"Falta gente en el campo". En algún momento, todos hemos escuchado esta frase, casi un mantra propio de nuestra sociedad. No en vano, las organizaciones agrarias llevan tiempo alertando de esta carencia de mano de obra. Sin ir más lejos, el secretario general de COAG, Miguel Padilla, adelantaba en junio a EL ESPAÑOL que en los próximos 10 años, se necesitaría que se incorporasen cerca de 200.000 agricultores "para responder al número de jubilaciones previstas".
Sin embargo, la media anual de incorporaciones en los últimos años "no supera ni los 10.000 trabajadores", según Padilla. Uno de los principales motivos de que falten currantes es el escaso atractivo del sector entre los jóvenes: "Solo el 1.5% de los trabajadores del campo tienen menos de 25 años", detalla el secretario general de COAG. "Esto significa que solo 12.000 jóvenes menores de 25 años trabajan en la agricultura".
Esta falta de atractivo entre la población joven es algo que llamó especialmente la atención del arriba firmante: periodista de 22 años sin experiencia en el sector agrario que, dada la seriedad del asunto, decidió comprobar si es cierto que un muchacho en las mismas condiciones que yo, tendría la oportunidad de conseguir un empleo en el campo. Y me puse a investigar.
Buena parte de los trabajadores del sector agrario están contratados por Empresas de Trabajo Temporal (ETT). Por esta razón, utilicé mi ingenio periodístico para tratar de encontrar organizaciones de estas características que estuvieran dispuestas a fichar a un nuevo currante. No tardé en encontrar a través de Google un listado oficial de ETTs autorizadas en la página oficial de la Región de Murcia.
Con esta lista en la mano, fui accediendo a las webs de las distintas empresas. Pero prácticamente ninguna de ellas había colgado sus ofertas de empleo. Aunque sí que es cierto que muchas ofrecían puestos de carretillero, los cuales no solicité dado que es imprescindible contar con un curso oficial que acredite que se es capaz de manejar estas máquinas. Una opción interesante para aquellos que consideran formarse.
En este proceso de búsqueda digital conseguí localizar dos entidades que planteaban ofertas de trabajo muy cercanas a lo que estaba buscando: Adeccco y Grupolucas. Estas dos empresas, al consultarlo con conocidos, tienen un cierto renombre en la Región de Murcia, por lo que decidí indagar más específicamente en ellas.
Primero empecé echando un vistazo a las ofertas que presentaba Adecco en su sitio web. Aquí empecé a preocuparme cuando vi que para todas las ofertas que la organización lanzaba en la Región de Murcia, exigían experiencia. Buen ejemplo de ello era la que ofrecía un puesto de peón agrícola, cuyas funciones serían "preparar los cultivos, recogida de semilla, peso del producto, polinización, siembra", etcétera.
En la oferta se rezaba claramente que "se requerirá experiencia mínima de un año en el sector", pese a ser el empleo más simple de toda la oferta. No se mostraba mucho más inclusiva para con los novatos la empresa Grupolucas, que también pedía experiencia para un puesto similar. El trabajo (también de peón agrícola) incluía "labores de recolección, plantación y escavillado". Pero del mismo modo, se exigía "experiencia previa en fincas agrarias realizando laborales similares".
Como no sabía si iba a tener suerte con estas organizaciones, y pese a que me inscribí en varias de sus ofertas, se me ocurrió buscar también en la página web del Servicio de Empleo y Formación (SEF). Allí, encontré también varios anuncios de empleos en el sector agrario en la Región de Murcia.
Llegado a este punto, y quitando las plazas del SEF (para las que no se pedía experiencia), no parecía tener las cosas a mi favor. Y evidentemente, como el mozo desempleado en el que acababa de volver a convertirme para este caso, eso me preocupaba. Necesitaba trabajar si quería conseguir unos ahorros.
El caso es que llevaba ya muchas tardes buscando ofertas frente al ordenador, y había conseguido seleccionar cinco que podrían estar a mi alcance. Había llegado el momento de enviar el currículum. Por fin llegaba ese instante tan determinante en la vida de todo adolescente que se vive siempre con tanta intensidad, como la primera vez que se le pide salir a la persona que nos gusta: con ilusión y nervios, y un 'Leído', como única respuesta.
