"El asesino sabía entrar al polideportivo por el hueco en la valla, tenía que conocer Mocejón”: la hipótesis de los vecinos

Tras difundirse gracias al boca a boca y a los grupos de WhatsApp los testimonios de los escasos testigos presenciales, la mayoría de los vecinos concluían que el homicida conocía bien el pueblo. Según ellos, la reconstrucción hipotética del suceso refleja a las claras unos conocimientos de alguien foráneo.

Para empezar, el polideportivo municipal 'Ángel Tardío' en el que transcurrieron los hechos suele estar cerrado los domingos. Este 18 de agosto, sin embargo, se encontraba abierto para acoger un torneo de pádel. Las pistas se ubican al entrar de frente al centro deportivo, por lo que tanto en la puerta de acceso como en sus proximidades había vecinos adultos.

No ocurría así, sin embargo, en la otra punta de la instalación deportiva. Cruzando todo un campo de fútbol reglamentario, en el lado opuesto de una pista oval de atletismo, se sitúa un pequeño campo de fútbol en el que acostumbran a jugar niños y adolescentes. Este se encuentra cerca de la esquina del polideportivo más distante a las viviendas, lindando con las eras del pueblo.

Los mocejoneros saben bien que en aquella lejana esquina la alambrada está rota y no llega a la columna de ladrillos a la que debería estar anclada. Es por ese agujero por el que los jóvenes se cuelan en las instalaciones para jugar cuando el polideportivo está cerrado, aunque este domingo no era el caso.

Dado que nadie vio llegar al agresor, los vecinos elucubran con que ese fue el punto de acceso del criminal hacia las 9.50 horas de la mañana. Tras saltar el pequeño muro, se habría aproximado al campo de fútbol donde jugaban los menores que, en un inicio, al ver que era otro joven - de unos 16 o 17 años, según fuentes de la investigación - no sospecharon nada extraño.

En un momento dado, por motivos que aún no han trascendido, los jóvenes se asustaron - posiblemente al mostrar el arma el agresor o al demostrar su actitud violenta -, por lo que rompieron a correr en una huida caótica. Uno de ellos, Mateo, habría tropezado en su intento de escapar, por lo que el asesino aprovechó para apuñalarle reiteradas veces con un objeto punzante aún por determinar.

De nuevo, cabe recordar que todo un campo de fútbol reglamentario separaba a los menores de los adultos. Los gritos de pánico de los niños en plena carrera alertaron a los vecinos que asistían al torneo de pádel, que empezaron a correr hacia el lugar del crimen. Cuando llegaron, el asesino ya no estaba allí.

Por tanto, el homicida no pudo haber huido por la puerta principal, puesto que tendría que haber pasado por delante de los adultos. Los vecinos están seguros de que usó el hueco en la alambrada para emprender la escapada.

Aunque nadie parece estar seguro para afirmarlo de forma categórica, todo apunta que muy cerca de ese acceso tendría el vehículo que usó para huir, que fue visto circulando a gran velocidad hacia el interior del pueblo por el paseo de los Molinos. "Cuando llegó a la rotonda, entró de lleno y casi se lleva por delante a tres coches", relataba un testigo a EL ESPAÑOL.

Las fuerzas y cuerpos de seguridad desplegaron una 'operación Jaula' para tratar de aprehender al sospechoso, incluyendo en la misma a un helicóptero de la Guardia Civil. Pese a ello, el atacante concluyó el fatídico domingo sin ser arrestado.

Las incógnitas

Aunque la hipótesis principal de los vecinos es la aquí relatada, dado lo insólito del suceso quedan muchas dudas por responder que sólo podrá esclarecer la investigación policial.

Las contradicciones en las versiones de los mocejoneros son notorias en ciertos aspectos. Algunos hablaban de que el agresor iba encapuchado y con la cara tapada con un pañuelo, mientras que otros aseguran que se trataba de un joven rubio con el pelo muy corto. También han señalado la posibilidad de que tuviera un tatuaje en la mano.

La mayor incógnita es el móvil del crimen. Nada más conocerse el suceso, algunos apuntaron a los 50 menores extranjeros no acompañados (menas) que habían llegado al municipio el 5 de agosto y que se alojaban en un hotel del pueblo, bajo vigilancia de asistentes sociales y Guardia Civil. EL ESPAÑOL pudo desmentir este extremo con fuentes del propio hospedaje.

Otras teorías minoritarias aludían a un posible rito iniciático de alguna banda latina, o de algún tipo de venganza entre jóvenes, quizá por acoso escolar. Lo que los vecinos consultados descartaron unánimemente fue el móvil yihadista, tanto por el lugar y momento como por que a finales de mes se celebrará un concierto en el que se prevé una numerosa asistencia y donde un terrorista podría causar numerosos daños.

Por otra parte, la vía de huida pasando por el centro de la localidad es sorprendente si, como afirman los vecinos, el agresor conoce el pueblo. Del polideportivo parten varios caminos rurales que conectan más adelante con diversas carreteras secundarias sin pasar por delante de cámaras de seguridad de ningún tipo. También hay calles asfaltadas que habrían permitido al atacante huir en varias direcciones. Pero al parecer se precipitó por la vía principal del municipio, con prominentes badenes destinados a evitar altas velocidades y junto a comercios que pueden haber grabado su fuga.

La investigación, actualmente bajo secreto de sumario, será la encargada de ir resolviendo estos misterios. Entretanto, el Ayuntamiento ha decretado tres días de luto oficial y entre los vecinos se valora la posibilidad de cancelar las fiestas municipales en señal de condolencia y respeto a la familia del ya añorado Mateo.