Hace 48 años que Mariano García natural de Camas, lidera el restaurante Donald, en Sevilla. Conocido en la región por sus platos caseros y tradicionales, sigue en busca de personal mayor de 45 con experiencia para completar su plantilla.
EL ESPAÑOL conversa con Mariano y nos manifiesta que siente que los jóvenes no se involucran con la misma pasión como tiene él por el negocio. "La atención al cliente va más allá de ponerle un plato en la mesa. Hay que ser amable, educado, con un trato personalizado".
De los 40 candidatos que se presentaron ante el anuncio que publicó hace dos meses, el primer filtro lo pasaron cinco y luego se han quedado dos, en los que ha visto sus 'reales ganas de trabajar'.
Entre sus primeros candidatos había personas que no cumplían el perfil, ya sea por temas de documentación y no tenerlos en regla, en caso de los extranjeros. Otros porque querían ganar en 'negro', algunos pedían solo media jornada. Mientras lo que realmente necesitaba era un colaborador para ocho horas al día con sus dos días de libranza como marca ley.
La experiencia en el sector de la hostelería es algo innegociable, señala Mariano: "No es lo mismo hacer funciones en un comercio de comida rápida o estar solo detrás de una barra. Solicito a partir de 45 años, porque han pasado muchos jóvenes por el negocio, que solo venían por recibir un salario a fin de mes, sin deseos de aprender".
Inicios del negocio
El local empezó a funcionar en 1973, el fundador fue Manuel Ávila Romero, quien estuvo al frente hasta 1988. Mariano entró a trabajar como camarero hace 48 años y desde 2016 asumió el liderazgo.
En sus inicios era una cafetería restaurante, pero hace varios años suprimieron los desayunos. Actualmente atienden desde las 12 de la mañana hasta las 12 de la noche, sólo cierra los martes. Allí no se vende menú.
Mariano ha crecido el mundo de la hostelería porque su padre tuvo dos restaurantes y desde pequeño aprendió las diferentes funciones de llevar un negocio. Con el tiempo realizó cursos de gastronomía para aprender técnicas y mejorar el servicio.
El local de la calle Canalejas, en el casco antiguo de Sevilla es amplio, de techos altos y su decoración principal son los cuadros, así como imágenes vinculadas a la tauromaquia. Tiene dos plantas y una pequeña terraza. Los clientes reciben una carta y el camarero se acerca a cantar los platos del día.
Mariano cuida mucho los insumos para sus comensales por eso se levanta pronto para ir al mercado en busca de los mejores productos frescos de la región y según eso, comunica al cocinero para preparar los potajes.
Mariano colabora con la Comunidad Europea, en el programa de Erasmus, razón por la cual ha recibido a un practicante de 17 años, por tres meses, viene de Florencia. Aprenderá todo lo relacionado al mundo de la hostelería. "Yo no tengo problema de enseñar, lo que quiero es que sienta ganas de aprender", refiere el propietario de Donald.
Uno de los aspectos que rechaza el dueño, es que venga a su local una persona a buscar trabajo y no sepa las cosas elementales, donde él dedique tiempo enseñando, pague un sueldo, más la Seguridad Social y no vea compromiso y responsabilidad, como ya en alguna ocasión lo han dejado tirado.
Los platos
Con la ensaladilla rusa ganó hace dos años un premio en Sevilla y considerado como los 10 mejores en la Semana Gastronómica de San Sebastián. Entre los platos que preparan están los guisos tradicionales como las albóndigas de ternera, el pescado frito, los riñones al Jerez, los brazos sanluqueños, entre otros.
También se podrá encontrar espinacas con garbanzos, sangre con tomate. Son casi 50 años de cocina tradicional, con un ambiente familiar. Actualmente su plantilla está integrada por 16 personas.
Si Mariano ve en el mercado un buen langostino, pescado o carne, se lo lleva. Por esta temporada reciben muchos turistas, por lo que una buena paella al centro de la mesa no puede faltar. Todo a precios asequibles.
Hostelero por vocación
"Soy feliz en el restaurante. Hace 30 años pasaba muchas horas trabajando, doblaba turnos, pero eso me permitió comprarme la vivienda, tener una familia, darle buena educación a mis cuatro hijas", relata Mariano.
Después que Mariano aprendió a llevar el negocio de su padre, emigró a Sevilla a trabajar en el restaurante Nuria. Así poco a poco fue ganando experiencia hasta presentarse en Donald.
Una de las muestras de compromiso de Mariano con los comensales, fue cuando apenas se reactivaron los negocios durante la pandemia. Un cinco de mayo de 2021, junto a su cocinero y cumpliendo las normas de seguridad, se pusieron manos a la obra para servir esos platos caseros que se echaban de menos.
Su esposa Gloria Cruz es licenciada en Historia y Bellas Artes, es profesora de alemán, inglés, francés, italiano y polaco. También es licenciada en Derecho. Tienen cuatro hijas y cinco nietos. Todas son profesionales y están poco a poco aprendiendo el negocio en Donald, porque lo heredarán.