Porque eso fue lo único que conseguí después de un mes esperando respuesta a mis solicitudes de empleo. Pero durante ese tiempo de espera no me quedé quieto, y decidí jugar la carta de 'si la montaña no va a Mahoma, Mahoma irá a la montaña'. Porque si algo me ha demostrado la experiencia periodística, es que el trato en persona es mucho más efectivo, por lo que empecé a hacer llamadas.
De nuevo echando man del listado de ETTs autorizadas por el Gobierno de la Región de Murcia, acudí a sus teléfonos con bastante poca fortuna. Entre las que no ofrecían empleos en el sector agrario, y las que no atendieron mis llamadas, solo me sirvió una: Agriverdes del Mediterráneo, con una oficina en Torre Pacheco.
Tras hablar por teléfono con ellos, acudí presencialmente a Torre Pacheco en varias ocasiones con la esperanza de poder hablar con alguien que me ayudase. Finalmente, conseguí entrevistarme brevemente con uno de los encargados de la empresa, Paco, un señor que me trató con mucho agrado y me explicó mis posibilidades.
- Busco trabajo en el campo, ¿tienen plazas disponibles?
- Paco: Es complicado porque ahora mismo en pleno agosto es cuando se está yendo la gente al paro, hemos terminado la patata, los melones y todo eso. Y ya empezamos de nuevo en septiembre, si te quieres dar una vuelta entonces, que será cuando empezaremos a coger otra vez gente para las plantaciones... Ahora es mala fecha. Sobre todo a últimos de octubre empezaremos a recolectar y todo eso, y la cosa se moverá otra vez.
- ¿Y a primeros de septiembre qué tipo de trabajo suele haber?
- Pues tenemos plantaciones, a lo mejor preparaciones de tierra con los agricultores, que es el tema de tirar gomas y cosas así. Muchas clases de trabajo. Lo más complicado son las plantaciones, hasta que te acostumbras. Pero bueno, se vería la manera de meterte con algún agricultor o lo que sea para tirar gomas o hacer las cosas más fáciles.
- ¿Pero usted cree que es posible que haya hueco para mí?
- Sí, a primeros de septiembre seguro que sí. Si no has encontrado nada, pásate por aquí y ya lo arreglamos.
Llega septiembre
En ese lapso de algo menos de un mes en el que seguí intentando contactar con alguna que otra empresa, aproveché para documentarme un poco más sobre la situación en el sector agrario. Y una de las cosas que más me llamó la atención es que la población de origen inmigrante son los que más aprovechan esa falta de mano de obra.
Estos trabajadores, oriundos principalmente de Marruecos y del África Subsahariana, no dudan en desplazarse hasta las zonas donde hay más trabajo en este sector. Este movimiento motiva que en algunos municipios donde la demanda de este tipo de empleos es muy elevada, se produzca un significativo incremento demográfico. Es el caso de municipios como Vícar (Almería), donde los ciudadanos de origen extranjero representan el 34% de los habitantes de la localidad.
Eso explica que cuando llevaba a cabo mi búsqueda de ofertas de trabajo a través de distintos medios, uno de los requisitos básicos en la mayoría de ofertas era hablar español. Algo que podría parecer obvio, pero que debe especificarse cuando los solicitantes son extranjeros en un porcentaje elevado.
De hecho, según el INE, entre el total de ocupados en la agricultura en 2023, casi 170.000 eran extranjeros, frente a los 555.5000 españoles. Esto significa que algo más del 23% de los trabajadores de la agricultura provienen de fuera del país, y este estudio solamente tiene en cuenta a los trabajadores que están dados de alta en la Seguridad Social.
Precisamente, y según testimonios recogidos por este diario de la mano de antiguos agricultores y propietarios de tierras en Vícar, algunos dueños de terrenos prefieren incorporar a una parte de su plantilla con 'contratos informales'. Y al parecer, muchas personas de origen extranjero están dispuestas a aceptar estos puestos, mientras que los españoles descartan estas alternativas que se encuentran en una posición legal delicada.
