El crimen de los Villar Fernández en Chiloeches: el novio de la hija tenía una orden de alejamiento
Ángel y Elvira, de 52 años, junto a su hija Laura, de 22, fallecen en el interior de su vivienda en este municipio de Guadalajara con heridas de arma blanca.
14 abril, 2024 02:24Poco después de las 3 de la madrugada, un móvil sonó en la urbanización Medina Azahara de Chiloeches (Guadalajara). Al otro lado de la línea estaba Yeray, que llamaba a su mejor amigo, pero éste estaba durmiendo y no atendió la llamada. A esa hora la casa de Yeray, con su padre, su madre y su hermana dentro estaba ardiendo. Los tres miembros de la familia murieron, aunque no fue sólo un incendio. Todos ellos presentaban heridas de arma blanca, confirmaron fuentes de la investigación. Este domingo la Guardia Civil detuvo a varias personas, aunque no ofreció más detalles ni especificó sus identidades.
El Instituto Armado reconstruye los últimos pasos de Yeray, el pequeño de la familia, un joven de 20 años que estudiaba un grado medio de Informática. “Es un chico muy reservado, que no solía salir, la mejor persona que te puedas imaginar. Le han jodido la vida”, sostiene un joven de su grupo. Las primeras versiones apuntan a que no se encontraba en la vivienda cuando se propagaron las llamas, habría salido de fiesta y al llegar fue él quien llamó al 112. Los servicios de emergencia sólo lograron apagar el fuego pasadas las 5 de la mañana de este sábado.
Ocurrió en el número 28 de la calle Fuente Valdoma, un adosado de esta urbanización a la que sólo es posible entrar tras superar una garita con una barrera para los coches, un vigilante y cámaras de seguridad. Otro de los guardias que recorren las calles de la barriada consiguió grabar con su móvil el incendio. “Esto es un recinto cerrado, un lugar supertranquilo, donde no entra cualquiera”, apunta uno de los vecinos. Es decir, que “si hubiera accedido un extraño, debería haber quedado grabado”.
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“La habitación que se ve en llamas es la de mi amigo”, resalta el joven que no llegó nunca a coger el teléfono. “Cuando me desperté vi la noticia y no me lo podía creer”, subraya. La Guardia Civil maneja varias hipótesis, aunque Yeray no parece el principal sospechoso. Uno de los investigados es el novio de Laura, la hija también fallecida. El chico tenía una orden de alejamiento sobre la joven, según confirman a EL ESPAÑOL fuentes del caso.
Un chico conflictivo
“Es un chico muy conflictivo. Trapicheaba con estupefacientes, se ponía muy violento y siempre andaba metido en líos”, afirma otra joven que conocía a la familia. Según el testimonio de varios amigos, “hace unos meses el chico le había puesto la mano encima a ella y fue cuando la Policía decretó la orden de alejamiento”. El novio, también veinteañero, responde a las iniciales de CB y vive en otra urbanización de un pueblo cercano.
A pesar de estos incidentes, Laura, de 22 años, que buscaba trabajo como peluquera, habría mantenido la relación con CB. Se desconoce el paradero del novio durante las horas previas del suceso, aunque la Guardia Civil le tomó declaración en el lugar de los hechos a primera hora de la mañana de este sábado.
Junto a Laura, en la casa estaban sus padres: Ángel Villar y Elvira Fernández, ambos de 52 años. Él trabajaba en una empresa de fabricación de planchas de cristal en Azuqueca de Henares (Guadalajara), a unos 20 kilómetros de la urbanización, y ella en una plataforma logística de productos farmacéuticos. Según EFE, todos los fallecidos presentaban heridas de arma blanca.
Una zona tranquila y vigilada
La familia “llevaba toda la vida viviendo aquí”, señala una de las vecinas de la urbanización. La zona de chalets, rodeada por una dehesa, ni siquiera se encuentra cerca del núcleo urbano de Chiloeches, de 3.500 habitantes. Se trata de un lugar “donde la gente viene a vivir por la tranquilidad, para huir de la ciudad, porque en este sitio nunca pasa nada”, según otro chico que pasea por estas calles.
La noche del sábado no fue así. El vecino de una casa contigua se despertó de madrugada por los golpes. “Pensé que Ángel se había vuelto loco, era como si se hubiera puesto a hacer obras a esa hora de la madrugada. Pero resulta que eran los bomberos, que estaban tratando de entrar en la casa”, mantiene.
Todo es confuso para este hombre, ya que “Ángel era un tío muy fuerte, con mucha envergadura”. “Dudo mucho que una sola persona pudiera reducirlo”, insiste. A la hora a la que se produjeron los hechos es posible que el matrimonio ya se hubiera ido a dormir, aunque también en la investigación de la Guardia Civil siguen abiertas varias incógnitas.
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No está claro si la persona que los atacó con un cuchillo había entrado de forma pacífica en la casa, si hubo uno o más agresores o cómo quien quiera que fuera huyó del lugar del crimen. “Aquí todos conocemos al novio de la chica, se rodeaba de muy malas compañías y siempre tenía broncas. No hay muchas opciones”, opinan los amigos de Yeray y Laura.
El Ayuntamiento de Chiloeches ha decretado dos días de luto, mientras que el Juzgado de Instrucción número 4 de Guadalajara ha decretado el secreto de sumario. La Guardia Civil investiga el caso, aunque en la urbanización Medina Azahara muchos ya tienen clara su hipótesis.