Sebastián, el día de su boda con Claudia, junto a una imagen de su disfunta exsuegra, Alicia.

Sebastián, el día de su boda con Claudia, junto a una imagen de su disfunta exsuegra, Alicia. Cedidas

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Claudia afirma que su ex Sebastián la amenazó antes de disparar a su madre: "Dijo que mataría a algún familiar mío"

EL ESPAÑOL accede a la declaración prestada ante la Guardia Civil por esta víctima de malos tratos, cuyo exmarido, un antiguo vigilante de furgones blindados, la amenazó tras divorciarse: "Me había dicho que iba a sufrir".

Más información: El drama de Jakeline, cuyo excuñado mató a su madre con las pistolas que le requisaron: "¿Por qué se las devolvieron?"

Torreagüera
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Claudia sufrió mucho durante su matrimonio con Sebastián, pero su exmarido y presunto maltratador aún guardaba una última bala para llevar a la práctica un dicho que suena a ultimátum mortal: 'conmigo o sin mí'. Sebastián quería castigar presuntamente a Claudia porque sabía que no podría recuperarla desde el mismo momento en el que se divorció y decidió emprender una nueva vida montando un bar en Torreagüera.

De modo que Sebastián acudió a ese local la tarde del miércoles 22 de enero, con supuesta sed de venganza, sin saber que su exsuegra, Alicia, se interpondría en su camino para dar su vida antes que presenciar la muerte de su propia hija. Así lo recoge la declaración que prestóClaudia ante la Guardia Civil, a la que ha accedido en exclusiva EL ESPAÑOL y donde esta víctima de malos tratos expone la tragedia familiar que presenció en el número 80 de la calle Mayor de la pedanía murciana de Torreagüera.

"Estábamos en el local, decidiendo si nos íbamos a cenar a la cocina o no, por si cerrábamos la puerta para que no entrara gente", tal y como relata Claudia a los investigadores, sobre la antesala de la muerte de su madre, Alicia, ocurrida aquella tarde del miércoles 22 de enero.

"Entonces fue cuando vimos entrar a un hombre encapuchado, con un pasamontañas de color negro, que llevaba dos pistolas, una en cada mano, portando la más grande en la mano izquierda". Aquella tarde, dentro del local que Claudia iba a inaugurar el domingo 29 de enero, con motivo del 79 cumpleaños de su madre, también se encontraban su hijo, Miguel Ángel; su padre, Carlos; su hermano, Libardo, y la matriarca de esta extensa familia colombiana, compuesta por seis hijas y dos hijos, criados por una ancianita tan simpática como creyente en Dios: Alicia.

"Este hombre gritó: '¡No se muevan, que de aquí no va a salir nadie vivo!' En ese momento, por el habla de ese hombre, supe que era Sebastián". El pasamontañas que ocultaba su rostro no evitó que Claudia reconociera al vuelo a su exmarido. Tan solo necesitó escuchar su timbre de voz para que un escalofrío recorriera su cuerpo, al identificar a este exvigilante de seguridad, de 58 años, que supuestamente la maltrató, la acusaba de serle infiel con el abogado que le llevaba los papeles de extranjería, no la dejaba salir sola a la calle...

Vídeo | Alicia, de 79 años, murió al interponerse en un disparo que su exyerno Sebastián dirigió hacia su hija.

El segundo indicio por el que Claudia confirmó que aquel encapuchado no era un ladrón, sino su exmarido, se produjo en cuanto la encañonó tanto a ella como a Carlos: el padre de su hijo, del que siempre sentía celos. "Cuando Sebastián se aproximaba a todos nosotros, me iba apuntando con el arma a mí y a Carlos. Me puse entre Sebastián y Carlos para que no le hiciera nada a Carlos. En ese momento, todos decidimos ponernos debajo de la barra. Al ver Sebastián que me interpuse entre él y Carlos, se puso más nervioso y se puso loco a apuntar con las pistolas".

Tan claro tenía Claudia que ese encapuchado no era un ladrón que incluso precisa a la Guardia Civil con qué mano empuñaba Sebastián una pistola mientras guardaba la otra en el cinturón de su pantalón: "Mi madre estaba fuera de la barra, sin cubrirse por completo, y se puso con los brazos extendidos para que Sebastián depusiera su aptitud. Entonces, Sebastián disparó la pistola más grande que portaba en su mano izquierda porque es zurdo y mi madre recibió un disparo en el abdomen".

"Mi mamá cayó al suelo y mi hermano, Libardo, salió gritando de la cocina: '¡Has matado a mi madre!'" Esas pistolas que empuñaba el hombre del que se divorció el 1 de octubre de 2024 eran armas de fogueo modificadas y eso fue lo que evitó la muerte de Miguel Ángel: el hijo que Claudia tuvo en su primer matrimonio. "Sebastián se puso más nervioso, observé cómo cargaba su pistola con la que había disparado y en ese momento, salió mi hijo, Miguel Ángel, para auxiliar a su abuela porque estaba en el suelo".

"Sebastián volvió a disparar contra mi hijo, pero la bala no llegó a salir porque se le encasquilló el arma y la soltó porque le quemaba". Los segundos que tardó su exmarido en volver a coger la pistola fueron suficientes para que Libardo -el hermano de Claudia- le diera un manotazo en la mano izquierda de Sebastián y desarmara a este exvigilante de seguridad, de 58 años, sobre el que pesaba una orden de alejamiento de 500 metros de su exmujer, así como la prohibición de portar armas de fuego.

Una imagen de Sebastián, en prisión provisional, junto a otra de su difunta exsuegra, Alicia.