No digo, en absoluto, que ese sea el caso de las empresas a las que acudí buscando empleo. De cualquier modo, cuando llegó septiembre volví a la carga. Apenas había empezado el mes cuando volví a ponerme en contacto con Paco por teléfono, solicitando de nuevo un puesto para mí en Agriverdes del Mediterráneo.
- ¿Tienen algún empleo disponible?
- Paco: ¿Es para tí solo o tienes cuadrilla? ¿Y has trabajado antes el campo?
- Sí, es para mí solo. No he trabajado antes en el campo, pero aprendo rápido.
- Vale, entonces tendría que consultarlo con el resto de los encargados, dependiendo de lo que les quede... Si les queda por ejemplo un mes de trabajo, y les van saliendo más cosas, sí merecería la pena (contratarte) para cortar melones, que es más leve. Porque ahora mismo lo que tenemos por aquí, por la zona de Cartagena, son plantaciones, que son bastante duras, vas a destajo.
- De acuerdo, de todas formas no me importa que el trabajo sea duro.
- Perfecto, déjame que eche un vistazo con los encargados y mañana te llamo.
Consigo encontrar trabajo
Después de esta conversación, volví a contactar con Paco dos días después, que para mi desilusión, me dijo que aún no había tenido la oportunidad de hablar con el resto de encargados. Pese a mis insistencias de que no me importaba empezar en un puesto complicado, parece que no conseguí convencerle.
Además, yo mismo puede comprobar que, en efecto, los meses de agosto y septiembre son bastante 'flojos' en el sector. Prueba de ello es que cogí el coche para visitar numerosas plantaciones en varios municipios del campo de Cartagena, y en la gran mayoría, los únicos que frecuentaban las grandes extensiones de tierra solo eran los pájaros y algún que otro insecto. Nada cultivado, la tierra muy seca y ningún trabajador en kilómetros a la redonda.
Por tanto, al mismo tiempo que trataba de concretar mi situación con la empresa de Torre Pacheco, me puse en contacto con José Ramón, encargado de contratación de Hortinieto, una entidad que opera en la comarca del Campo de Cartagena, Yecla y Jumilla. Y finalmente, esta última resultó ser la que se dispuso a acogerme como uno más en su plantilla.
- ¿Estarían dispuestos a contratarme teniendo en cuenta que no tengo experiencia?
- José Ramón: El problema es que ahora mismo está todo medio parado, la campaña empieza dentro de tres semanas, es decir, en la primera semana de octubre. Hay trabajo de sobra, no se pide experiencia porque es muy sencillo. Si de aquí a entonces no has encontrado otra cosa, puedes llamarme y contar con nosotros.
- Dicen que hay ciertos puestos en esta profesión que son más complicados para alguien que nunca se ha dedicado a estas labores, aunque para mí, si eso significa tener que hacer esfuerzos físicos, no supone un problema. ¿Es así?
- Imagino que eso hace referencia sobre todo al tema de las plantaciones, que no es que sea más duro. Es un trabajo más delicado, pero es muy fácil, en cuanto eches un día, al segundo ya sabes hacerlo.
De esta manera, finalmente conseguí mi objetivo de 'infiltrarme' como un trabajador del campo. José Ramón, gracias a su trato atento y cortés, me transmitió la confianza suficiente como para contarle mis verdaderas intenciones. "Casi a cualquier empresa que te acerques entre la segunda mitad de septiembre y principios de octubre te habría buscado un sitio. El problema es que esta fecha, primeros de este mes, es complicada", detalló.
De este modo, mi 'infiltración' ha demostrado que buscar trabajo en el campo tiene un hándicap. La época del año puede determinar que se encuentren ofertas de sobra para escoger, o por el contrario, que resulte conveniente buscar empleo en otro sector. Sin embargo, acudiendo a las oficinas de las empresas en la época adecuada (por ejemplo, octubre) se puede confirmar que, en efecto, el campo es un sector en el que hay mucho trabajo.