Stoweman, Raami, Sallab, Sir Roque, Dimax... junto a otros muchos más, serán los protagonistas indiscutibles en estas semanas sobre las blancas arenas de la playa de Bajo de Guía y la de las Piletas de la localidad gaditana de Sanlúcar de Barrameda.
Por su raza purasangre y su cometido, son los caballos más mimados que existen: comen avena de Francia y proteína de Irlanda, tienen una vida deportiva corta que no supera los cuatro años y alcanzan los 70 km/h, toda una explosión de velocidad.
Eso sí, para ello entrenan más que un equino normal. A nivel mundial el precio de un caballo de carreras, según sus méritos, puede oscilar entre los tres y los 200 millones de euros, siendo adquiridos por grandes empresas o fondos financieros.
Estos caballos millonarios son los que compiten por los grandes premios de Epsom, Dubái, Chantilly, América y Japón. Sin embargo, ninguna de estas pistas contienen el sabor del hipódromo natural sanluqueño, único en el mundo, con el coto del Parque Natural de Doñana como telón de fondo durante los próximos 15 días.
Las carreras de Sanlúcar de Barrameda constituyen el mayor espectáculo del sur del sur, un evento declarado de interés nacional e internacional que recibe a más de 180 medios, reconocido incluso por uno de los tabloides con mayor prestigio mundial: The New York Times.
Se trata del evento hípico más antiguo del mundo y la competición más longeva del Turf nacional -nombre americano que se le da a las competiciones en las que se pueden apostar- y que forma parte del circuito nacional. En el caso de Sanlúcar cumplirán 180 años en 2025.
Pero dicha cita deportiva y social no es lo único que engalardona a uno de los rincones más famosos de la costa gaditana. Marineros como Cristóbal Colón o Magallanes ya se fijaron en esta ciudad bodeguera en la que muere el Guadalquivir.
Los épicos navegantes eligieron a la cuna del vino de la Manzanilla como punto de partida para la tercera expedición a las Américas y la Primera Vuelta al Mundo, pero el prestigio de la ciudad gaditana no se queda ahí. En 2022 los amantes del buen comer se rindieron a sus pies y la designaron Capital Gastronómica.
Las playas sanluqueñas han acogido durante casi 200 años a millones de veraneantes deseosos de deleitarse con el espectáculo visual que crean los purasangres corriendo sobre la arena con el Coto de Doñana, la marea baja y llana como un plato y el ocaso de fondo.
Una panorámica mejorada -más si cabe- por el ambiente de los miles de espectadores animando a su caballo ganador desde las gradas o asentados con todos sus útiles en la arena. Según el análisis de medios, el evento llegó a 312.000.000 de personas tanto de manera presencial como por los medios de comunicación.
Durante los días de competición, el litoral sanluqueño es todo un terreno de juego. Los caballos al galope cruzando la playa, los veraneantes provenientes de todas partes de España apostando en el reciento de la Real Sociedad de Carreras de Caballos y, por si todo lo anterior no fuera suficiente, los niños haciéndole la competencia a la institución organizadora del evento, presidida por Rafael Hidalgo.
Y es que, a lo largo de todo el arenal, los más pequeños plantan casetas de cartón -de madera las más trabajadas- en las que quien que ha preferido ver la prueba hípica en bikini o bañador puede apostar a su caballo ganador.
El contraste entre el pasado y el presente
En conversación con EL ESPAÑOL, Rafael Hidalgo apunta que el turista que visita Sanlúcar durante las carreras es muy diferente al habitual: "Tiene un nivel adquisitivo mucho mayor".
Existen diversas teorías sobre su pasado. Una de ellas se remonta a las competiciones informales que realizaban en las orillas sanluqueñas los dueños de los caballos utilizados para el transporte del pescado.
Sin embargo, Hermenegildo Mergelina gerente durante 30 años de la Real Sociedad, no está de acuerdo: "Yo creo que las carreras la trajeron las empresas bodegueras inglesas de todo el marco de Jerez. Estas sembraron su deporte".
Eso sí, para que tenga lugar la competición en el mes de agosto deben coincidir tres días seguidos con bajamar a las 17,00 horas. En esta cita los protagonistas indiscutibles son los caballos ingleses y los jinetes que, con el permiso del Lorenzo, colorean la puesta en escena.
Ahora, Mergelina le ha pasado el relevo a José Manuel Romero, quien lleva trabajando codo con codo con él durante 20 años: "estoy muy contento e ilusionado por este nuevo cargo, pero también muy nervioso porque todo salga bien y no haya incidentes". Y es que el talón de Aquiles de esta cita se deja ver cuando cae la noche y más de 50 autobuses de otras localidades repletos de jóvenes llegan a las puertas del reciento, ocasionando a veces altercados.
