La Dirección General de Tráfico (DGT) puso en funcionamiento su sistema actual de distintivos ambientales hace ya ocho años, con el objetivo de clasificar los vehículos en función de su nivel de eficiencia energética y considerando su impacto sobre el medio ambiente. A medida que ha ido pasando el tiempo estas han quedado desfasadas, siendo un tema sensible dada la importancia que tienen a la hora de determinar qué vehículos pueden o no circular por determinadas zonas de las ciudades.
De hecho, algunos fabricantes de automóviles han aprovechado algunas lagunas de la normativa actual para desarrollar versiones de motor que dan acceso a algunas etiquetas de la DGT que inicialmente no les corresponderían.
Este es el caso de los mild hybrid, que son vehículos que en muchos de los casos actuales superan los 300 CV de potencia, pero que cuentan en su interior con un pequeño motor eléctrico, que no es capaz de mover el coche, pero que les posibilita la obtención de la etiqueta Eco. Lo mismo sucede con los coches híbridos enchufables que nunca se recargan, haciendo que, aunque funcionan siempre en su modo con combustible, tienen una etiqueta Cero luciendo en su parabrisas.
Las etiquetas medioambientales actuales
En la actualidad nos encontramos con un total de cuatro etiquetas diferentes, que son: Eco, Cero, B y C. Estas dos últimas están claras, ya que son distintivos ambientales que se refieren a una clasificación de los coches de combustión por su antigüedad y emisiones. De esta forma, mientras que la etiqueta B se reserva para motores de gasolina posteriores a enero de 2000 y los diésel posteriores a 2006, la etiqueta C se utiliza para los vehículos de gasolina posteriores al año 2006 y de gasoil posteriores a 2014. Los anteriores a estos distintivos, no poseen etiqueta alguna.
El proyecto que la DGT prepara para hacer un cambio en las etiquetas no afectaría a los coches con pegatinas B y C, pero sí supondría cambios en los distintivos ambientales Eco y Cero.
La DGT prepara un cambio de etiquetas
La Dirección General de Tráfico prepara un cambio de etiquetas que afectaría a las etiquetas Eco, donde en un principio se prevé que tengan cabida todos los coches híbridos enchufables, con una autonomía eléctrica aún por determinar. De esta forma habría que crear una categoría inferior a ella, en la que se englobarían el resto de híbridos, como son los auto recargables o los microhíbridos, cuya reducción de emisiones es menos importante.
Por su parte, la etiqueta Cero se reservaría en exclusiva para coches 100% eléctricos, que pasarían a ser los grandes beneficiados por los cambios que pretende imponer la DGT. Con estos nuevos cambios, que podrían ser incluidos en la ley de sostenibilidad que se espera que esté activa para finales de 2024, se eliminarían algunos beneficios que actualmente disfrutan los coches con pegatina Eco.
Un punto a tener en cuenta es que estas etiquetas no tendrán carácter retroactivo, por lo que no afectará a los vehículos que ya estén en circulación en el momento en el que sean aprobadas.
Modificar el vehículo para sortear las limitaciones
A la espera de la llegada del cambio de etiquetas medioambientales de la DGT, conviene saber que, dadas las limitaciones actuales en algunas ciudades y sus Zonas de Bajas Emisiones (ZBE) sin recurrir a la compra de un coche nuevo eléctrico o híbrido enchufable, es posible modificar el motor. De esta manera se puede convertir en un vehículo más ecológico y que así pueda acceder a etiquetas C, Eco y Cero, existiendo dos posibilidades:
- Gas licuado del petróleo (GLP): el gas licuado del petróleo o autogás se ha convertido en una alternativa más “limpia” al diésel y la gasolina. Gracias a una sencilla conversión se puede acceder a las etiquetas C y Eco de la DGT, si bien hay que tener en cuenta que no todos los vehículos se pueden convertir a gas y disfrutar de este distintivo ambiental. Desde el Ministerio se limita esta transformación a modelos de gasolina que cumplan con la norma Euro 4 y hayan sido matriculados desde 2006, así como a los diésel Euro 6 matriculados a partir del año 2016. En este caso, el precio de la conversión se sitúa en un rango de entre 1.500 y 2.500 euros en función del tipo de motorización.
- Electrificar el vehículo: la otra posibilidad es transformar un vehículo de combustión en eléctrico, una opción mucho más cara que el autogás. Para ello se debe colocar un kit con motor eléctrico, paquete de baterías y electrónica que se acopla a un vehículo de combustión. Su precio no es apto para todos los bolsillos y, aunque depende del vehículo, el coste de la conversión puede situarse en torno a los 15.000 euros. Electrificando un vehículo se puede conseguir en la actualidad el distintivo ambiental Cero.
Además, en algunos ayuntamientos como el de Madrid, se permite la circulación por las ZBE de vehículos históricos, es decir, que tengan al menos 30 años de antigüedad desde su fabricación o matriculación, caso en el que pueden estacionar en un parking cerrado, o que tengan más de 50 años, ya que en este caso pueden circular por ella y ser estacionados en la superficie.
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No obstante, antes de realizar cualquier cambio, es recomendable comprobar las previsiones para los próximos años en las ciudades españolas, ya que las Zonas de Bajas Emisiones seguirán extendiéndose y tendrán unas limitaciones más severas.