"Si le hubierais sabido dar amor y no acosarle cuando lo veis y tratarle de 'tonto loco tonto loco' ahora seríais todos niños felices y no subnormales amancebados y en extinción", se ha defendido el padre del asesino de Mocejón tras recibir amenazas en su casa.
Fernando ha declarado que está atemorizado por las amenazas que ha recibido tras la detención de su hijo y tuvo que llamar a la Guardia Civil: "Me han apedreado la casa y llevo muchas horas sin dormir".
El lunes, tras la detención, ya informó a los medios de que tiene un 70% de discapacidad y actualmente no toma ninguna medicación. El padre, nervioso y afectado por lo ocurrido, ha explicado a La Sexta que Juan está encerrado en el calabozo y ha confesado el crimen del niño de 11 años.
Según ha manifestado, Juan conocía a la víctima y a sus amigos. Vivía junto a él y a su hermano de 14 años. El día de los hechos, se dirigía hacia casa de su abuela, pero se despistó y dio una vuelta por los alrededores.
Después de cometer el crimen se dirigió a casa de su abuela, quien le cambió de ropa porque se presentó sudado en el domicilio. El padre niega que su hijo tuviese manchas de sangre en su camiseta.
El padre ha definido a su hijo como un joven sano y feliz. Está harto de las mentiras de gente que no tiene ni idea, aunque no es capaz de defender la inocencia del joven. "No sé nada, no sé si mi hijo es inocente. Yo soy como los cornudos, soy el último en enterarme de todo".
"Mi hijo ha confesado todo lo que le han dicho que confiese, sea verdad o mentira. Está siendo sometido a una represión tremenda. Un niño no puede sobrevivir en esas condiciones", ha indicado a La Sexta.
El coche del padre, un Opel azul lleva escrito la palabra 'asesino' en el capó.
Se busca el arma
Después de casi tres días de intensa búsqueda, el asesino de Mateo fue arrestado en su domicilio por la Guardia Civil. El joven, en su declaración, reconoció la autoría, aunque creía estar en un "videojuego": "Lo ha hecho mi otro yo. He visto cómo me robaba la cara. Tenía mi rostro y mi cuerpo y ha apuñalado al niño, pero no he sido yo".
Mientras tanto, la Guardia Civil busca el arma con el que el asesino asestó 11 puñaladas a Mateo.
Diversas dotaciones de la Guardia Civil rastrearon el canal de riego cercano al pueblo, que discurría con caudal y ahora ha sido vaciado. Se cree que el joven pudo arrojar el arma al agua en su escapada, que habría sido a pie.