- Juez: ¿Usted sabe por qué está aquí?
- Miguel: Sí, señor.
A pesar de la respuesta, el magistrado le recuerda a Miguel que se encuentra en los juzgados de Molina de Segura por lo ocurrido el sábado 3 de febrero de este año, cuando se subió bajo los efectos del alcohol a su todoterreno Mercedes. Así lo recoge el vídeo de su declaración al que ha accedido EL ESPAÑOL y donde este banquero jubilado, de 65 años, rompe a llorar durante el interrogatorio, al recordar el triple atropello que supuestamente protagonizó cuando tres mujeres cruzaban por un paso de peatones de la avenida de la Industria del municipio molinense.
El resultado de ese atropello múltiple fue terrible: Loli, profesora de primaria, murió en el acto sobre el asfalto, mientras que su amiga, Juani, una voluntaria que cada año ayudaba a los enfermos del Santuario de Lourdes, falleció días después en la UCI del Hospital Virgen de la Arrixaca. La única superviviente ha sido Salvadora, aunque padece tales secuelas a nivel cerebral que ni siquiera recuerda cómo la atropellaron.
- Juez: "Está usted aquí como investigado por un delito contra la seguridad del tráfico, con el resultado de dos fallecidas y una lesionada, ocurrido el 3 de febrero, sobre las once de la noche. Y además, inicialmente usted está relacionado, aunque luego ya lo veremos, con un accidente que sucedió a la altura de El Tiro en Espinardo, al salir de la autovía en dirección a Molina de Segura, donde puede ser que colisionara con una moto". El citado motorista era un policía nacional fuera de servicio y ambos sucesos los protagonizó Miguel presuntamente aquel fatídico 3 de febrero.
- Juez: ¿Desea usted declarar?
- Miguel: Sí, solo quiero contestar a las preguntas de mi abogado.
Tal respuesta permitió a este banquero jubilado evitar de un plumazo ser interrogado por el magistrado, por el Fiscal Delegado de Tráfico, Pablo Lanzarote, y por Pedro López Graña: uno de los letrados de la acusación particular. Miguel está investigado por el atropello más grave ocurrido este año en la Región de Murcia y se limitó a responder a su abogado, Pablo Martínez, siguiendo una estrategia de defensa que le ha permitido eludir la prisión provisional. Todo ello, a pesar de la muerte de Loli y Juani y de que arrojó "una tasa de alcohol de 0'65 en aire espirado" -según la Policía Local-.
- Pablo Martínez, abogado defensor: El pasado día 3 de febrero, ¿usted tuvo un incidente con su vehículo a la altura de un semáforo que está en la calle de detrás de los juzgados de Molina de Segura?
- Miguel: Sí.
- Pablo Martínez: ¿Usted venía conduciendo su vehículo por el carril derecho o por el carril izquierdo?
- Miguel: Iba por el carril izquierdo.
- Pablo Martínez: ¿Cuando se aproximaba al semáforo a unos 100 o 150 metros de distancia en qué color estaba?
- Miguel: Estaba en rojo [para los vehículos].
- Pablo Martínez: Cuando siguió acercándose al semáforo: ¿Qué hizo? ¿Frenó o aceleró?
- Miguel: Empecé a reducir la velocidad para frenar en el semáforo y entonces vi que el semáforo se ponía en verde para mí [para los vehículos], de forma que reanudé la marcha.
- Pablo Martínez: ¿Cuando usted reinició la marcha vio que estuviera pasando alguien por el paso de cebra?
- Miguel: No, si hubiera visto a alguien, habría parado.
- Pablo Martínez: ¿Qué ocurrió?
- Miguel: Solamente noté un golpe. Entonces, paré, puse los cuatro intermitentes, me bajé del coche y vi a una señora tumbada en el suelo.
- Pablo Martínez: ¿Y qué hizo usted?
- Miguel: Fui a socorrerla. Pero ella no contestaba. Entonces empezó a llegar gente y escuché que había más personas atropelladas: estaban detrás. Me acerqué a ver cómo se encontraban. Llegó la Policía Local, me dijo que me metiera en el coche y que esperara.
- Pablo Martínez: ¿Cuánto estuvo en el coche patrulla? ¿Y qué hizo?
- Miguel: Cuando vi todo lo que se había montado, me dio un ataque de ansiedad y estuve llorando.
- Pablo Martínez: Luego la Policía Local le hizo pruebas [de alcoholemia]. ¿Usted se sometió voluntariamente a las pruebas?
- Miguel: Sí.
El interrogatorio prosigue con más preguntas del abogado defensor que van encaminadas a demostrar que su cliente no tiene ninguna intención de fugarse, para evitar que el Fiscal Delegado de Tráfico o el juez soliciten su ingreso en prisión hasta que sea juzgado.
- Pablo Martínez: ¿Cuando llegue el juicio comparecerá ante la Justicia?
- Miguel: Sí, claro.
- Pablo Martínez: ¿Usted tuvo un accidente con alguna moto en la autovía?
- Miguel: No.
