Francisco Pascual –o Paco, como le conoce todo el mundo– ha sido nombrado el mejor profesor de Educación Primaria del año en la séptima edición de los Premios Educa Abanca, donde se eligen a los seis mejores docentes de España por categorías. Él ha sido el mejor educador de niños de 6 a 12 años del curso 2022/2023. Su “innovador” método de enseñanza, aplicado en el Colegio San Roque, en Alcoy (Alicante), ha bastado para que este sábado el premiado haya alzado su galardón en La Coruña.
Lejos de ser un maestro que use la tecnología en el aula, Paco Pascual (Cocentaina, Alicante, 1979) explica a EL ESPAÑOL que para él “innovar en Educación es volver hacia atrás, a la época de nuestros abuelos, donde un maestro cogía a sus alumnos y se iba al monte a enseñar sobre la fauna o la flora, por ejemplo”. Él, que dice que su aula es la naturaleza, cuenta a este diario los muchos proyectos que ha llevado a cabo durante sus 23 años de docencia. Éstos le han servido para alcanzar la primera posición –de diez finalistas– en la categoría de Primaria tras acumular 147 puntos.
Para Paco Pascual, no obstante, lo importante es “el trato con los niños”. Dice que lo fundamental es llegar a ser “cómplice” de sus “hijos del cole”, como él los llama. El resto, lo académico, vendrá rodado después si se cuida este detalle. Por ello, el profesor Pascual –de ahora en adelante maestro, porque dice que es una denominación mejor para lo que hace– desde un tiempo a esta parte sustituyó los libros de texto por los proyectos. Ha enseñado desde tercero a sexto de Primaria, pero en la última década se ha dedicado a enseñar a quinto y sexto, particularmente en el área de Ciencias.
Para ello, Paco Pascual ha desarrollado varios proyectos premiados a lo largo de los años, pero todos giran en torno al “aprendizaje-servicio”. “Para mí es una metodología en la cual mezclas los servicios sociales con la educación, enriqueciéndose lo uno y lo otro. Por ejemplo, en la lección en la que estudiamos los ríos de la Comunidad Valenciana, mis alumnos y yo acudimos a un río en Alcoy y limpiamos un tramo mientras aprendíamos”, explica el docente a este medio.
Otros de los proyectos de los que se siente más orgulloso el maestro Pascual son Dame la Mano o SOS Mariola, ambos premiados. En el primero, los niños de Primaria del Colegio San Roque prestaron servicio a 17 mujeres en peligro de exclusión social. “Ayudamos a esas mujeres y, junto a ellas, organizamos un concierto de lucha contra el cáncer. También ayudamos a personas con trastornos y adicciones, a alumnos de Educación especial y a ancianos en una residencia”, cuenta. Gracias a ello, los alumnos aprendieron sobre todos esos colectivos sociales, además del valor de la integración.
Con SOS Mariola, un proyecto vinculado a la preservación y recuperación del Parque Natural de la Sierra de Mariola, los alumnos de Paco Pascual aprendieron sobre las campanas medievales gracias a cambiar la campana de un santuario que hay en el valle. También sobre las especies animales autóctonas a raíz de recuperar la oveja valenciana o la gallina alicantina, dos especies en peligro de extinción.
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Creador de trajes, futbolista y maestro
La historia personal del maestro Paco Pascual, sin embargo, en un primer momento estaba alejada de la educación. Se podría decir que llegó a ella de rebote “por las vacaciones”. Nacido en 1979 en Cocentaina, un pueblo alicantino de poco más de 11.000 habitantes, el docente cuenta a este medio que su infancia “giró en torno al deporte”, muy alejada de lo académico. De hecho, Pascual reconoce que “copiaba en los exámenes”, además de que era un alumno “un poco borde”, que, en aquel momento, poco le importaba lo que había en el aula.
Se pasaba las horas jugando y pensando en fútbol, llegando a jugar en equipos como en Alcoyano e, incluso, a entrenar en Tercera División al Pego Club de Fútbol, un equipo alicantino. Compaginaba su faceta como entrenador con la de maestro del Colegio San Roque, centro al cual llegó en el año 2000 tras superar una diplomatura en Educación Física en la Universidad Católica de Valencia cuando acumulaba sólo 21 abriles.
“Estudié esa carrera por dos motivos. Por un lado, porque no me dio la nota en la Selectividad para hacer estudios para preparador físico. Y, en segundo lugar, y más importante, por las vacaciones de verano. En realidad, necesitaba tener bastante tiempo libre para poder compaginar la enseñanza con mi otra profesión: creador de prototipos de trajes para las festividades de Moros y Cristianos. Lo hago para una empresa familiar, Ropería Ximo S.L., fundada por mi padre en 1976”, continúa Paco Pascual.
Y es que su padre, Ximo Pascual, lo apostó todo junto a su madre, Milagros Soler, por esta empresa tan particular. “Él era banquero y renunció a su plaza fija, pese a tener cinco hijos, porque creía que iba a salir bien. Aquella decisión fue crucial, porque gracias a ello yo, que soy el cuarto hijo, pude estudiar una diplomatura. A día de hoy, tres de los cinco hermanos somos los que tenemos la empresa”, explica.
Compaginando el aula y el taller
Contra pronóstico, Paco Pascual se enamoró de la Educación. Llegó a ella para poder compaginar la profesión de maestro con la de creador y diseñador de trajes. Pero jamás imaginó que sus “hijos del cole”, como él llama a sus alumnos, cambiarían su vida gracias a los muchos proyectos de “aprendizaje-servicio” en los que se han enmarcado.
Ahora, Paco Pascual está de excedencia, al menos durante este curso 2023/2024 “porque necesitaba descansar” de tantos proyectos. Dedica una media de seis a 10 horas diarias a su empresa familiar aparte de llevar el aprendizaje-servicio a Senegal –país al cual llevará medicinas compradas con los 1.000 euros que ha ganado con el premio–. “Pero cuando estaba en el colegio, trabajaba ahí hasta las 17:00 y luego iba al taller a diseñar durante unas dos o tres horas de media al día. En vacaciones, por supuesto, el tiempo aumentaba considerablemente”, dice.
El profesor, que cuenta que la última promoción a la que ha enseñado –de momento– fue “muy especial”, reconoce que fue muy emocionante el curso pasado. Fueron las familias de esta promoción y alguna pasada las que en varias ocasiones lo propusieron en los premios Educa Abanca como mejor profesor del año. En la pasada edición quedó segundo, pero ésta ha sido declarado como el mejor del país.
“Ha sido una emoción inolvidable. Dediqué el premio a los allí presentes, a los alumnos, y por supuesto a mi mujer, Mercedes Carbonell, y a mis dos hijos, Diego y Paco, de 16 y 13 años, con quienes también me he disculpado porque, a veces, les he dedicado menos tiempo por dedicarme a la enseñanza y a los proyectos. Pero han sido y son fundamentales en mi vida”, agradece el mejor profesor de Primaria de España.