ejemplo, si hay contacto físico con un menor siempre va a ser una escena íntima".
Cuando hablamos de intimidad solemos pensar en contenido sexual, pero puede abarcar otras cosas, ¿qué es una escena íntima?
T.C.: Cuando hablamos de coordinación de intimidad, en su mayoría nos referimos a escenas de sexo simulado o a escenas de desnudo. Digamos que representan el 80 por ciento de las escenas para las que nosotras vamos a trabajar, pero como dices la intimidad abarca muchas cosas. En la evaluación de riesgos que nosotros hacemos de escenas íntimas tenemos en cuenta muchos factores, y podemos estar hablando de cualquier interacción en la que hay intimidad física, que no necesariamente tiene un carácter sexual. Por ejemplo, si hay contacto físico con un menor siempre va a ser una escena íntima. Cualquier escena que ponga en una especial exposición a los intérpretes es calificada como una escena íntima.
L.D.: Por ejemplo, una escena que para dos adultos podría ser cotidiana, por ejemplo, un beso, podría ser una escena de un nivel muy intenso de intimidad para dos adolescentes cuyo primer beso en la vida probablemente vaya a ocurrir delante de una cámara y un equipo de unas cuantas personas
"Muchas veces el guion puede decir simplemente "y se enrollan", por lo que tenemos que dejar claro qué es lo que se entiende con eso, qué se va a ver, qué queremos decir con la escena".
¿En qué fases de la producción colabora la coordinación de intimidad?
L.D.: Podemos entrar desde la fase de preproducción. Una vez recibimos el guion hacemos un desglose muy exhaustivo de las secuencias íntimas y las calificamos por nivel de intimidad, como estábamos hablando antes. Ahí empieza nuestro trabajo de coordinación, iniciamos conversaciones con el director o directora para saber exactamente qué quiere contar, cuál es su visión de cómo va a ser esa escena. Muchas veces el guion puede decir simplemente "y se enrollan", por lo que tenemos que dejar claro qué es lo que se entiende con eso, qué se va a ver, qué queremos decir con la escena. Una vez tenemos la visión del director, pasamos a conversaciones individuales con los actores para definir con ellos el nivel de consentimiento. Sí por ejemplo, algún actor tiene unos límites que no encajan con la visión del director o la directora, volvemos a tener conversaciones con ellos o ellas, lo que haga falta. Y luego volveríamos a verificar con actores una vez más. Si ya estamos todos en la misma página, entraríamos en fase de ensayos donde obviamente también es ideal que estemos para que estemos ayudar con la visión creativa de la escena, y empezamos con la coreografía. Damos herramientas físicas y coreográficas para que el sexo en una escena de sexo simulado, sea simulado, pero parezca lo más real posible. Al fin y al cabo, partimos de que esto siempre es una ficción y nosotros aportamos una serie de herramientas, tal como hacen los coordinadores de acción que hacen que una pelea parezca real sin que realmente nadie se haga daño. Para ello tenemos algunas herramientas como lo que llamamos barreras físicas para poner entre los actores, para que se sientan cómodos, para que toda esa acción parezca lo más realista posible sin serlo. Y de ensayos ya iríamos a rodaje.
"Hay que tener claro que el consentimiento es específico y tiene que ser continuado, eso quiere decir que los límites que marcamos el día del ensayo quizá el día de rodaje puedan haber cambiado, por la razón que sea".
¿Cuál es vuestro papel en la fase de rodaje?
