El lado personal de Valdi, el DJ de 'El Hormiguero': "Pablo Motos me dijo que no quería cobardes"
EL ESPAÑOL ha hablado con el disc-jockey oficial de 'El Hormiguero' para conocer su labor en el programa y su trayectoria profesional.
15 junio, 2024 03:11A José Manuel González Valderas pocas personas le llaman así. Hasta sus hijos se dirigen a él llamándole Valdi, el nombre que eligió para dedicarse profesionalmente al mundo de la música como DJ y productor.
“Sólo hay tres personas que no me llaman Valdi: mi madre, mi hermana Mari Carmen y los que me llaman a las cuatro de la tarde al móvil para que me cambie de compañía telefónica o de gas”, afirma entre risas.
El cartagenero se interesó por el mundo de la música desde muy joven, probando suerte en la radio en Madrid en Los 40. Pero luego, tras conocer a Pablo Motos trabajando en No somos nadie, ya nunca se separó del presentador. Estuvo junto al valenciano en el programa de M80 y, ahora, en El Hormiguero.
No obstante, no es la primera vez que los espectadores pueden ver a Valdi en pantalla de forma habitual. También formó parte del equipo de Tonterías las justas, el programa de Cuatro que presentaban Florentino Fernández y Dani Martínez. Allí, el DJ también era el encargado de la música (luego pasaron a ser Otra movida en La Sexta).
El músico ha atendido a EL ESPAÑOL desde su estudio en Madrid para contar su trayectoria profesional desde su Cartagena natal hasta el programa más visto de la televisión, pasando por la radio y los eventos en los que pincha. Y es que Valdi hace bailar todas las noches a Pablo Motos y su equipo, pero los fines de semana miles de personas lo hacen al ritmo que él marca con su mesa de mezclas.
La música, la protagonista
En casa de Valdi siempre estaba sonando música. O su padre o su hermano o su hermana se encargaban de poner la banda sonora musical al día a día de la familia.
No obstante, el punto de inflexión para que el cartagenero se inclinara por un estilo u otro de música fue la primera vez que pisó una discoteca light: “Fui con unos amigos que ya habían estado, pero yo no había ido nunca. Recuerdo entrar en la sala y escuchar la música muy fuerte, los láser, la gente bailando…”, afirma.
Valdi, de hecho, describe así su primera experiencia: “Me viene a la cabeza un señor que había como al fondo, en la cabina del DJ. Yo en ese momento no sabía ni qué significaba lo de DJ, ni qué era una cabina de música ni nada. Me acuerdo de ese hombre allí hablando por un micro que levantaba las manos y la gente le seguía el ritmo. Volví a casa flipado”.
Pregunta.– ¿Cuándo decidió que la música iba a ser su futuro?
Respuesta.– A raíz del día de la discoteca, me aficioné a la música dance y comencé a escuchar programas de radio como It’s your time de Toni Peret, los megamixes de la época tipo Ibiza Mix, Máquina Total, Bombazo Mix… discos que iba pidiendo en navidades y cumpleaños para empezar a tener ese material que empezaba a salir y yo disfrutaba. El primero que tuve fue Skate Board 3 de Blanco y Negro, y partir de ahí, todos los demás.
P.– ¿Cómo desembocó en dedicarse profesionalmente a la música?
R.– Decidí ser DJ porque me interesé mucho por ese tipo de música. Mi hermano Paco, que era el que entendía más, fue el que me regaló mi primera mesa de mezclas porque sabía que me apasionaba el mundo de la música, pero no tenía un equipo en el que poder pinchar. Es que en los 90 todo era muy caro.
P.– ¿Por qué eligió Valdi como nombre artístico?
R.– Al principio me puse de nombre DJ Cuásar porque en una clase de Ciencia me hablaron de las constelaciones, de la astronomía y aquello me pareció que tenía mucha fuerza. Pero mi mejor amigo, Toni, me dijo que me dejara de tonterías y que me llamara Valdi. ¿El motivo? Me llamo José Manuel González Valderas y te puedes imaginar que en una clase de los años 90 la cantidad de Josés que había, por no hablar de los González... así que todos me llamaban Valderas, y como es muy largo, lo dejé en Valdi, que es la abreviatura de mi segundo apellido.
Entonces, me vine a Madrid por un concurso en la radio en Los 40. Hice un megamix y lo firmé como DJ Valdi. El locutor, Juanma Ortega, me preguntó cómo quería que me llamaran, si José Manuel o Valdi. Elegí la segunda opción y, a partir de ahí, todo el mundo empezó a llamarme así. De hecho, hoy en día, hasta mis propios hijos me llaman así. Sólo me llaman José Manuel mi madre, mi hermana Mari Carmen y los que me llaman a las cuatro de la tarde al móvil para que me cambie de compañía telefónica o de gas.
P.– ¿Cómo comenzó en el mundo de la música?
