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Una bruma azul inunda el cementerio parroquial de San Javier, y la brisa transmite las hermosas melodías que acompañan al visitante. El camino está delimitado por más de 10.000 velas, esculturas, cuadros y un sinfín de detalles que evocan la Sevilla del siglo XIX. Así, el camposanto invoca el alma de Fernando de Rojas en una de las representaciones más particulares de su obra cumbre: 'Don Juan Tenorio. Sueño y realidad'.

EL ESPAÑOL participa en esta experiencia inmersiva sobre los acontecimientos de la novela 'Don Juan Tenorio', interpretados por actores en el cementario de San Javier: un municipio de 35.241 habitantes que se levanta junto al Mar Menor y que suma once años ofreciendo este original espectáculo para los turistas.

Y es que los 200 vecinos que hay tras esta ceremonia decoran el cementerio parroquial para acoger un recorrido que sumerge al visitante en el interior de la novela. El trabajo es concienzudo. Frente a las puertas, una inmensa cola de asistentes espera pacientemente.

En el interior, músicos y vecinos ultiman los pequeños detalles y comprueban una y otra vez que todo está en su sitio. La tenue brisa del Mar Menor que se encuentra a solo tres kilómetros de distancia apaga algunas de las más de 10.000 velas dispuestas estratégicamente para la ocasión.

Una parte del recorrido de 'Don Juan Tenorio. Sueño y realidad', en el cementerio parroquial de San Javier.

Esa es la gran preocupación de los involucrados vecinos. Si el viento se vuelve más severo, podría hacer una faena con el decorado. Pero la brisa se porta y no repite la escena de otros años en los que, de forma imprevisible, se apagaban buena parte de las velas. El reloj marca las 20.30 horas. Todo está preparado. "Mucha mierda", susurra alguien... Y se abren las puertas.

El humo artificial recibe a los silenciosos visitantes, iluminado por el azul fantasmagórico de los focos. El mismo color que alumbra al Orfeón Fernández Caballero, ubicado junto a la entrada, mientras entonan "In morte sumus": un canto de coro, con un ambiente sumamente eclesiástico que recibe a los que van entrando poco a poco.

Se trata de un cementerio parroquial del siglo XIX, por lo que las imágenes religiosas se reparten por todo el camino, siempre delimitado por las velas. Más allá de ellas solo hay tumbas. Junto a estas, a poco que se camina, hacen acto de presencia esculturas y cuadros de la Virgen, Jesús y otras figuras de la tradición cristiana. No son mero atrezzo. De hecho, algunas de ellas se remontan a la época de fundación del cementerio.

Una estatua del cementerio parroquial de San Javier. J. I. M.

Fue la Asociación de Belenistas de San Javier la que impulsó esta iniciativa hace once años, y sigue siendo la encargada de la ambientación del recorrido. Esta puesta en escena le granjeó a esta obra el Premio Nacional a la Mejor Actividad Cultural en un cementerio que otorga la revista Adiós Cultural.

El camino, recto al principio, permite visualizar con atención todos los detalles, mientras los músicos de distintas agrupaciones ofrecen un acompañamiento que aleja el solitario y frío ambiente de un camposanto. No es de extrañar, teniendo en cuenta que esta representación ha contado con la participación de siete agrupaciones diferentes.

Patnia Coro de Cámara, Coral Stella Maris Björk, Campana Auroros Torres de Cotillas, Orquesta Cámara Virtuós de Alicante, y el citado Orfeón Murciano Fernández Caballero. Además de dos agrupaciones locales: el Conservatorio y la Banda Sinfónica de San Javier.

El Orfeón Fernández Caballero en el cementerio parroquial de San Javier durante la representación de 'Don Juan Tenorio. Sueño y realidad'. J. I. M.

Por eso el silencio no lo rompe ni la brisa, solo las melodías que convierten el caminar de los visitantes en una infinita procesión que le da al cementerio un ambiente aún más eclesiástico, si cabe. Suena varias veces en el recorrido 'Lacrimosa', la conocida parte final del Réquiem de Mozart.