Este año a la Real Sociedad se le suma otra dificultad más. Fruto de desacuerdos con la alcaldía, es muy difícil -por no decir imposible- ver a una patrulla de la Policía Local por las calles de Sanlúcar y por ende en las inmediaciones del recinto.
Hasta 21 purasangres corriendo a la vez
En años anteriores, algunos percances como la caída o el desboque de un caballo empañaban la imagen del evento, ahora se hacen controles de todo tipo, incluso anti dopping. Además, la playa se empieza a preparar dos meses antes para que todo esté a punto. Aquí trabajan más de 500 personas y el presupuesto para organizar todo supera el millón.
Hasta 21 purasangres han llegado a competir en la misma carrera, pero, debido al peligro que esto suponía, ahora el número máximo son doce caballos. Los centauros que reciben un premio metálico son los que obtienen entre el primer y el cuarto puesto.
El galardón más importante es el de Ciudad de Sanlúcar, que asciende a 17.000 euros y se reparte entre los cuatro primeros corredores. "Hay patrocinadores que han querido que su premio sea mayor, pero nosotros, por respeto a Sanlúcar, no lo permitimos" apunta el ya exgerente. La ciudad brinda todos los años su apoyo a este evento aunque, dependiendo del color de quién gobierne, la ayuda varía.
Al contrario que los jinetes que participan en varias carreras de la jornada, los equinos solo pueden correr una vez al día. No obstante, estas carreras "tienen una especie de beneplácito del Jockey Club Español" y los caballos pueden competir durante todo el ciclo completo que dura seis días.
La vida del jinete
En la pista, el caballo y el jinete son uno. No solo el animal se somete a una vida destinada al entreno, también el jinete lo hace. Para los sanluqueños no es extraño ver a alguien corriendo en pleno agosto con ropa de invierno.
Tanto los gentlemans -los jinetes aficionados- y los jockeys -los profesionales- no pueden superar los 60 kilos de peso. Para ello, están sujetos a sesiones de entrenamiento para perder peso en las que pueden llegar a hacer uso de la práctica mencionada o de las saunas. Las técnicas para trabajar con los caballos han cambiado a lo largo de los años, ahora se apuesta más por "trabajar en corto".
Así lo explica, en conversación con este periódico, el preparador de purasangres Manuel Álvarez. Comenzó hace 40 años y ensilló varios caballos durante su carrera, sin embargo, debido al peso tuvo que dejarlo. Ahora lleva 27 años como tutor de purasangres.
Manuel, a lo largo de su vida profesional, ha sido galardonado con numerosos premios. El que más ilusión le hizo fue el galardón Roberto Cocheteux, una condecoración que homenajeaba a quién le da nombre, su amigo y propietario de caballos.
También la meta sanluqueña ha sido suya en cinco ocasiones. Ganó el primer premio con Lirical Lak, una yegua por la que nadie ponía la mano en el fuego. Este año el preparador bajará a Sanlúcar con tres caballos de carreras.
La rutina del preparador
Graciela Rodríguez, también entrenadora de purasangres ingleses, llega a la cuadra a las 4,20 horas de la mañana. Es la hora de comprobar si todo en los establos está en orden: comida, paja, extremidades y cascos. Una vez que todo está correcto, sale el primer lote de equinos a entrenar.
Por su pasado como jinete de hípica y carreras y su presente como preparadora, Rodríguez lo tiene claro: "un buen purasangre debe tener cabeza y corazón, el caballo tiene que disfrutar del galope".
Los preparadores son los ojos y el cerebro de los dueños de los caballos. El New Market de Inglaterra es el lugar europeo donde salen a subasta más de 1.700 purasangres ingleses, y se ha convertido en la tercera casa -la segunda es la cuadra- de los entrenadores de caballos.
Álvarez señala que "la última vez salieron cuatro caballos a casi tres millones de euros cada uno". Aunque estas cifras son mucho mayores en otros mercados como el árabe. "Si nos vamos a un semental el valor es incalculable" añade el preparador.
"Quién está inmerso en el mundo del caballos puede vivir perfectamente de él" apunta Álvarez. Sin embargo, en España no se le da la importancia que esté sector tiene en otras partes de Europa.
De ahí la importancia de las carreras que se disputan en Sanlúcar cada mes de agosto. El evento, que se ha consolidado como uno de los emblemas de la ciudad tras 180 años de historia, ejerce de altavoz del mundo de la hípica español a escala nacional e internacional.