R.– A mi hermano le tocó un concurso en la radio y me dijo que había conocido a la gente del programa Anda ya. Me pidió que hiciéramos un montaje con Photoshop de sus caras y se lo mandásemos con uno de los mixes que yo hacía. En 1999 le envié a Juanma Ortega el Anda Ya Mix, y como él estaba muy metido en el mundo del montaje musical, le gustó mucho y lo puso en la radio. En un momento dado necesitó un técnico de sonido e hizo un casting, lo pasé y me quedé en Madrid.
P.– ¿Y cómo continuó su trayectoria profesional?
R.– Estuve un año y algo en Anda Ya, pero decidí dejar la radio para seguir con mis estudios porque soy Técnico Superior de Sonido. Es verdad que había pasado de hacer mixes en mi barrio de Cartagena a estar primera división trabajando en el morning musical más importante de aquel momento, pero me faltaban muchas nociones teóricas, necesitaba saber por qué se hacían las cosas y cómo podía mejorar.
Pablo Motos se cruza en su vida
Tras dejar Anda ya y terminar sus estudios, Valdi volvió a la radio para cubrir una baja por maternidad, su buen hacer hizo que Pablo Motos se fijara en él y decidiera ficharle: “Apostó por mí para trabajar con el equipo de No somos nadie en su segundo año de emisión, porque el primero estuvo con el equipo que había heredado de Gomaespuma. Fue un poco impactante porque Pablo estaba apostando por una persona muy joven que tenía muy poca experiencia como yo”, recuerda.
P.– ¿Cuál era su labor en No somos nadie?
R.– En Anda ya había sido técnico, pero en M80 tuve que meterme de lleno en la realización ya que yo estaba en la pecera con los controles y dentro del estudio estaba Pablo con los colaboradores, cada uno con su micro, la escaleta del programa. Yo me encargaba de las desconexiones, las músicas, la sintonía, la publicidad… no tenía experiencia en eso y era un programa que daba muchísimo trabajo, una responsabilidad muy gorda.
P.– ¿Qué pautas le dio Motos?
R.– Me dijo que no quería cobardes en su equipo, que si se me ocurría meter un efecto o algo, que lo hiciera. Si nos equivocábamos, lo hacíamos todos juntos, pero que no me quedara a medio camino. Él apostó por mí y me dio la libertad en mi metodología de trabajo. Me dio confianza, me permitió probar cosas nuevas y, si algo no funcionaba, reculábamos y cambiábamos, pero fueron cuatro años que me dieron la soltura para hacer televisión.
P.– ¿Cómo fue ese salto de la radio a la televisión?
R.– El primer año de El Hormiguero todo el equipo lo compatibiliza con Nos somos nadie, ya que el programa de Cuatro se grababa los fines de semana, pero a partir del segundo año, cuando se convirtió en diario, todo cambió. Es que yo era el único del equipo de No somos nadie que tenía contrato con la Cadena SER. Tenía un puesto fijo, y todos sabemos que un programa de televisión puede cancelarse en cualquier momento y quedarte sin trabajo. Pero ni me lo pensé cuando Pablo me dijo que me fuera con él a hacer El Hormiguero en formato diario. La radio me encanta, pero la televisión es una experiencia brutal.
P. – ¿Encontrarse con Pablo Motos fue el golpe de suerte de su vida?
R.– Yo he tenido tres. El primero fue Juanma Ortega, porque fue la persona que apostó por mí cuando yo no tenía experiencia. En aquel casting que hizo había más de 30 personas con maletas de discos, y yo solo llevé un CD con algunos efectos por si tenía que montar algo. El segundo fue Pablo Motos, que me eligió a mí para su programa cuando apenas tenía un bagaje profesional. El tercero fue el equipo de Tonterías las justas (luego pasaron a ser Otra movida en La Sexta), donde decidieron darle más importancia a la música y me pidieron que me bajara al plató para interactuar conmigo. De esa forma, los espectadores supieron quién era el que ponía la música del programa y me ayudó para mi carrera de DJ en fiestas y eventos.
El día a día
Preparar las canciones de El Hormiguero no es una tarea sencilla, ya que la música es un elemento muy importante del programa desde que se inicia con el baile de Pablo Motos, Marron, Jorge Ventosa y el resto del equipo, a los efectos sonoros o los temas de los artistas invitados.
El primer tema que suena, incluso antes de la sintonía oficial del programa, es (It Goes Like) Nanana, de la surcoreana Peggy Gou. Cuando el invitado o invitados entran en el plató suena la canción Houdini de Dua Lipa, que no dudan en bailar. Y los jueves, cuando Motos presenta a los tertulianos del día (Tamara Falcó, Cristina Pardo, Nuria Roca y Juan del Val), todos ellos bailan el tema Fría, de Enrique Iglesias y Yotuel.
El encargado de que todo suene perfectamente es DJ Valdi, que desde su cabina en el cielo del plató del programa de Antena 3 hace que presentador, colaboradores, invitados y público bailen al son que él marca. Eso sí, en ocasiones es reprendido por Jorge Salvador, el socio de Motos en la productora 7yaccion, porque pone en demasiadas ocasiones la canción que le dedicó Leonardo Dantes, provocando las carcajadas en el equipo.
P.– ¿Cómo prepara la playlist de canciones de cada programa?
