Los propios expertos que están analizando las causas del incendio de los dos edificios de Valencia no se ponen de acuerdo acerca de los materiales utilizados en el revestimiento de las fachadas. En un primer momento los técnicos señalaron la supuesta presencia de poliuretano y polietileno, ambos materiales aislantes y altamente inflamables, como clave de la rápida propagación de las llamas. Aunque en las últimas horas organismos como el Colegio Oficial de Arquitectura Técnica de Valencia o la Asociación de la Industria del Poliuretano Rígido aseguran que “no hay evidencias” de que hubiera poliuretano en la fachada.
Al margen de cuál o cuáles fueran los materiales que causaron la rápida combustión, ¿cómo puede saber usted si su piso se construyó con unas características similares a las de los inmuebles de Valencia? La arquitecta y perito judicial Lucía Menéndez Aguirre de Cárcer pone el acento en ese tipo de fachada ventilada con paneles de aluminio que se edificó sobre todo desde mediados de los noventa hasta finales de los 2000.
Por tanto, la experta del despacho Aguirre & Baeza Peritos Judiciales pide que “el Gobierno apruebe un Real Decreto para revisar a nivel nacional todos los edificios construidos con estas características desde 2009 hasta 10 o 15 años atrás”. La actual regulación es de 2006, aunque hay edificios -como los de Valencia- que se empezaron a construir poco antes y cuyas obras finalizaron después, de ahí que la perito deje un margen de tres años para esa supervisión.
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Sólo en Valencia, la arquitecta tiene constancia de “cuatro o cinco edificios con una fachada exactamente igual” a los que sufrieron el incendio, aunque los expertos cifran en miles los inmuebles con unos elementos similares.
Lo que plantea Lucía Menéndez es una sencilla revisión como la inspección técnica que pasan los edificios. No se trata de alarmar, más bien al contrario, sino de “acotar” el tipo de vivienda que puede presentar unas características similares. “Las posibilidades son muy bajas, pero podría volver a pasar, de ahí que sea conveniente una revisión” de ese tipo de construcciones, señala.
Los edificios de Valencia se proyectaron en 2005, un año antes de que entrara en vigor en el actual Código Técnico de Edificación, que prohíbe la utilización de materiales inflamables en las fachadas para evitar la propagación de las llamas como en Valencia. Las viviendas se entregaron en 2008, aunque la legislación que habían seguido era la anterior.
Los edificios de Valencia se proyectaron en 2005, un año antes de que entrara en vigor en el actual Código Técnico de Edificación, que prohíbe la utilización de materiales inflamables en las fachadas para evitar la propagación de las llamas como en Valencia. Las viviendas se entregaron en 2008, aunque la legislación que habían seguido era la anterior.
De ahí que todo lo que se construyó después de ese Código Técnico de Edificación de 2006 debería ser “seguro”, según la arquitecta de Aguirre & Baeza Peritos Judiciales. “Se trata de una normativa muy estricta, rigurosa y de obligado cumplimiento”, apuntala.
También habría que descartar completamente fachadas construidas en ladrillo -como buena parte de las que se levantaban en España de los noventa hacia atrás- o en piedra, ya que estos materiales tienen una resistencia al fuego mucho más alta.
La moda del 'boom'
Paradójicamente, los edificios más expuestos son construcciones modernas, de hace unos 20 años, que se construyeron al calor de la burbuja inmobiliaria. Al igual que ocurre con la costura, con la arquitectura también dominan las tendencias y “este sistema de fachada ventilada estuvo muy de moda entre 2005 y 2008”, señala Lucía Menéndez. “Era algo innovador y además era bioclimático, servía para refrigerar el edificio, y en un lugar como Valencia era perfecto”.
El aire corre a través de la fachada y los propios materiales aislantes bajan la temperatura de las viviendas. “El problema ha ocurrido porque no había un cortafuegos ni sectorización, por lo que este sistema ha tenido el efecto opuesto. Más allá del tema del poliuretano, en la fachada había toldos, falsos techos de cartón y yeso y tabiques de pladur, que son altamente inflamables. Y al no tener un elemento que sirviera como freno, en cuanto prendió una llama ha sido como bañar con gasolina el edificio”, sostiene la experta.
La arquitecta tiene su despacho en Madrid, aunque atiende la llamada desde un tren procedente de Valencia, donde ha acudido para observar las circunstancias del incendio. “Los bomberos me decían que no sabían ni por dónde empezar porque todos estos elementos provocaron que entrara en combustión en cuestión de minutos”.
Ajustarse al Código Técnico
En Reino Unido se cambió la legislación tras el incendio en 2017 de la torre Grenfell Tower de Londres, en el que murieron 72 personas. Y también en Madrid hubo modificaciones normativas después de que prendiera fuego el edificio Windsor.
En este caso, según la experta, podría haber pequeños cambios pero la regulación basada en el actual Código Técnico de Edificación es "eficaz", por lo que no debería cundir el pánico. Además, insiste en que “los sistemas de seguridad y los materiales han mejorado en los últimos años”.
Poliuretano o polietileno son productos de uso habitual. “Son los que utilizamos todos los arquitectos porque son muy buenos aislantes. La clave está en cómo se protegen y que no estén expuestos al fuego”, matiza la perito judicial.