Y entre tanto, el camino deja de ser recto para hacer una 'U' pasando frente a la tumba de personalidades locales como el empresario Miguel Zapata Sáez, conocido como 'El Tío Lobo', uno de los personajes históricos más importantes de la zona. Al terminar la curva se enfila de nuevo un largo camino recto guiado, a mano izquierda, por nichos y panteones, además de las omnipresentes velas y música.

Los 300 metros de recorrido terminan frente a otra de las puertas del cementerio. Los primeros espectadores en entrar salen ahora y se cruzan con la cola de los que aún están esperando para acceder al interior. El éxito es rotundo. Según una fuente del Ayuntamiento de San Javier, "más de 2.000 personas" disfrutaron de esta actividad gratuita.

Una persona fotografía una estatua del cementerio parroquial de San Javier durante la representación 'Don Juan Tenorio. Sueño y realidad'. J. I. M.

Representación teatral

Pero la noche aún no ha terminado. La segunda parte de este singular espectáculo es la propia representación teatral de la obra en el exterior de los muros del cementerio. Obra que afrontó la noche de la mejor manera posible: colgando el cartel de 'sold out' "con las 1.500 entradas vendidas", tal y como recalca la misma fuente del Consistorio. 

Este año la representación teatral contaba con una novedad: la introducción de dos narradores. Una idea fantástica para amenizar la obra a los espectadores que no hayan leído la novela original. Los narradores son una madre abadesa y un hombre humilde que arregla la valla de un convento, cuyos diálogos introducen otra perspectiva a la hora de entender la historia.

La función, prevista para las 21.30 horas, debe retrasarse media hora para dar tiempo a que todos sus espectadores terminaran el recorrido del cementerio. Por eso las luces del escenario contiguo al camposanto se apagan a las 22.06 horas, y comienza el espectáculo.

Una figura de Jesucristo iluminada con velas durante la representación 'Don Juan Tenorio. Sueño y realidad'. J. I. M.

Esta obra está interpretada por el Grupo de Teatro de San Javier. José Antonio Navas y Laura Maestro son los responsables de dar vida a los protagonistas de la historia: don Juan Tenorio y Doña Inés, siendo la interpretación de esta última una de las más sobresalientes de la representación.

Pero el espectáculo no se limita a la mera obra, sino que añade, como en años anteriores, tintes de danza con Ruth Olmos como coreógrafa, así como la voz del tenor local Jesús Hernández, cuyas participaciones le otorgan mayor calidad al propio montaje.

Las escenas están acompañadas de una selección musical impecable. No solo se escuchan los imprescindibles acordes guitarra española, idóneos para representar la Sevilla de 1545 donde transcurre la novela de Fernando de Rojas.

Don Juan Tenorio y doña Inés durante la representación teatral de 'Don Juan Tenorio. Sueño y realidad'. J. I. M.

También se añaden numerosas melodías de piano para aportar un plus de dramatismo y sentimiento a la representación. Entretanto, transcurre la historia de amor en la que Juan Tenorio seduce a Doña Inés al mismo tiempo que se enfrenta al comendador -padre de la protagonista- y a su rival, Don Luis Mejía.

El final de la representación, con la muerte de Don Juan Tenorio y su espíritu siendo acompañado a los cielos por el de Doña Inés es un órdago de sentimientos. Un auténtico maremágnum de emociones que llega al éxtasis con la interpretación de 'Nessum dorma', el aria de Giacomo Puccini que hizo mundialmente famosa el tenor Luciano Pavarotti.

Pero no era Pavarotti el que daba el do de pecho la noche de este sábado junto al cementerio parroquial de San Javier. Era el tenor sanjaviereño Jesús Hernández, que junto a los espíritus de Don Juan y Doña Inés ponía fin a una noche sobresaliente cargada de magia y encanto que aspira a repetirse el año que viene.

El público asistente a la representación teatral 'Don Juan Tenorio. Sueño y realidad' de San Javier. J. I. M.

El concejal de Cultura, David Martínez, asegura a este diario que "ha sido el mejor 'Don Juan Tenorio' de la historia: el día que más público ha acudido al cementerio y en el que mejor ha acompañado el tiempo. Una noche redonda".