R.– Hay una playlist ya configurada que es la que veo en mi pantalla con una serie de botones con colores y contextos. Cada uno de ellos tiene una música predefinida, desde la general de El Hormiguero, la sintonía, la salida de Trancas y Barrancas, la de Marron con la Ciencia, músicas tristes, festivas… Pero, ¿qué ocurre? Que cada día viene un invitado diferente y, en función del programa, configuro otra playlist paralela.
Cuando viene un artista a presentar su nueva canción, la tengo preparada, pero esa y muchas de su carrera, por si de repente se acuerda de una de su segundo disco y quiere que suene… estamos hablando de 90 o 100 temas que están listos para sonar.
P.– ¿Cómo lleva Jorge Salvador el éxito de la canción que le hizo Leonardo Dantés y que tanto pone en el programa?
R.– Te puedo asegurar que a Jorge no le gusta que ponga su canción. Es que es muy pegadiza, Dantés consiguió un dibujo melódico brutal y queda muy bien. Encima, si con ese tema creas ese momento clima de los colaboradores cantándola, el público coreándola, el propio Salvador enfadado, pero sonriendo de la impotencia, se establece un momento mágico. Además, luego la gente por la calle se la canta, pero incluso me lo hacen a mí (risas).
Su vida fuera de 'El Hormiguero'
Aunque Valdi pasa muchas horas en el programa de Antena 3, también le encanta disfrutar de su familia o dedicarse a sus aficiones. Eso sí, salir en televisión le ha otorgado cierta fama que se ha transformado en que sea solicitado para diferentes eventos y festivales.
El cartagenero ha trabajado para sellos como Universal Music, Warner Music, Blanco y Negro, Roster Music y otros tantos. Actualmente, es Co-Director de uVeKa Music junto a Kato Jiménez. También ha pinchado en grandes eventos multitudinarios como Tomorrowland Barcelona 2017, Yolo Music Fest 2019, Mado Worldpride Madrid 2016, Formula Campus (Circuito de Montmeló), Feria Mar de Libertades (Cádiz), Partydance (Valladolid), eventos para las Radios Musicales más importantes en España como Los 40, Europa FM, Máxima FM o MegaStar FM, entre otras.
Además, ha compartido cartel con artistas de la altura de Daddy Yankee, Anuel, Ozuna, Pitbull, Romeo Santos, Juan Magan... O artistas de Electrónica como DJ Nano, Sebastian Ingrosso, Afrojack, YVES V o Double Pleasure. Algunas de las discotecas que han disfrutado de sus sesiones han sido Fabrik, Kapital, La Riviera, Penelope o Joy (Madrid), Tito´s (Mallorca), Bacarrá o Falkata (Gandía), El Cielo o Moma´s (Mojácar), La Santa, Galeria, La Mona (Cádiz), Bananas (Valencia) o Santuario (Granada).
P.– ¿Cómo es su vida cuando no está trabajando en El Hormiguero?
R.– En el programa estamos muchas horas, pero sí que es verdad que también libramos muchos días y tenemos las mismas vacaciones que los niños. Como tengo dos niños y un perro, nos gusta mucho hacer planes en familia, ir a jugar al balón, a Faunia a ver los animales, ir a Cartagena a visitar a los familiares…
P.– ¿Qué otros proyectos tiene?
R.– Trabajar en la televisión te abre muchas puertas, pero no soy el típico DJ. Puedo estar pinchando una semana jueves, viernes y sábado, que luego estoy dos semanas sin eventos, o, de repente, encadeno dos seguidos… lo voy gestionando sin volverme loco porque también tengo mis producciones musicales y publico dos o tres canciones al año.
Los otros DJs del programa
Aunque Valdi es el oficial de El Hormiguero, el cartagenero cuenta con la ayuda y apoyo de Adrián Cervera en el apartado de ambientación musical del programa de Antena 3. Además, Cervera, el sobrino de Pablo Motos, también es productor musical y DJ, realizando actuaciones por toda la península e incluso, en Miami.
Y es que la afición por la música le viene de familia, ya que Pablo Motos suele recordar en El Hormiguero que él era el clásico pincha discos en la discoteca de Requena, labor que compaginaba como director de la radio de la localidad valenciana. "En la discoteca donde yo pinchaba siempre bajaba la música cuando había alguna pelea. Subía las luces al máximo y así la seguridad ya sabía lo que estaba pasando”, afirmó en una ocasión.
El cuarto DJ de El Hormiguero es Miguel Gálvez, uno de los miembros destacados del equipo de Ciencia y sustituto de Marron cuando el madrileño no puede ir al programa (le reemplazó recientemente por enfermedad y, anteriormente, en su baja de paternidad).
El almeriense es ingeniero de Telecomunicaciones y cuenta con la especialidad en Sonido e Imagen y también trabaja de DJ cuando no está preparando los experimentos de El Hormiguero. "A día de hoy sigo estudiando cosas relacionadas con la acústica. Me apasiona la física del sonido y tengo un estudio en casa porque también me gusta hacer música", le contó a EL ESPAÑOL.