T.C.: Nosotras siempre pedimos a la producción que antes de entrar a escena tengamos un espacio privado con los actores para volver a verificar el consentimiento ese día. Hay que tener claro que el consentimiento es específico y tiene que ser continuado, eso quiere decir que los límites que marcamos el día del ensayo quizá el día de rodaje puedan haber cambiado, por la razón que sea. Tenemos que asegurarnos de que los intérpretes que participan en esa escena conocen muy bien cuáles son los límites del compañero. Una vez eso está claro, volveríamos a recordar la coreografía y, muy importante, cuál es el momento de corte. A veces nos encontramos con situaciones donde el director o la directora no cantan el corte donde estaba marcado y los actores se sienten vendidos porque no tienen un esquema que seguir y esto no está abierto a la improvisación. También revisamos si están cómodos con el vestuario que van a llevar, con las prendas de modestia que ayudan a simular desnudez, ocultando y protegiendo los genitales. Una vez en rodaje, nosotras nos mantendremos al lado de la directora o el director, según el espacio que a él o ella le apetezca darnos, para asegurarnos de que todo funciona correctamente. También comprobamos que se está cumpliendo un estricto protocolo de equipo reducido, eso implica que en plató solo deben estar presentes las personas imprescindibles para la grabación y que nadie adicional pueda conectarse con su dispositivo a los monitores, ese canal debe estar bloqueado durante el rodaje de estas escenas.
¿En el caso de escenas de violencia sexual hay algo adicional a tener en cuenta, por ejemplo, un apoyo psicológico al terminar de rodar?
L.D.: En el caso de escenas de violencia sexual siempre trabajamos en colaboración con un coordinador de acción para coreografiar ese encuentro físico y que nadie se haga daño. Para escenas que puedan generar ansiedad, ambas estamos certificadas en primeros auxilios de salud mental. Esto no quiere decir que seamos psicólogas ni que tengamos la capacidad de hacer un tratamiento psicológico continuado, pero sí tenemos las herramientas para identificar algunas señales, ayudar en el momento y hacérselo saber a quien haga falta, que en este caso sería la productora, para que se haga cargo de esa necesidad posterior. Es necesario empezar a tener esas cosas en cuenta.
T.C.: No sólo tenemos que estar atentas con las escenas de violencia sexual. Por protocolo, siempre se requiere que hagamos un seguimiento 24 o 48 horas después con los actores, para evaluar cómo se sintieron en la escena y cómo se sienten posteriormente, porque las escenas íntimas nos hacen muy vulnerables y pueden generar ansiedad, sentimientos de vergüenza, de pudor o de arrepentimiento. Nuestro apoyo a los intérpretes es continuado desde antes de rodar y posterior.
"El audiovisual es un entorno especial por muchas razones al ser algo muy artístico, pero todos tenemos derecho a ir a trabajar con tranquilidad y no tener experiencias desagradables o tener que revivir posibles traumas".
Además de los actores, ¿para el rodaje de estas escenas se tienen también conversaciones con el resto del equipo?
T.C.: En los protocolos en los que estamos trabajando hacemos hincapié en que es responsabilidad del productor comunicar al equipo antes de su contratación el material con el que se va a trabajar, porque muchas veces el equipo técnico, a no ser que estemos hablando de jefes de departamento, no ha leído los guiones al firmar los contratos. Es muy importante que todo el mundo sepa a qué material se va a enfrentar.
L.D.: Todos tenemos diferentes experiencias vitales y es importante empezar a tener eso en cuenta en nuestro ambiente laboral. El audiovisual es un entorno especial por muchas razones al ser algo muy artístico, pero todos tenemos derecho a ir a trabajar con tranquilidad y no tener experiencias desagradables o tener que revivir posibles traumas. Una vez nos incorporamos a una producción y somos conscientes de que hay una secuencia especialmente sensible, señalamos esto a la producción de parte del equipo técnico, no solo para los intérpretes.
¿Cómo surgió IntimAct y qué formación habéis recibido para ejercer como coordinadoras de intimidad?