Una imagen de Sebastián, en prisión provisional, junto a otra de su difunta exsuegra, Alicia. Cedidas

En el bar se produjo un intenso forcejeo con Sebastián donde Claudia se implicó, peleando como una jabata contra su exmarido, contra el hombre que tantas veces la insultó y acosó desde el divorcio, para evitar más heridos entre sus familiares. De hecho, de la declaración de Claudia trasciende un dato que se desconocía hasta ahora: Sebas también portaba un arma blanca por si la munición se le quedaba corta.

"Carlos se le tiró a los pies a Sebastián, derribándolo, y empezaron a forcejear". "Yo me tiré encima de Sebastián para ayudar a Carlos. Durante el forcejeo, conseguí quitarle el arma pequeña que sujetaba Sebastián con su mano derecha […]". "En el forcejeo, Sebastián se echó la mano en el pantalón donde escondía una navaja con una hoja de unos 10 o 15 centímetros. Llegó a sacarla, pero logré arrebatársela y tirársela al suelo. Entre Carlos y yo, conseguimos reducir e inmovilizar a Sebastián".

Una vez reducido el ladrón, cuyo pasamontañas ocultaba el rostro del hombre que fue familia política de esta prole de colombianos, en el bar se vivieron escenas dramáticas porque la vida de la septuagenaria Alicia se apagaba a causa del disparo que recibió a quemarropa:

"Mi hijo y mi hermano estuvieron auxiliando a mi madre hasta que pude llamar con el teléfono que tengo de ATENPRO [para víctimas de violencia de género] y le pedí a la central que enviaran ayuda". Los servicios sanitarios tardaron más de "15 o 20 minutos" en llegar hasta la calle Mayor de Torreagüera, de modo que ya no se podía hacer nada por la pobre Alicia que dio su vida por la de su hija: Claudia.

La Policía Local, este miércoles, cortando la calle Mayor de Torreagüera donde se ubica el bar en el que se produjo el tiroteo.

La Policía Local, este miércoles, cortando la calle Mayor de Torreagüera donde se ubica el bar en el que se produjo el tiroteo. Cedida

La trágica muerte de Alicia demuestra que los maltratadores nunca cumplen con el mantra que la mayoría suele verbalizar con sus víctimas, asegurándoles que cambiarán su forma de actuar. Prueba de ello es que Claudia confiesa a la Guardia Civil que le retiró una denuncia por haberle puesto un cuchillo en el cuello, al negarse a mantener sexo cuando estaban casados: "En 2024, le quité una orden de alejamiento porque habló conmigo y me dijo que iban a cambiar las cosas".

La aparente obsesión que Sebas tenía con esta colombiana no cambió desde que empezaron a salir en 2021, ni cuando se casaron el 18 de marzo de 2023 o cuando se divorciaron el 2 de octubre de 2024. Tanto es así que el 2 de noviembre de 2024, Claudia denunció a su exmarido por intentar agredirla con un puño americano en plena calle. Esta denuncia se saldó con una nueva orden de alejamiento y la prohibición de comunicarse con ella por cualquier medio, pero su exmarido se lo saltaba todo:

"Durante el tiempo que ha estado en vigor la orden de alejamiento y prohibición de comunicación, Sebastián me ha llamado en numerosas ocasiones desde números de teléfonos nuevos, con la intención de retomar la relación y de mantener relaciones sexuales, algo que no acepté en ningún momento". "En diferentes ocasiones, me había dicho que iba a sufrir, que yo no iba a morir, creo que iba a matar a algún familiar cercano para hacerme sufrir. Sebastián me había dicho que se iba a presentar en el local y le iba a ver en persona".

Una de las pistolas de fogueo que tenía sebastián.

Una de las pistolas de fogueo que tenía sebastián. Cedida

Y cumplió su amenaza. Lo peor de todo es que Claudia admite a la Guardia Civil que su exmarido la llamó el mismo miércoles 22 de enero, tan solo unas horas antes de presentarse en el local esgrimiendo dos pistolas, para tomarse la Justicia por su mano, pero ella no denunció nada. Aquel día, Sebas telefoneó a Claudia para advertirle de que no iba a devolverle las cosas que en su momento compraron, para montar juntos un bar en Nonduermas, cerca de la casa de este exvigilante de seguridad:

"Me llamó la mañana del día 22, para decirme que no me iba a mandar las cosas que habíamos comprado para el bar: enseres, el congelador, sillas… No contacté con ningún cuerpo policial para comunicar que Sebastián me había telefoneado". Este supuesto maltratador también se dejó ver por Torreagüera y todos los hijos de Alicia se arrepienten de no haberle denunciado ante la Guardia Civil:

"Mi hermano, Libardo, vio a Sebastián por Torreagüera porque le pitó con su coche el lunes 20 de enero para que lo viera. También vio a Sebastián este martes [21] o miércoles [22], junto a su coche, en el chino que hay al lado de la curva de la carretera". En este punto del relato de Claudia surge el nombre de un amigo que tenía en común con su exmarido y que podría ser llamado a declarar en sede judicial, debido a que sospecha que fue la persona que desveló a Sebas la ubicación del bar que iba a inaugurar el domingo 29 de enero en la calle Mayor de Torreagüera.

"Creo que Sebastián se pudo enterar del lugar donde iba a abrir el bar a través de un amigo en común, llamado 'X', porque hizo de intermediario para que transportara enseres desde la casa de Sebastián hasta el nuevo local". Lo que pasó después allí, ya se sabe, Sebastián cumplió la promesa que le hizo a Claudia de que la haría sufrir.