“Mi hijo de tres años y yo empezamos los dos el colegio este año, pero yo con 39 años”. Son las palabras de la nueva maestra de infantil Irene Chao (Fene, La Coruña, 1985), una madre que acaba de aprobar una oposición tras acabar la carrera de Educación Infantil. Todo seguido. Sin respiro, sin descanso. Para más inri, esta superwoman aprobó su grado siendo madre de una niña de tres años y estando embarazada de su segundo hijo y superó la oposición este verano siendo ya madre de los dos menores.
Chao cuenta a EL ESPAÑOL que muchas tardes se sentaban los tres en la misma mesa para realizar sus tareas: “Mi hijo pintaba, mi hija hacía los deberes del cole y yo estudiaba”. Pero otras tantas su marido, David Pérez, y otros familiares cuidaban y entretenían a los niños para que Irene pudiese estudiar más tranquila. Para que pudiese alcanzar su sueño de ser maestra en la educación pública. Una proeza que adquiere mayor renombre si se tiene en cuenta que, además, ha sido –hasta ahora– encargada en la cadena Intimissimi con un horario de 35 horas semanales.
Madre, trabajadora, universitaria y luego opositora. Así ha sido la vida de la superwoman Irene Chao durante los últimos cinco años. Nada fáciles. Reconoce que ha “llorado” en varias ocasiones por la sobrecarga de obligaciones o por ver que su hija Adriana, que cumple ocho años en octubre, no entendía cuando era más pequeña que su madre estuviera tan ocupada. Estaba enfadada con ella. “A veces, no dejaba ni que la bañara. Sólo a mi marido”, explica la nueva maestra.
El esfuerzo de esta gallega, no obstante, se ha visto recompensado con la superación de una oposición convocada por la Xunta de Galicia para la incorporación de nuevos docentes a los centros públicos de la comunidad. Concretamente, la autonomía cuenta desde este mes de septiembre con 1.256 nuevos maestros y profesores entre los que se encuentra Irene Chao. A sus 39 años, la mujer ha obtenido plaza en el Centro Público Integrado (CPI) San Vicente, en A Baña, en un proceso al que se han presentado 20.000 aspirantes.
Cinco años de esfuerzo
Irene Chao ahora recoge los frutos de lo que ha ido cultivando en el último lustro. Aun así, la vida de esta madre de familia no ha sido sencilla en estos últimos cinco años. Este drama universitario y opositor, sin embargo, no comenzó con el inicio del Grado de Educación Infantil, en septiembre de 2019, sino que el germen de todo fue hace casi ocho años, cuando nació Adriana, la primogénita de Irene y David.
“Yo, la verdad, previamente había estudia otra carrera, Educación Social, y luego había tenido varios trabajos: en hostelería, como telefonista y, durante los últimos 13 años, como encargada de Intimissimi, pero cuando nació mi hija supe que, aunque siempre he estado muy feliz en mi empresa, yo no me quería jubilar ahí. Quería dedicarme a los niños, era mi vocación. Mi hija fue una señal. Además, una amiga acababa de superar la oposición y me habló bien de ella. Eran todo señales y decidí empezar la carrera de Educación Infantil”, narra Chao en conversación telefónica con este diario.
Fue cuando la gallega se matriculó en la Universidad Internacional de La Rioja (UNIR) con el fin de cursar la carrera a distancia. “En aquella época no existía el grado en la UNED y yo no podía acudir de manera presencial porque debía ir al trabajo y luego estar con mi familia. Ya era madre de Adriana”, explica la nueva docente.
Luego, tardó tres años en sacarse la carrera, ya que le convalidaron un curso entero porque había estudiado Educación Social en la Universidad de La Coruña. Pese a ello, durante esos meses de 2019 y principios de marzo, Irene Chao cumplía su jornada en Intimissimi y luego estudiaba el grado. En algunas ocasiones, si su marido no podía ayudarle, en compañía de Adriana.
Pero la pandemia estalló en marzo de 2020, una circunstancia que aprovechó Irene para acabar ese primer curso. Durante unos meses la mujer no acudió a trabajar porque Intimissimi tuvo que aplicar un ERTE a sus trabajadores por el cierre forzoso de los comercios por el confinamiento. Acabaría ese curso y empezaría el siguiente, un año académico duro que se complicó porque Irene se quedó embarazada de Bruno.
“Ten en cuenta que a principios de 2021 aún había mucho miedo por la Covid. Yo apenas salía porque estaba embarazada. Sólo veía a mi marido y a mi hija. Además, el embarazo de Bruno fue de riesgo, así que estuve de baja unos meses. Mi bebé nació el 21 de mayo de 2021 y, por suerte, todo fue bien, pero tan sólo 15 días después, el 11 de junio, empezaba los exámenes. Se puede decir que los primeros días de la vida de mi hijo los tuve que pasar estudiando”, dice Irene Chao.
Luego, el tercer curso antes de opositar, Irene Chao lo pasó trabajando, estudiando y ya siendo madre de sus dos hijos. “La verdad es que he de agradecer a mi marido por confiar en mí y por creer que lo podía sacar todo. Me ha ayudado mucho y sin él y mis padres esto no hubiera sido posible”, dice la maestra. Un año después, en noviembre de 2022, Irene Chao empezó a opositar para ser maestra en la academia Equipo Laura.
“Fui ahí porque me la había recomendado mi amiga, pero luego acabé encantada. Mi familia y la academia han sido como mi red de apoyos para poder superar la oposición. Le estoy muy agradecida”, culmina Irene.
Un nuevo comienzo
Ahora, tras superar la oposición, Irene Chao, de 39 años, ha cumplido su sueño. Empezó el pasado lunes, 2 de septiembre, como maestra de Audición y Lenguaje en Infantil y Primaria. Ella, de hecho, se presentó por esa especialidad, dado que siempre le ha gustado enseñar a personas con necesidades especiales. En la oposición, quedó la 49 de 80 en esa modalidad.
Y, gracias a ello, la superwoman Irene Chao empieza un trabajo por el que ha sacrificado mucho en los últimos años. Su vasto esfuerzo de ejercer como madre, además de trabajar y opositar “ha valido la pena”, dice. Eso sí, Irene deja claro que sin la ayuda de su marido, David, “no hubiese sido posible”.
A día de hoy, aunque dice sentirse “ilusionada y perdida partes iguales” porque es una labor totalmente nueva para ella, la gallega se siente orgullosa de sí misma. “Y no sólo lo he hecho por mí, si no también por mi familia y mis hijos, para disfrutar muchísimo de ellos”.