L.D.: Tábata y yo nos conocemos desde hace 10 años y tenemos una relación personal y laboral previa. Empezamos a oír hablar de la coordinación de intimidad a final de 2019 y a ambas nos interesamos por el tema. A principios de este año nos contactaron de Netflix por si estábamos interesadas en entrar en un proceso de selección para la primera formación de coordinadores de intimidad a nivel europeo e internacional. Hicimos todo el proceso y finalmente fuimos seleccionadas para un programa de formación con Safe Sets. Tan pronto acabamos decidimos asociarnos y ya hemos empezado a trabajar en la creación de los protocolos para la industria. Tenemos un primer borrador muy avanzado y lo empezaremos a compartir con asociaciones de productores, directores y actores a principios de 2022.
"Nadie le diría a dos actores, aunque hayan tenido muchas peleas en su vida, que improvisen una escena de lucha porque eso implica una serie de riesgos que una producción no debería asumir. Pasa absolutamente lo mismo con las escenas íntimas".
¿Cómo fue el proceso de formación, qué tipo de preparación recibisteis?
T.C.: Tuvimos una primera parte teórica online y también de estudio de manera independiente. Luego se eligió Madrid como base mundial para hacer esta formación práctica y tuvimos unos días muy intensivos de formación con compañeros de otros países en los que trabajamos la parte más práctica, como el diseño de coreografías y de cómo usar todos los elementos para mitigar riesgos y para aprender a ficcionar esas escenas de forma que parezcan lo más auténticas posible, y siempre asegurándonos de la seguridad de los intérpretes. Seguimos teniendo mucho contacto con nuestros formadores, tenemos una línea de comunicación abierta con ellos y seguimos teniendo encuentros.
L.D.: Antes de empezar no era consciente de la complejidad de la formación, ni a nivel teórico, ni tampoco a nivel práctico, la verdad. Po un lado, toda la parte de papeleo que tiene muchísimo trabajo previo al rodaje, no sólo de lectura y desglose, sino también de la evaluación de riesgos, que es fundamental para nuestra labor. Y además, todos los cursos necesarios en los que nos hemos certificado, como primeros auxilios de salud mental, bulliying, acoso sexual, igualdad, diversidad y resolución de conflictos, trabajo con menores, sesgos involuntarios y mitigación de trauma. A día de hoy todavía seguimos informándonos y absorbiendo conocimiento de nuestros profesores.
¿Qué le diríais a alguien que piense que no es necesario incorporar un coordinador de intimidad en los rodajes?
T.C.: Nadie le diría a dos actores, aunque hayan tenido muchas peleas en su vida, que improvisen una escena de lucha porque eso implica una serie de riesgos que una producción no debería asumir. Pasa absolutamente lo mismo con las escenas íntimas. Ha habido casos donde en el contexto de rodar escenas íntimas se han producido casos de abuso sexual o incluso de contagio por enfermedad de transmisión sexual. Son escenas muy delicadas a un nivel físico y sobre todo a un nivel de salud mental. Sabemos que el trabajo de concienciación será importante, pero la realidad es que con cualquier persona que hablamos en cuanto lo reflexiona un minuto dice "¡Claro, como esto no ha existido antes!". Confiamos en que va a ser algo que despierte el sentido común de la industria y no será complicado convencerles de la necesidad de este rol.
¿Estáis trabajando ya en algún proyecto?
L.D.: No podemos decir proyectos concretos, pero sí estamos trabajando en varios. Ya tenemos varios proyectos en la mesa y tenemos muchas ganas de tener esas primeras experiencias en la industria española. Lo que sí que podemos decir es que nuestros primeros proyectos son de Netflix, porque este proyecto de formación nació con ellos.
T.C.: También podemos decir que las primeras experiencias que estamos teniendo están siendo muy positivas, que los directores con los que estamos trabajando están muy agradecidos y se están dando cuenta del valor que podemos aportar a las producciones. Especialmente hemos sido recibida con los brazos abiertos por los actores y las actrices, porque creo que hacemos todo un poco más fácil dentro de lo complejo que puede ser rodar.
Los actores de 'Sex Education' explican cómo preparan las escenas íntimas de la serie
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