En junio de 2002, el Boston Globe publicó la famosa investigación en la que revelaban múltiples casos de pederastia en la Iglesia de Massachusetts y cómo esta había encubierto a los sacerdotes abusadores de forma sistemática. La historia acabaría años después en la gran pantalla con la película Spotlight —el título corresponde al nombre del equipo de investigación del Globe—. El equipo del periódico se haría con el Pulitzer en 2003 y el de la película, con el Óscar en 2016.
Los periodistas se pusieron manos a la obra con este caso cuando se acusó a un cura de haber abusado de más de 80 niños. Durante el proceso descubrieron que la Archidiócesis de Boston había recibido denuncias sobre este sacerdote en el pasado y que cuando esto sucedía, la única medida que se tomaba era trasladarlo a otra parroquia. Así, el cura había ido desplazándose de un lugar a otro del Estado durante años, sin que la Iglesia católica revelara que abusaba de niños ni lo sancionara.
El equipo del Boston Globe pudo confirmar cómo había actuado la Iglesia con este caso y cómo el cura había dejado decenas de víctimas, pero decidieron no quedarse ahí. Se pusieron a investigar qué había pasado durante las últimas décadas en toda la Archidiócesis de Boston. Para ello crearon una base de datos y comenzaron a recopilar la información de las distintas parroquias, anotando qué cura había trabajado en cada una durante cada año. Gracias a ese trabajo pudieron analizar los datos en su conjunto y descubrieron un patrón.
Había curas que, como ese primer investigado, cambiaban en múltiples ocasiones de parroquia y duraban en la mayoría de ellas cortos periodos de tiempo. Esa labor de periodismo de datos les permitió ponerse a investigar qué había pasado con esos sacerdotes y descubrieron que con muchos ocurría igual: cuando había acusaciones de pederastia se les trasladaba a otro lugar y volvían a abusar en sus nuevos destinos.
La investigación acabó descubriendo 87 curas que habían abusado sexualmente de infantes y cómo la Iglesia y las autoridades locales lo habían tapado en lugar de hacer algo para pararlo.
El caso de Spotlight demuestra cómo el periodismo de datos es fundamental para la investigación periodística. Tener nociones de esta disciplina, además, es cada vez más importante en una redacción.
Hoy en día un periodista tiene que saber interpretar estudios, leer encuestas, hacer gráficos o analizar cualquier tipo de dato para poder contar qué está pasando en el mundo. Así lo aprenderán los alumnos del Máster de Periodismo de EL ESPAÑOL y la Universidad Camilo José Cela en su próxima edición, que comienza el próximo mes de octubre.
El Periodismo de Investigación, Datos, Verificación y Transparencia es una parte crucial del máster de másteres ofrecido por el diario presidido y dirigido por Pedro J. Ramírez. Dentro de uno de sus siete módulos se impartirá periodismo, análisis y visualización de datos, con el periodista Sergio Sangiao como referente, que ya dio clases en la primera edición.
"El periodismo de datos es cada vez más importante en los medios de comunicación. Los propios lectores demandan cada vez más historias con datos, gráficos, mapas y visualizaciones", explica Sangiao, que es responsable de datos y miembro del equipo de investigación de Público.
El periodista explica que esta disciplina sirve para complementar cualquier tipo de historia. Lo cierto es que como periodista hay que saber encontrar las historias personales dignas de hacer llegar a los lectores, pero detrás tiene que haber unos datos que muestren realmente la complejidad o tamaño del fenómeno o problema que se está abordando.
Además, los últimos años han dejado muy claro la importancia del periodismo de datos. Se vio con la pandemia de la Covid-19, donde fue fundamental saber hacer un seguimiento a través de los datos del avance del coronavirus y permitir a los lectores disponer de esta información.
También las múltiples elecciones que ha habido en los últimos años en países como España muestran la importancia de saber analizar datos como los electorales para comprender qué está pasando en la sociedad.
Doce meses practicando
Todo ello ha llevado a que muchos medios nacionales estén apostando por el periodismo de datos en los últimos años. Los jóvenes con ganas de abrirse camino profesional como tú, lector de esta cuarta entrega, debéis dominar, primero, cómo se escribe en una redacción, cómo se hace una investigación, cómo se ejecuta un pódcast o se obtiene información útil y profesional en las redes sociales.
También, de manera decidida, los nuevos periodistas debéis saber analizar, visualizar y contar historias con datos. Lo uno sin lo otro no te capacitará suficientemente como profesional completo. De ahí que el Máster de EL ESPAÑOL sea un 'máster de másteres', con muchas horas de ensayo práctico en el Taller de Periodismo con profesionales en activo, durante los seis primeros meses de curso, más otros seis con prácticas remuneradas en el diario.
El Máster de Periodismo de EL ESPAÑOL te ofrece una formación integral para convertirte en un periodista digital exitoso y preparado para los desafíos del presente y del futuro.
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