Las series policíacas españolas oscilan entre dos polos. Uno opta por de la glamourización de la acción, que muestra a estos profesionales como estrellas de un filme de Hollywood. El otro por plantear todo desde lo cañí, con unas fuerzas de seguridad que perpetúan estereotipos de otro tiempo. A lo mejor lo único que faltaba era mirar de verdad a lo que ocurre en las comisarías o dentro de la Policía Nacional. Así sabríamos que en España tenemos la mejor unidad antiterrorista del mundo. La más efectiva, la que salva más vidas y sin que nadie lo sepa. No ocupan portadas, ni dan entrevistas, de hecho su labor es casi secreta.
Las vidas de estas personas son tan normales como las de los demás. Se separan, sus hijos hacen la comunión… pero mientras otros van al hospital para trabajar ellos intentan detener los delitos antes de que ocurran. Espían, observan, se infiltran. Se juegan la vida sin que el resto de españoles sepamos lo que hacen. Parece que siempre que estamos en los primeros puestos de algún ránking es por nuestro deporte, y no por los servicios que velan por nuestro bienestar.
La ficción española también ha vivido ese despertar, y ahora está en todas las listas de las más potentes del mundo. Y ha sido precisamente una serie la que ha decidido poner su mirada en esa división de la policía que se mantiene en un segundo plano a pesar de su importancia para el orden de todo el mundo. Se llama La unidad, y se estrena el 15 de mayo en Movistar+. Nathalie Poza, Marian Álvarez, Luis Zahera y Michel Noher son los actores que la conforman y para la que han tenido acceso a las personas reales que han inspirado sus personajes. Porque ese es el gran logro de esta serie, que cuenta de primera mano lo que su equipo creativo ha visto con sus propios ojos.
El director Dani de la Torre y el guionista Beto Marini son los responsables. Juntos habían despuntado con El desconocido, y fue por esa película por la que les llamó Domingo Corral, responsable de ficción de Movistar+ para ofrecerles hacer “un policíaco”. “Nos contaron que querían hacer series diferentes, más autorales pero que también tuvieran un componente de acción, y ya nos hablaron de esa Brigada de Información de la Policía Nacional encargada de la lucha antiterrorista. Domingo tenía amigos dentro y le habían contado historias apasionantes. Son la policía líder mundial en detenciones, un dato que me sorprende, porque parece que cuando España es líder mundial en algo te sorprende, y le dije que quería conocerles”, cuenta De la Torre a EL ESPAÑOL.
Fue ahí cuando el equipo creativo se infiltró dentro de una unidad que se infiltra en células terroristas: “nació una colaboración de dos años, nos dejaron ir al centro de trabajo, a operaciones con infiltrados… normalmente sólo te dejan mirar desde el cristal, pero aquí nos dejaron entrar hasta la cocina, sin censura, hablar con todo el mundo incluso en momentos delicados y nos dieron otra visión de una profesión tan estigmatizada y desconocida. Mi idea era ver de cerca, no inventarme nada, y esa realidad sí que recuerda a series como The Wire, muy pegada a Baltimore. Quería mostrar además que son policías normales, divorciados, con novias, que necesitan una vida más o menos normal dentro de lo extraordinario que es dejar al niño para detener a un terrorista”.
Lo hace sin renunciar a la acción. La unidad es un policíaco en toda regla, con una trama de intriga con el terrorismo de fondo y unas cuantas escenas de acción como nunca se habían visto en la ficción española. Una de ellas, que simula un atentado en la Calle Preciados dará que hablar por mostrar en una serie lo que normalmente sólo muestran los telediarios. A pesar del espectáculo visual, el director quería buscar equilibro entre la acción y la vida del día a día y subraya que la operación de Melilla que se ve es “idéntica a una que viví”. El día a día de un policía como el de un periodista o un director, que en un 99% es pura normalidad hasta que ese 1% muestra un suceso extraordinario.
Es consciente de que el tema del terrorismo es complejo, y reconoce que “daba pudor”, especialmente porque no hablamos de ETA, “que fue doloroso pero que hay una distancia para tratarlo con una cierta comodidad”, sino de un peligro que está presente. “Esto me imponía mucho a la hora de retratar los atentados. El que retrató en Preciados, que es el de La Rambla, quería que fuera respetuoso con los espectadores y con quien pudiera haberlo vivido, pero también dentro de lo policial no caer en el espectáculo, y que hubiera un respeto, no hacer una caricatura”, explica de las escenas más complejas de la serie y de las que se hablará cuando llegue su estreno.
La unidad cumple una función: dar a conocer el trabajo de estos policías, y Dani de la Torre cree que eso da seguridad: “El miedo es no conocer las cosas, y es bueno que se sepa que tenemos una de las policías más reputadas y eficaces del mundo. Agentes respetados por la CIA, por el Mossad. A mí eso me dio tranquilidad, y también verlo desde dentro, porque lo tenemos un poco distorsionado, vemos a la policía como las cloacas del posfranquismo, y yo lo que he visto es una policía moderna, muy preparada, gente que habla cinco idiomas, que estudia el Islam, que tiene respeto por lo que hace… Creo que esto sirve para que no se estigmatice, y es importante dar a conocer algo para quitar prejuicios y miedos, y por eso es importante en la ficción contar lo que va bien en tu país”.