- Pablo Martínez: Respecto al consumo de alcohol. Usted le dijo a la Policía que tomó dos copas de vino, una copa de champán y una cerveza. ¿Puede explicar en qué momento del día consumió cada una de ellas?
- Miguel: Al mediodía, fue cuando tomé el vino y el champán. Y ya por la noche, no recuerdo exactamente, pero serían las nueve de la noche, me tomé una cerveza y una ensaladilla.
En un siniestro vial todos los implicados son víctimas, incluidos los propios autores. Así lo demuestra Miguel durante su declaración prestada el 11 de abril, marcada por su voz temblorosa y un nudo en la garganta en cada respuesta, hasta que no puede reprimir las lágrimas tras admitir que no se dio cuenta de que había atropellado a tres personas de una tacada después de haber bebido -supuestamente- vino, champán y cerveza.
Precisamente, durante el primer trimestre de este 2024, la Dirección General de Tráfico ha alertado de que "el alcohol ha aumentado considerablemente como principal causante de los accidentes". La bebida podría ser el detonante de este trágico atropello múltiple donde las mayores víctimas son las dos difuntas, Dolores Abenza y Juani Palazón, porque a ambas les han arrebatado la posibilidad de disfrutar de la etapa dorada de sus vidas, con solo 63 años y 60 años, respectivamente.
Las familias de ambas víctimas mortales, naturales de Lorquí, buscarán condenas ejemplares contra este jubilado de banca. De hecho, el abogado Pedro López Graña, encargado de representar a los familiares de la difunta Loli, en su intervención durante el interrogatorio a Miguel, solicita su ingreso en la cárcel porque podría enfrentarse a una condena de 4 a 9 años a la sombra: "La prisión provisional requiere de una serie de requisitos y el primero son los hechos que son indudablemente claros".
"Estaba en un tramo de vía con claridad, algo que refleja el atestado, y por tanto, no había ningún obstáculo que le impidiera ver a las tres peatones", tal y como argumenta el penalista López Graña. "Hay testigos que acreditan que el semáforo estaba en rojo y el propio investigado lo reconoce, pero le pasan desapercibidos tres cuerpos: eso es un signo absolutamente meridiano de que sus facultades mentales no estaban aptas para conducir y por supuesto, que su atención estaba en otro sitio".
"Ni siquiera percibe a las personas que ha atropellado. No han sido ni una ni dos: han sido tres personas. Y una de ellas ha sido desplazada 19 metros: una distancia descomunal para el cuerpo de un ser humano y no la vio hasta que se la encuentra en el suelo. Entendemos que este señor ha sufrido, pero también entendemos que ha cometido una imprudencia de tal gravedad que rebasa lo normal".
A pesar de tan duro alegato, el magistrado no decretó el ingreso de manera provisional para este jubilado, entre otros motivos, debido a que el Fiscal Delegado de Tráfico solicitó su puesta en libertad con medidas cautelares a las que no se opuso el abogado defensor del investigado. De manera que en la actualidad, Miguel tiene retirado tanto el carné de conducir como el pasaporte y debe comparecer periódicamente en los juzgados.
Recurso ante la Audiencia
La Audiencia Provincial tendrá la última palabra sobre la situación de libertad de este pensionista, debido a que los familiares de la difunta Loli, se niegan a acatar la decisión del juzgado y han presentado un recurso, insistiendo en la necesidad de que Miguel R. L., de 65 años, ingrese en prisión hasta que se celebre la vista oral por la muerte de esta profesora de Educación Primaria en el Colegio San Vicente Ferrer de Murcia, así como de su amiga, Juani Palazón, voluntaria en el Santuario de Lourdes.
Una de las claves del caso será determinar en qué color estaba el semáforo aquel 3 de febrero, cuando Dolores Abenza; Juani Palazón, y Salvadora Martínez, cruzaron por el paso de peatones de la avenida de la Industria de Molina de Segura después de disfrutar del tardeo del sábado. Es decir, la instrucción judicial debe aclarar si el semáforo estaba en verde para las peatonas o para el Mercedes que conducía Miguel, en una vía con dos carriles en cada sentido, que están bien señalizados y con la velocidad limitada a 50 kilómetros por hora.
El Fiscal ha solicitado un informe del Equipo de Reconstrucción de Accidentes de Tráfico (ERAT) de la Guardia Civil porque hay testigos con versiones contradictorias. De un lado, una conductora afirma que estaba detenida, con el disco en rojo, a la espera de que cruzaran las tres amigas por el paso de peatones, mientras que en el otro sentido de circulación, hay otra conductora que sostiene que el semáforo estaba en verde para los coches.
La que sabe la verdad de todo lo sucedido es Salvadora: única superviviente del siniestro vial, pero no recuerda nada. De hecho, se ha pedido someterla a un análisis forense para evaluar las secuelas mentales que le causan una supuesta revictimización diaria de su atropello, ya que cada vez que le pregunta a sus hijos por el motivo de sus problemas de movilidad, ellos se ven obligados a volver a contarle lo sucedido aquel funesto sábado.