Rafael Piorno, el pediatra y miembro del PP en la barriada almeriense de Aguadulce, perteneciente a Roquetas de Mar, que ha sido asesinado llevaba días sin dar respuesta. Piorno vivía solo y sus dos hijos residen fuera de la provincia. Uno de ellos le llamaba todos los días y, al no recibir respuesta, se alarmó.
Con desasosiego, llamó a los vecinos de su padre, que disponen de una llave del inmueble, y al entrar este pasado domingo por la mañana en la casa encontraron el cuerpo de Piorno encharcado en sangre y maniatado. Había recibido tres puñaladas mortales.
El chalé adosado en el que vivía Piorno tiene alarma. La calle Enrique Granados es residencial, relativamente tranquila, pero hay trasiego de vecinos y una calle paralela con varios restaurantes. Nadie oyó nada. Ni gritos, ni ruido, ni, por supuesto, la alarma.
La Guardia Civil se ha hecho cargo de la investigación. Varios de sus miembros han estado este lunes en jornada de mañana y tarde buscando pruebas. Por ahora, no han trascendido detalles más allá de que ha sido una muerte violenta.
Pero, ¿quién querría matar a Piorno y por qué? Los vecinos consultados por EL ESPAÑOL destacan que era una persona "muy conocida en el pueblo y extrovertida". Al principio pensaban que se podría tratar de una muerte natural porque Piorno tenía 76 años. No obstante, tras conocer los detalles, los vecinos tienen miedo. Han accedido a hablar con este diario, pero no han querido que se diga sus nombres y, ni siquiera, el número de sus inmuebles.
Piorno es cubano y llegó hace varias décadas a España junto a su mujer, también cubana. Ambos compartían la pasión por la medicina. Fue médico de atención primaria y pediatra en el centro de salud de Roquetas de Mar durante muchos años. "Ha sido el pediatra de la mayoría de niños de Aguadulce", recuerda aún consternado uno de los vecinos. Otro de los vecinos fue precisamente paciente suyo en su niñez. "Le recuerdo con mucho cariño. No es justo", ha asegurado apesadumbrado por la situación.
Ser pediatra en el centro de salud del pueblo ya es sinónimo de conocer a muchas personas. Pero además fue activo en la vida política. Se presentó en varias ocasiones a las elecciones municipales en Roquetas de Mar por el PP. En los últimos comicios de 2023 fue en el número 21 de la lista. Era, por tanto, algo más testimonial que real en el sentido de que era imposible que saliera como concejal. El PP ganó por mayoría absoluta con 15 concejales, casi triplicando en número de votos al PSOE, la segunda fuerza en esta localidad almeriense.
Gabriel Amat es el alcalde de Roquetas de Mar. Es uno de los clásicos porque acaba de cumplir 80 años y lleva tres décadas al frente del gobierno de esta localidad. Ni desde el PP de Almería ni desde el Ayuntamiento de Roquetas de Mar han querido realizar ninguna declaración a los medios hasta que no concluya la investigación de la Guardia Civil.
Vivía solo y el chalé estaba en venta
Piorno enviudó y tuvo otra pareja, aunque esa relación acabó por romperse y estaba viviendo solo. Ya estaba jubilado en el SAS, pero seguía pasando consulta pediátrica de forma privada en su propio domicilio.
Tenía el chalé a la venta y un gran cartel en el exterior de la casa así lo confirma. Irene, una de sus vecinas, asegura que quería vender el inmueble para "comprarse una casa en Alicante e irse a vivir con uno de sus hijos". El marido de Irene es enfermero y estuvo un tiempo trabajando junto a Piorno. De hecho, son los culpables de que el pediatra viviera en la calle Enrique Granados. "Le gustaron los planos de la casa que íbamos a comprar y él decidió comprar otra en la misma calle", comenta.
Han pasado más de 20 años de aquello. Piorno, por tanto, era un vecino conocido. Además, todas las personas entrevistadas por EL ESPAÑOL coinciden en señalar que era extrovertido, que le gustaba mucho hablar, sacar conversaciones y, en definitiva, que era una persona muy sociable.
Los vecinos necesitan respuestas y para ello están trabajando los investigadores. Todas las hipótesis están sobre la mesa. Se habla de posible intento de robo, de que enseñara la vivienda a posibles compradores y éstos acabaran con su vida... Nadie sabe lo que ha podido pasar pero sí hay dos cosas claras: que el vecindario está asustado y que el asesinato de Piorno ha causado consternación en esta localidad almeriense que está en los últimos coletazos de la temporada alta turística.